Si nuestros antepasados, que las pasaron pilinguis por echar a estos hezs, levantasen la cabeza, se volverían a morir horrorizados. Hemos consentido que los políticos traidores y lacayos de la élite masónica y pro-narizudos nos metan a esta ralea y ya no hay vuelta atrás.
La historia nos juzgará como badulaques y cobardes.
La historia nos juzgará como badulaques y cobardes.