Esto es lo que le pasó a Jorge Lis , el piloto de motos valenciano, que tuvo gravísimos accidentes y le recetaron opiaceos en EEUU y a partir de ahí desarrolló una adicción brutal, y que contó en el programa de Coto Matamoros. Por cierto, a Jorge se lo cargaron en el hospital, según los periódicos "murió de el bichito el piloto negacionista", cuando en realidad le dio la asfixia esa mala de la intoxicación con metales pesados y le intubaron. Me impactó mucho porque yo lo seguía en youtube, era muy sensible el tío, y en una noticia creo que del periódico Las provincias, o del Mediterráneo, llegan a decir "fue intubado a una máquina muy agresiva". No hace falta decir más. Salió luego la hermana diciendo que estaba muy arrepentido por no haberse medicado, cuando ya había muerto y eso que él contaba en sus vídeos que sus familiares pensaban todos al revés que él con lo del el bichito.
Y lo de Philadelphia con las legiones de muertos vivientes de enganchados, pues me recuerda a la psyop en sí misma que fue la peli Filadelfia, que yo ví muy jovencita en el cine con 2 amigas llorando a moco tendido (ellas, lo prometo), y que sin entender el trasfondo por supuesto ( el sida como destino irremediable de muerte, la industria farmacéutica hace todo lo que puede, los gayses son todos gente maravillosa y sensible, la sociedad heterosexual es lo peor y lo más intolerante que hay, es decir, con agendas de manipulación social presentes y futuras actuando ), aseguro de todo corazón que ya entonces la sensación que tuve era de camelo por algún lado. Y ahí tenéis la ciudad donde "promociona" esa película el sida, y el enorme centro de sacrificios a ese dios malo, el que sea o los que sean que es Filadelfia desde siempre, con montones gente que se queda de pie como enganchados a una percha, durante horas en el mismo sitio. Y es que siempre hay lugares específicos en el mundo donde prueban las "innovaciones" periódicas en drojas que sacan, y esta ciudad es uno de esos sitios. Qué casual todo. Ahora, como entonces, NO ES UN bichito ES UN ENVENAMIENTO DELIBERADO