Así pues, ya está aquí la oficialización de lo que se nos viene encima por parte del periódico del estado. A partir de ahora, la avalancha de noticias será constante, para que en el momento en que empiecen a quebrar los bancos y cajas, la gente, acostumbrada al "España va mal", no reaccionen mas que con aturdimiento y estupor.
Mucha, muchísima gente, seguirá no creyendo nada de esto, como ya se ve en el foro de nuevosvecinos, hasta que literalmente les saquen de su casa y el banco les embargue hasta el último bien que tengan. O los que, habiendo cifrado sus esperanzas en esos dos o tres pisitos, vean como nadie los compra, como todos los sueños se vuelven amarguras cuando el gobierno tenga que recaudar de algún sitio y les metan mano al IBI como de hecho va a pasar.
Por no hablar de los patronos, que, en leyendo todas estas cosas pensarán que quizás es el momento de no contratar a nadie mas, o de, con el contubernio del estado y la tan cacareada "flexibilidad laboral", abaratar el despido más aún, restringiendo subidas salariales, y otras lindezas.
Pero es que nada de eso va a funcionar. Porque un acontecimiento como este no ha tenido paragón en este país en toda su historia. Éramos una locomotora con muchos vagones, moviéndonos a toda fruta leche. Y hemos sufrido un parón en la velocidad. No un descenso, no, un parón. Ahora solo nos mueve la inercia del movimiento antes iniciado, los restos de la aceleración ya perdida.
La desesperación ha empezado a cundir, porque en el fondo de sus mentes todos saben que no hay carbón que echar a la caldera de la locomotora. Que ese sector de la economía, puntal de ésta desde la era franquista, ha reventado. Y nos coge en un momento críticamente malo. Con una moneda que no fomenta el turismo precisamente, todos miran con esperanza al verano, a ese sol del mediterráneo y esos guiris y no tan guiris que echarán el carbón suficiente para poner la locomotora a andar de nuevo.
No parecen haber tenido en cuenta que con un Euro al precio que tenemos, y dada la todavía aceleración de la locomotora, el sector hostelero no se bajará del burro y querrá seguir cobrando precios "europeos", de economía de "champions lig". Mas les vale despertar, o tendremos un otoño-invierno deprimente como jamás se ha visto en este país. Con la juventud calentando los músuculos contra el frío en las palizas xenófobas, antixenófobas, o simplemente brutales. Con la gente asustada y el paro creciendo, los que queden con algo que no sean pisos para vender sin bajar los precios, dado que el euro nos hará prisioneros de nuestra propia riqueza. Y con el precio de los pisos cayendo en absoluta barrena.
¿Hará el turismo la caja necesaria para amortiguar el golpe? ¿Serán nuestros gobernantes lo bastante hábiles para hacer algo que no sea llenarse los bolsillos a costa de la tontería del pueblo?
Como dijo el sabio: Agarráos las kalandrakas
Y, parafraseando al profeta (y puede que esta vez si que sea verdad): EL PETARDAZO SERÁ EN OCTUBRE
¿ya no os hace tanta gracia? 
