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La ideología transgénero puede adquirir un carácter cómico, como en un comentario reciente de la American Civil Liberties Union que objeta el impuesto a las ventas de tampones y productos similares mientras reflexiona: “¿Cómo podemos reconocer que las barreras al acceso menstrual son una forma de discriminación sensual sin borrar las experiencias vividas por de hombres trans y personas no binarias que menstrúan, así como de mujeres que no?
Sin embargo, una cosa es afirmar que un hombre puede "identificarse" como mujer o viceversa. Cada vez más vemos una tendencia peligrosa y anticientífica hacia la negación directa del sesso biológico.
"La idea de dos sexos es simplista", declaró un artículo en la revista científica Nature en 2015. "Los biólogos ahora piensan que hay un espectro más amplio que eso". Una pieza de Scientific American de 2018 afirmó que "los biólogos ahora piensan que hay un espectro más amplio que el binario femenino y masculino". Y un titular del New York Times de octubre de 2018 prometió explicar "Por qué el sesso no es binario".
El argumento es que debido a que algunas personas son intersexuales (tienen condiciones de desarrollo que resultan en características sensuales ambiguas), las categorías masculino y femenino existen en un "espectro" y, por lo tanto, no son más que "construcciones sociales". Si el hombre y la mujer son meras agrupaciones arbitrarias, se deduce que todos, independientemente de la genética o la anatomía, deberían ser libres de elegir identificarse como hombres o mujeres, o rechazar el sesso por completo a favor de una nueva "identidad de género" a medida.
Caracterizar esta línea de razonamiento como carente de base en la realidad sería un eufemismo atroz. Es falso en todas las escalas de resolución imaginables.
En los humanos, como en la mayoría de los animales o plantas, el sesso biológico de un organismo corresponde a uno de los dos tipos distintos de anatomía reproductiva que se desarrollan para la producción de células sensuales pequeñas o grandes (esperma y óvulos, respectivamente) y funciones biológicas asociadas en la reproducción sensual. En los humanos, la anatomía reproductiva es inequívocamente masculina o femenina al nacer más del 99,98% de las veces. La función evolutiva de estas dos anatomías es ayudar en la reproducción mediante la fusión de espermatozoides y óvulos. No existe un tercer tipo de célula sensual en humanos y, por lo tanto, no hay un "espectro" sensual o sexos adicionales más allá del hombre y la mujer. El sesso es binario.
Sin embargo, existe una diferencia entre las afirmaciones de que solo hay dos sexos (verdadero) y que todos se pueden clasificar claramente como hombres o mujeres (falsos). La existencia de solo dos sexos no significa que el sesso nunca sea ambiguo. Pero las personas intersexuales son extremadamente raras, y no son ni un tercer sesso ni una prueba de que el sesso es un "espectro" o una "construcción social". No todos necesitan ser asignados discretamente a uno u otro sesso para que el sesso biológico sea funcionalmente binario. Asumir lo contrario, confundir los rasgos sensuales secundarios con el sesso biológico mismo, es un error de categoría.
Negar la realidad del sesso biológico y suplantarlo con una "identidad de género" subjetiva no es simplemente una teoría académica excéntrica. Plantea serias preocupaciones de derechos humanos para grupos vulnerables, incluyendo mujeres, gayses y niños.
Las mujeres han luchado mucho por las protecciones legales basadas en el sesso. Los espacios solo para mujeres son necesarios debido a la amenaza generalizada de violencia masculina y agresión sensual. Las categorías deportivas separadas también son necesarias para garantizar que las mujeres y las niñas no tengan que enfrentarse a competidores que hayan adquirido los efectos irreversibles de mejora del rendimiento conferidos por la pubertad masculina. Los diferentes roles reproductivos de hombres y mujeres requieren leyes para proteger a las mujeres de la discriminación en el lugar de trabajo y en otros lugares. La falsedad de que el sesso tiene sus raíces en una identidad subjetiva en lugar de una biología objetiva hace que todos estos derechos basados en el sesso sean imposibles de hacer cumplir.
La negación del sesso biológico también borra la gaysidad, ya que la atracción hacia el mismo sesso no tiene sentido sin la distinción entre los sexos. Muchos activistas ahora definen la gaysidad como una atracción hacia la "misma identidad de género" en lugar del mismo sesso. Esta visión está en desacuerdo con la comprensión científica de la sexualidad humana. Las lesbianas han sido denunciadas como "fanáticas" por expresar su renuencia a salir con hombres que se identifican como mujeres. La normalización exitosa de la gaysidad podría verse socavada por una ideología insostenible.
Los más vulnerables al negacionismo sensual son los niños. Cuando se les enseña que el sesso se basa en la identidad en lugar de la biología, las categorías de sesso pueden confundirse fácilmente con los estereotipos regresivos de masculinidad y feminidad. Las niñas masculinas y los niños femeninos pueden confundirse acerca de su propio sesso. El aumento dramático de los adolescentes "disfóricos de género", especialmente las jóvenes, en las clínicas probablemente refleja esta nueva confusión cultural.
La gran mayoría de los jóvenes disfóricos de género finalmente superan sus sentimientos de disforia durante la pubertad, y muchos terminan identificándose como adultos gayses. Las terapias de "afirmación", que insisten en que la identidad cruzada de un niño nunca debe ser cuestionada, y las drojas que bloquean la pubertad, anunciadas como una forma para que los niños "ganen tiempo" para ordenar sus identidades, solo pueden solidificar los sentimientos de disforia, estableciéndolos en un camino hacia intervenciones médicas más invasivas e infertilidad permanente. Esta patologización del comportamiento atípico sensual es extremadamente preocupante y regresiva. Es similar a la terapia de "conversión" lgtb, excepto que ahora son los cuerpos en lugar de las mentes las que se están convirtiendo para que los niños se alineen "adecuadamente" con ellos mismos.
El tiempo de cortesía en este tema ha pasado. Los biólogos y los profesionales médicos deben defender la realidad empírica del sesso biológico. Cuando las instituciones científicas autorizadas ignoran o niegan los hechos empíricos en nombre de la acomodación social, es una traición atroz a la comunidad científica que representan. Socava la confianza pública en la ciencia y es peligrosamente perjudicial para las personas más vulnerables.
