Decir que el carbón español es malo es una barbaridad ignorante o mal intencionada. Hulla y antracita son lo mejor y son los tipos de carbón de las cuencas mineras de Asturias, León y Palencia. Qué recuerdos la paliza de meter en caso una o dos toneladas a calderadas de asas de hierro de esas piedras brillantes que supuraban aceite. Quien ha conocido la calefacción de carbón en inviernos fríos y/o húmedos, la echa de menos. Su inercia térmica es inigualable. Tiene sus inconvenientes pero digo yo qué será mejor para las familias, si asumirlos o pasar los inviernos tan abrigados en casa que casi no tienen que ponerse más ropa si salen a la calle.
Para ilustrar a la concurrencia, es necesario añadir que España es mucha España en términos de clima, latitud y altura sobre el nivel del mar y que un levantino del Mediterráneo incluso un asturiano de Ribadesella no pueden hacerse una idea de lo que son los inviernos entorno a las cordilleras del norte a mil metros sobre el nivel del mar.