El misterio de las maletas de García Atadell

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Agapito García Atadell, el chequista y criminal sin escrúpulos al que se le atribuyen más de 800 asesinatos

García Atadell estuvo afiliado a la UGT, al PSOE y al PCE. El autor de este artículo ha encontrado una fotografía inédita del chequista con el socialista Francisco Largo Caballero, cuya figura sigue blanqueando el gobierno de Pedro Sánchez.

García Atadell estuvo afiliado a la UGT, al PSOE y al PCE. El autor de este artículo ha encontrado una fotografía inédita del chequista con el socialista Francisco Largo Caballero, cuya figura sigue blanqueando el gobierno de Pedro Sánchez. El socialista Largo Caballero junto al chequista García Atadell | Biblioteca Nacional de España

El nombre del socialista Agapito García Atadell (Vivero, Lugo, 1902-Sevilla, 1937) posee la extraña cualidad de haber concitado, en plena Guerra Civil, la unanimidad de ambos bandos a la hora de considerarlo un criminal sin escrúpulos. Su metamorfosis es digna de ser iluminada por un detallado ensayo entre la política y la psicología: el joven tipógrafo de ideas revolucionarias, afiliado primero a la UGT y a la Agrupación Socialista Madrileña al llegar a Madrid a principios de los años 20, militante del PCE después y encarcelado hasta en once ocasiones durante la dictadura de Primo de Rivera, acabará acaudillando como figura del PSOE madrileño entre los meses de agosto, septiembre y octubre de 1936 una banda de asesinos y ladrones frentepopulistas que colaboraran en el cruento régimen de terror del Madrid gubernamental.



Agapito García Atadell, fotografiado en su despacho para el reportaje sobre su "Brigada de Investigación Criminal" que publicó la revista "Crónica" el 13 de septiembre de 1936 (Foto: Videa. Biblioteca Nacional)

Desde un palacete requisado del paseo de la Castellana, el de los Condes del Rincón, en la esquina con la desaparecida calle Martínez de la Rosa, llamada “de la S”, donde recibía a sus visitas con bata de casa, haciéndose servir por tres doncellas uniformadas y con delantal de encaje, García Atadell decidirá en esos meses cruentos sobre la vida y la fin de más de ochocientas personas, desde obreros de ABC a aristócratas, de antiguos rivales políticos a religiosos. Los cadáveres de muchos de ellos formarán parte del tétrico paisaje de aquellos días en los Altos del Hipódromo, la Ciudad Universitaria, la Casa de Campo y el Cementerio del Este.

La “checa” de García Atadell se autodenominaba “Brigada de Investigación Criminal”, aunque en este caso el orden de los factores no altere el producto. La criminal brigada de investigación estaba sujeta teóricamente a jerárquica dependencia de la Dirección General de Seguridad y del Ministerio de Gobernación, cuyos titulares en esos meses fueron el general Sebastián Pozas y, ya en septiembre, con el gobierno de Francisco Largo Caballero, el socialista Ángel Galarza. El mando intermedio entre el Ministerio y la “checa” recayó en el comisario Antonio Lino, que aparece el 4 de octubre junto a García Atadell en un reportaje laudatorio de la revista “Crónica”.

La misma publicación se había hecho eco el 13 de septiembre de la visita de los diputados socialistas Lamoneda, Bujeda y Albar, junto con el ministro Anastasio de Gracia, también diputado del PSOE, al palacete donde tiene su sede la “checa”. La versión sobre el carácter incontrolado de la represión frentepopulista en Madrid cae hecha pedazos con pública notoriedad en la misma prensa republicana de la época, que a su vez no cesará de reseñar los “éxitos” de García Atadell en su lucha “policial” contra los considerados desafectos, como es el caso de los diarios "El Sol" y "La Voz", donde había trabajado como tipógrafo.

García Atadell es una pieza más en un engranaje articulado y armado desde el Ministerio de Gobernación, que el 14 de agosto le había nombrado agente de Policía de tercera, adscrito al Cuerpo de Vigilancia, junto con otras decenas de hombres de confianza del Frente Popular. Es esa cobertura ministerial, pensada para intentar hacerse con el control de la represión, la que paradójicamente otorgará en muchos casos carta de impunidad a los asesinos. Es cierto que algunos de sus detenidos tienen suerte y son entregados por la “checa” de García Atadell a la Dirección General de Seguridad, por lo que logran conservar su vida, como la hermana del general Queipo de Llano, Rosario. Pero otros que son entregados también a la Dirección General acabarán sus días como los demás infortunados.


García Atadell y los diputados socialistas Ramón Lamoneda, Anastasio de Gracia, Jerónimo Bujeda y Manuel Albar en la visita de estos a la checa de la calle "de la S" (Foto: Videa. Biblioteca Nacional)

La historia de García Atadell es la de un revolucionario que empezó a vivir peligrosamente y que, ante la contienda provocada por el golpe militar, decidió que era mejor que lo hicieran los demás. Entre uno y otro extremo del arco, desde su salida del PCE a mediados de los años 20 hasta su cénit en el Madrid revolucionario del 1936 como aristócrata del crimen, transcurre una década de evolución. Pero no es la evolución de un don nadie que decide dar el salto al asesinato y el robo como a veces pudiera parecer. García Atadell es un hombre traqueteado en una carrera ascendente en el socialismo, primero entre puestos medianos dentro de las Juventudes Socialistas, la UGT y la Agrupación Socialista Madrileña, y después en responsabilidades que le convierten en una figura de peso dentro de sus filas.

Una testigo de excepción de esta transformación fue la singular Hildegart Rodríguez Carballeira*, antigua militante socialista, que publicará en el diario “La Tierra” el 5 de octubre de 1932 un furibundo retrato de García Atadell, en una columna titulada “¡Cuatro años de militancia socialista!”, donde ajusta cuentas con su anterior partido:
Una evolución aprovechada.
En la guandoca de Madrid había ya una cama reservada para un pensionista tan habituado a visitarla, que habíase familiarizado con el lóbrego recinto. Tratábase de un militante comunista, y su nombre era Agapito García Atadell. Era tipógrafo, pero, debido a sus “ideas”, rara vez encontraba trabajo. Por no sabemos qué medios, la conciencia del comunista acérrimo sufrió una evolución por demás curiosa. Ingresó en el socialismo, ingreso que patrocinó Saborit. Pocas horas después, Atadell empezó a ganarse la confianza de los dirigentes. No habían transcurrido meses cuando, con dietas de propagandista oficial, salía a realizar campañas en exaltación de la colaboración ministerial y, en particular, del Sr. Largo Caballero, pocos meses antes de las elecciones de Constituyentes, desde el mes de abril, pues marchó a Vivero antes del 1 de mayo del primer año de República. Atadell intentó, sin éxito, conquistar un acta por Galicia. Inútil empeño, pese a su “reclamo personal” en “El Socialista”, donde enviaba diariamente informes telegráficos que terminaban con grandes ovaciones y aclamaciones “al futuro diputado por el distrito”. A su regreso, Atadell ingresó en la “carrera de consolación” de los cargos retribuidos, y nada menos que en la Secretaría de la UGT, de donde se desplaza accidentalmente en la labor de propaganda sindical. De la guandoca a la poltrona secretarial va, desde luego, una bien apreciable diferencia”.

La actividad represiva de las milicias de García Atadell encontró entre los meses de agosto, septiembre y octubre de 1936 un extraordinario eco en la prensa republicana, como muestra este reportaje también de "Crónica", del 4 de octubre. (Biblioteca Nacional)

Esta ascensión no termina ahí. El antiguo tipógrafo consigue convertirse en asiduo colaborador del semanario “Renovación”, órgano de la Federación de Juventudes Socialistas de España, donde escriben también personas que también ocuparían puestos de responsabilidad en la represión en el Madrid revolucionario, como Santiago Carrillo o Segundo Serrano Poncela. Comienza a publicar sus artículos al menos desde marzo de 1932, según los fondos del semanario que conserva la Fundación Pablo Iglesias. Salvo excepciones, como el titulado “Marinerías”, de pretensiones literarias, que es su segunda colaboración, fechada el 26 de marzo, todos son artículos doctrinales contra el capitalismo, el imperialismo o la propiedad privada y sobre la actividad de las juventudes socialistas, el partido y el sindicato.

García Atadell se muestra como un socialista sin fisuras. La citada Hildegart le identificaba como “isabelino”, inclinado por la participación en el gobierno, frente a los “sarracenos”, que se oponían, como era el caso de ella. Sin embargo, García Atadell consideraba, al igual que la corriente representada por Largo Caballero, que la Segunda República era un medio para conseguir la dictadura del proletariado. Así, el 1 de mayo de 1932 concluye su colaboración con ese deseo:
“El Primero de Mayo que yo saludaré con fervor y entusiasmo será aquel en el que en nuestro país gocemos de la República Socialista”.
En otro artículo en “Renovación”, publicado el 3 de septiembre de 1932 a las puertas del XVII Congreso de la UGT, escribe:
“¿Que la República no es tal como nosotros quisiéramos? De acuerdo. Pero (y aquí entra el natural pero español) puede serlo.

Víctor Hugo calificó así este problema: “Esto matará a aquello”

Y así es: la República burguesa morirá en manos de la República socialista”.
García Atadell muestra también, en una colaboración del 15 de febrero de 1933, su inquina contra los movimientos insurreccionales anarquistas, a los que acusa de hacer el juego a la burguesía y a los caciques rurales. Contra unos y otros, propone
“prescindir, naturalmente, de los procedimientos democráticos con harto dolor de nosotros, para hacer entrar en razón a los anarcosindicalistas y a las fuerzas de derecha, patronales y reaccionarias, íntimamente ligadas por intereses comunes. Sólo así se haría en España una labor republicana”.

Semanario de la Federación de Juventudes Socialistas de España, donde García Atadell colaboraba

En otro número de “Renovación”, del 8 de abril de 1933, escribe sobre el ascenso de Hitler al poder en Alemania y propone combatir la dictadura nancy.
“Frente a la dictadura del fascio procede realizar la dictadura socialista”, dice en el artículo, en el que advierte a sus camaradas: “Y conviene decirlo dentro de nuestras filas, ya que aún hay compañeros sensibles que se conduelen cuando se les habla de establecer la dictadura del proletariado, que no es otra cosa que establecer la dictadura de clase”.
El 7 de octubre de 1933, el futuro jefe de la “checa” de la calle “de la S” vuelve a reclamar en el órgano de las juventudes socialistas de España la destrucción de las ideas democráticas en los cuadros de la UGT y del PSOE:
“Estos y aquellos deben ser radicalizados, trastrocando de la mentalidad de algunos de sus componentes los viejos prejuicios demagógicos del liberalismo y la democracia, faramallas ya pasadas de moda y solo subsistentes para engañar a cuatro incautos que creen posible que por tales procedimientos se puede llegar a la emancipación de la clase trabajadora”.
Es en esa misma época cuando García Atadell se erige primero en secretario y después en presidente de la Asociación del Arte de Imprimir, creada en 1871 por Pablo Iglesias, y que sería el germen del futuro PSOE, fundado ocho años después. Es un cargo de gran poder político y simbólico entre la militancia socialista. Precisamente, el 21 de enero de 1934, con motivo del LXII aniversario de la fundación de la citada Asociación, García Atadell interviene en un acto junto con Francisco Largo Caballero, presidente del PSOE y secretario general de UGT, en el Cinema Europa de Bravo Murillo.

Según la crónica del acto publicada por el diario “Luz” al día siguiente, García Atadell
“fijó la posición de la entidad ante el momento político actual, posición que consiste en no fiar nada ya a la democracia y el liberalismo y poner sus esperanzas en la eficacia de un movimiento revolucionario. La postura contraria la considera propia de simples o de pérfidos”.
 
"Mundo gráfico" publicaría el 24 de enero una foto de los oradores del acto del cinema Europa, la única posiblemente en la que aparece García Atadell junto a Largo Caballero, imagen desconocida de ambos socialistas tomada precisamente en la que sería una de las más siniestras checas del Madrid revolucionario, la del pistolero anarquista Felipe Sandoval, alias "Doctor Muñiz".


Imagen desconocida de Agapito García Atadell, el primero por la derecha, junto con Francisco Largo Caballero, presidente del PSOE y secretario general de UGT, en el acto celebrado el 21 de enero de 1934 por el LXII aniversario de la fundación de la Asociación del Arte de Imprimir en el Cinema Europa de la madrileña calle Bravo Murillo. El futuro chequista reclamó en su intervención "no fiar nada ya a la democracia y el liberalismo y poner sus esperanzas en la eficacia de un movimiento revolucionario". A la izquierda de la imagen, Eusterio Tarrero, presidente de la Federación Gráfica. Entre Largo y García Atadell aparece el diputado socialista Ramón Lamoneda. ("Mundo Gráfico", 24 de enero de 1934. Fotografía de Cortés. Biblioteca Nacional)

Ese mismo año 1934 su nombre adquirirá una gran proyección en las filas socialistas con motivo del conflicto laboral desencadenado en marzo en el diario ABC, de cuyo comité de huelga se convertirá en secretario. El motivo de la huelga es la contratación por los Luca de Tena de un obrero suplente sin carné de la UGT, lo que García Atadell achaca a la voluntad de los propietarios de “introducir en los talleres elementos de una jovenlandesal fascista para suplantar, poco a poco, a los obreros organizados”, según afirma en una entrevista que el diario “Luz” publica el 6 de marzo con su fotografía.

La Asociación del Arte de Imprimir desempeña en el conflicto un papel decisivo como instrumento de coacción en un momento en que el socialismo español se deslizaba hacia la ruptura revolucionaria con el régimen republicano. Los trabajadores de los talleres del diario monárquico se declaran en huelga y la empresa despide a los huelguistas. El conflicto se extenderá entre el 12 de marzo y el 15 de marzo a todo el sector de las artes gráficas. En junio de ese mismo año es sustituido al frente de la Asociación por el también socialista Edmundo Lorenzo.

En los meses siguientes, el PSOE y la UGT se abisman decididamente en la conspiración revolucionaria, que estallará con su golpe armado de octubre siguiente contra la legalidad constitucional republicana, que causa más de mil muertos en toda España, especialmente en Asturias, donde sofoca la rebelión el ejército. Unas semanas antes, a mediados de septiembre, en un registro en la Casa del Pueblo madrileña, en la calle Piamonte, 2, las fuerzas policiales habían encontrado un alijo de explosivos y armas. Serían detenidos los miembros de la Junta Administrativa de la sede socialista: Wenceslao Carrillo, su presidente, Agapito García Atadell y Pascual Tomás. Fueron condenados a tres años de prisión por depósito de explosivos y armas.


La Casa del Pueblo de la calle Piamonte, 2, poco después de su inauguración. En septiembre de 1934, la Policía se intervino de un alijo de explosivos y armas, lo que motivó la detención de varios dirigentes socialistas, entre ellos García Atadell. ("El Socialista", 4 de diciembre de 1908. Foto extraída del blog antiguoscafesdemadrid.blogspot.com)

En noviembre, aún preso, García Atadell comparece como testigo en el juicio contra Largo Caballero como presunto cabecilla del golpe revolucionario, del que sería absuelto por falta de pruebas. El fiscal general de la República, Marcelino Valentín Gamazo, había solicitado para él la pena de 30 años de prisión por delito de rebelión. Valentín Gamazo sería asesinado por milicianos frentepopulistas el 5 de agosto de 1936, en Tébar (Cuenca), junto con sus hijos Francisco Javier, José Antonio y Luis Gonzaga, de 21, 20 y 17 años, respectivamente.

García Atadell, que compartió prisión en la Modelo madrileña con Lluís Companys y el propio Largo Caballero por los sucesos de 1934, saldría de la guandoca el 22 de febrero de 1936 beneficiado por la amnistía del nuevo gobierno Frente Popular a los condenados por la participación en el golpe contra el orden constitucional de la República. El propio García Atadell sería uno de los anfitriones en la visita que Companys hizo a la Casa del Pueblo el día 27 tras su salida de la prisión.


Entrevista a García Atadell en el diario "Luz", el 6 de marzo de 1934, con motivo de la huelga de los trabajadores de los talleres de ABC, de cuyo comité fue secretario. La Asociación del Arte de Imprimir desempeñó en el conflicto un papel decisivo como instrumento de coacción en un momento en que el socialismo español se deslizaba hacia la ruptura revolucionaria con el régimen republicano. (Biblioteca Nacional de España)

En marzo, García Atadell forma parte, como número cuatro, para el puesto de vicesecretario, de la candidatura del prietista Ramón González Peña a la presidencia de la Agrupación Socialista Madrileña, y lo hace además por delante de nombres como los de Juan Negrín, Marcelino Pascua, Rafael Henche o Francisco Cruz Salido, prueba de su influencia en el partido. La lista de González Peña será finalmente derrotada por la de Largo Caballero.

Desde entonces hasta el golpe militar de julio de 1936, no hay más noticias de García Atadell, que reaparece en la prensa madrileña el 22 de julio por su presencia en Alcalá de Henares el día anterior, cuando se rinden las fuerzas allí sublevadas a una columna gubernamental, si bien no se explica con qué cometido.

El penúltimo capítulo de su trayectoria, después de haberse erigido en virrey del Madrid del terror revolucionario, será su huida de la capital a finales de octubre de 1936, ante la proximidad de las fuerzas nacionales. Su pretexto para salir de la ciudad es asistir a la boda en Alicante de un miembro de su banda, como declararía en la Causa General franquista Emilia Donapetri, que dijo haber sido protegida por García Atadell de la amenaza de otros chequistas. La razón de aquel trato favorable era que el tipógrafo había trabajado en la imprenta que la familia Donapetri tenía en Vivero.

Con sus lugartenientes Luis Ortuño y Pedro Penabad, acompañados de sus mujeres -la suya, Piedad Domínguez Díaz, una antigua monja de Cristo Rey, que profesó 12 años en distintos conventos, incluido el de Vivero-, García Atadell escapa hacia Alicante después de haber vaciado, según algunos testimonios, la caja de caudales de su “checa” con el dinero, las joyas y valores robados a sus víctimas.


El vapor "Mexique", en el que García Atadell zarpó de Saint-Nazaire (Francia) con destino a La Habana en su huida de la España republicana con el producto de los robos a las víctimas de su checa. Fue detenido por las autoridades nacionales cuando el barco hizo escala en Santa Cruz de la Palma a finales de noviembre de 1936.

En Alicante se embarcan rumbo a Marsella con cédulas de identidad cubanas, ya que su destino último es La Habana. De Marsella viajan a Saint-Nazaire, donde emprenden viaje a bordo del vapor “Méxique”. Su presencia no pasa desapercibida para otros viajeros. Cuando el vapor hace escala en el puerto canario de Santa Cruz de la Palma a finales de noviembre, las autoridades franquistas detienen a García Atadell y a Penabad.

El antiguo tipógrafo declara en los interrogatorios no tener relación alguna ni con los crímenes ni los robos de sus hombres. Afirma incluso que su misión era la de proteger a posibles víctimas del terror incontrolado, como fue el caso atestiguado por Emilia Donapetri, a quien antes de huir de Madrid entregó un número de teléfono para que pidiera ayuda si se veía en peligro.**


Gacetilla aparecida en la portada del diario republicano "Ahora", de Madrid, el 17 de julio de 1937, sobre el ajusticiamiento de García Atadell en la zona nacional. (Biblioteca Nacional)

Conducido a Sevilla, García Atadell es juzgado, condenado a fin y ejecutado a garrote vil el 15 de julio. Tenía 35 años de edad. En la zona republicana, el diario madrileño “Ahora” titulará lapidariamente “Un traidor menos” el siguiente despacho de agencia que informa de su fin:
PARÍS, 16.- Comunican de Sevilla que García Atadell, que fue condenado a "ser estrangulado por hierro" por el Tribunal da Sevilla, cuyo fallo fue confirmado por las "autoridades superiores", fue ejecutado ayer por la mañana en Sevilla.-Fabra
Cuatro meses antes, el diario "La Voz" había citado al antiguo tipógrafo en un editorial en su portada titulado "Todo el mundo a las armas", con el que exhortaba a la movilización general contra los sublevados, criticando el poder de los revolucionarios de salón de palacios requisados y gatillo fácil:
¡Tiempos de la cena gratis y del vermú gratis, y de la merienda gratis, y de la cama gratis y del amor gratis! ¡Tiempos de las "checas" clandestinas, tiempos de García Atadell, tiempos de la ametralladora para tomar café—para tomar café incautado, ni que decir tiene—, tiempos de los patéticos registros que cortaba entre lágrimas una propina deslizada a tiempo!
Sorprendente mención a García Atadell por parte de un diario que, al igual que otros tantos, se encargó de difundir y ensalzar con profusión las actividades criminales de su "brigadilla" durante el verano y otoño de 1936, cuando el socialista que luchaba por la revolución y la dictadura del proletariado decidía en un palacete incautado sobre la vida y la libertad de sus "enemigos de clase" enfundado en una bata de casa y atendido por doncellas con uniforme y delantales de encaje, saboreando las delicias fruto de sus pillajes.

Artículo publicado en el blog de Pedro Corral.
 
La huida de Madrid
Solo tres días después de la publicación en la otra España de este artículo, se produjo un bombazo informativo en la prensa republicana. El 13 de noviembre del 36, varios diarios madrileños publicaron que García Atadell y algunos de sus hombres “habían huido” de España. La fecha de la huida fue a finales de octubre pero no se dio a conocer a la opinión pública hasta bien entrado noviembre.

PIEDAD

Pasaporte de Piedad García, esposa de García Atadell. – “Geografía e historia de una huida y un exilio” de Sara Izquierdo Álvarez

Nuestro protagonista, su esposa y dos de sus colaboradores (Luis Ortuño y Pedro Penabab) abandonaron la capital con varias maletas cargadas de dinero y joyas de las “incautaciones” que había hecho la Brigada del Amanecer. Llegaron a Santa Pola (Alicante) y una vez allí, consiguieron escapar a Francia en un barco con bandera argentina. Algunas versiones dicen que lograron llegar a Marsella con unos pasaportes falsos aunque otras aseguran que el viaje a Francia fue “legal” ya que el grupo tenía previsto realizar una delicada misión de contraespionaje en el país vecino.

Como decimos, este 13 de noviembre del 36, la prensa republicana hacía oficial la fuga de García Atadell, cargando contra él por haber “huido” en uno de los momentos más delicados de la defensa de Madrid. El periódico Ahora publicó la siguiente nota de prensa firmada por el Comité de Control de las Milicias de Investigación:
“Se pone en conocimiento de la opinión en general que con la huida al extranjero del que fue jefe de esta brigada, García Atadell en compañía de los agentes Luis Ortuño y Pedro Penabad (llevándose maletines de pertenencia colectiva), no quebranta en lo más mínimo el celo y la habilidad con que han venido actuando hasta hoy. Sin que, por el contrario, a las órdenes de la Junta de Defensa y la Dirección General de Seguridad, centuplicaron su entusiasmo para exterminar el fascismo, sin que ninguno de los camaradas que componen esta brigada puedan compartir la más mínima responsabilidad con los que cobardemente abandonan a sus compañeros en los momentos más críticos. En cualquier parte del mundo donde estos hombres pongan sus plantas, llevarán el estigma de la traición. Adelante todos. Firmado Ángel Sénder, Antonio Alhach, Ovidio Barba, Fermín Blázquez y Pedro Ortega”.
ARTICULO AHORA 13 NOVIEMBRE HUIDA

Nota de prensa sobre la huida de Atadell / Hemeroteca Nacional

“El Sol” también publicó en su edición del 14 de noviembre la nota de prensa sobre la huida de García Atadell en una de sus páginas principales, justo al lado de un reportaje que hablaba del republicanismo de Antonio Machado y León Felipe.
La prensa franquista también recibiría la noticia de la evasión del gallego aunque con algunas imprecisiones. Leamos un fragmento del breve publicado el 19 de noviembre por el “Diario de Córdoba”: “El peligroso anarquista García Atadell se ha fugado a Francia”. La noticia decía que había llegado a San Juan de Luz procedente de Alicante, diciendo que nuestro protagonista se había “distinguido siempre por sus campañas terroristas”.

Un día después. el 20 de noviembre, otro diario sublevado, el “Diario Palentino”, hablaba de la marcha de Madrid del “siniestro García Atadell” que se encontraba en Marsella. La versión de este periódico era mucho más certera que el anterior, aunque la descripción era mucho más contundente pues le llamaban “malo y fistro”.

La huida a Cuba
Sabemos que García Atadell y sus compañeros fugados consiguieron llegar a Francia, casi al mismo tiempo que la prensa republicana les acusaba de “traidores” por su evasión. Estuvieron en Marsella casi una semana hasta que se hicieron con unos visados falsos para viajar a Cuba donde intentarían empezar una nueva vida. El 20 de noviembre, se embarcaron en el vapor Mexique con destino La Habana que previamente haría escala en La Coruña y en las Islas Canarias, territorios controlados por los sublevados.

Rumbo a Cuba
Mientras tanto, la República hacía las gestiones diplomáticas pertinentes para intentar localizar en Francia a nuestro protagonista y procurar su extradicción . Por medio del cineasta Luis Buñuel (que estaba en París), el Gobierno republicano supo que García Atadell se iba a embarcar en un vapor, que haría escala en zona franquista, para trasladarse a Cuba. Estamos convencidos de que fue la República quién avisó a los nacionales de que el ex policía del Frente Popular llegaría hasta su zona.

ARTICULO 19 NOVIEMBRE, PERIODICO FRANQUISTA CORDOBA

Diario de Córdoba el 19 de noviembre de 1936 / Prensa Histórica

Como antes hemos dicho, el vapor Mexique en el que viajaban con nombre supuesto García Atadell y sus dos colaboradores, llegó hasta La Coruña (ciudad controlada por los nacionales) el mismo 20 de noviembre antes de continuar el viaje. Allí subieron a bordo un grupo de guardias civiles y falangistas cuya misión consistía en intentar localizar entre los pasajeros del barco a posibles “enemigos” del bando sublevado. El trayecto entre La Coruña y Santa Cruz de la Palma (Canarias) duró cuatro días, el tiempo suficiente para que los guardias civiles y los falangistas empezaran a sospechar de García Atadell y sus hombres que llevaban pasaportes falsos.

La detención en La Palma
Cuando el vapor llegó hasta el puerto canario, la autoridad portuaria ordenó realizar un registro en el interior del mismo y detener a algunas personas que podían ser sospechosas, entre ellas, García Atadell y Penabab. En muy pocos minutos, todas las sospechas de los sublevados se confirmarían: el “peligroso” García Atadell estaba en territorio nacional. Como es lógico fue detenido el 24 de noviembre del 36 y trasladado, primero hasta Tenerife y más adelante hasta Sevilla donde sería juzgado.

26 NOVIEMBRE EL LIBERAL

La prensa republicana publicó erróneamente que García Atadell había sido detenido en París

La opinión pública en territorio republicano no tendría más noticias de García Atadell hasta el 26 de noviembre de 1936, solo dos días después de ser arrestado por los sublevados en Canarias. El periódico valenciano “El Liberal”, publicaba que “el ex jefe de la Brigada de Investigación” había sido detenido en “París”, un dato que era rotundamente falso. El encargado de facilitar la noticia a la prensa había sido el subsecretario e Justicia de la República, Sánchez Roca, quién manifestó a los periodistas que había sido arrestado en París en una operación de la Policía española. Decía también que el Tribunal Supremo iba a iniciar el expediente de extradicción. Este mismo día, la revista falangista “Azul” informaba del arresto en Canarias del “jefe de la checa de Madrid” cuando “huía a América.

26 NOV REVISTA AZUL

Revista falangista Azul sobre el arresto de García Atadell

Lo cierto es que los periódicos republicanos no volvieron a mencionar a García Atadell hasta bien pasado enero del año 1937. A efectos oficiales, la ciudadanía en Madrid pensaba que el ex policía permanecía detenido en París por las autoridades francesas a la espera de ser extraditado. En ningún momento se anunció que los sublevados tenían en su poder al que fuera responsable de la Brigada del Amanecer, posiblemente porque eso hubiera mermado la jovenlandesal de la retaguardia republicana.

El 17 de enero del 37, “La Libertad”, publicaba un breve que decía: “¿Ha muerto García Atadell?”. El autor de la noticia se respondía a sí mismo diciendo que era: “un aventurero menos”. El texto decía que el corresponsal de Solidaridad Obrera en París se había enterado de que el gallego había fallecido en la capital francesa, sin especificar más detalles sobre el asunto. Obviamente, la noticia era totalmente falsa: nuestro protagonista no moriría hasta julio de ese año, fecha en la que se produjo su ejecución en Sevilla. Un mes más tarde, el 27 de febrero, otro diario del Frente Popular, “El Liberal” de Valencia, ofrecía más datos falsos sobre el gallego:
“El periódico Castilla Libre asegura que García Atadell vive actualmente en París y dice que quién ha comunicado la noticia, le ha visto pasear por las calles céntricas de la capital de Francia luciendo una magnífica sortija”.
ARTICULO LA LIBERTAD 17 ENERO 1937


Otras publicaciones izquierdistas como el periódico “Justicia Social”, editado por los socialistas de Menorca, aseguraban en marzo de 1937 que García Atadell no estaba vivo sino que había fallecido tras ser detenido por la Policía francesa en Casablanca y que había “pagado su deuda” con su fin. Esta información seguía siendo falsa.

Como bien saben los lectores de www.gueraenmadrid.net, García Atadell fue juzgado en Sevilla por las autoridades nacionales donde terminaría convirtiéndose al catolicismo. Su consejo de guerra le condenó a la pena de fin, siendo ejecutado en julio de 1937 por medio de garrote vil. Hasta el propio mes de julio, la prensa republicana no anunció que García Atadell se encontraba en poder de los nacionales. Así lo anunciaron varios diarios como
“Nuestra lucha: el portavoz de la Unidad Obrera” que el 9 de julio publicaron la siguiente pieza: “El final de un traidor. Por un periodista extranjero, procedente del campo rebelde, se sabe que Agapito García Atadell ha sido detenido en Las Palmas cuando se dirigía a Cuba con algunos de sus cómplices…Fue trasladado a Sevilla y uno de estos días se verá el proceso. Uno de sus secuaces, llamado Ortuño, consiguió autorización de los facciosos, marchó a América con todo el dinero, alhajas y equipaje que habían sacado de Madrid”.
Seis días más tarde, este mismo periódico anunciaba la condena a fin del ex policía republicano. Detrás lo hicieron otros diarios.
 
¿Qué fue de las maletas de García Atadell, llenas con las joyas robadas en todos los palacetes nobles de Madrid?

En la época se dijo esto: "Uno de sus secuaces, llamado Ortuño, consiguió autorización de los facciosos, marchó a América con todo el dinero, alhajas y equipaje que habían sacado de Madrid”

Sin embargo, yo sé exactamente qué pasó con ellas, y qué familia se quedó con todo el botín, que nunca llegó a salir de España.
 
Me lo apunto para leerlo despues. Me pongo palote leyendo historias de patriotas españoles de verdad torturando Muy de derechas y jovenlandeses de cosa de Franco.
 
Cuenta, cuenta.

En el barco Mexique no viajaban guardias civiles, sino sólo dos falangistas embarcado en La Coruña. Al llegar al puerto de Santa Cruz de la Palma, estos dos falangistas cogieron a Agapito en volandas y, a pesar de las protestas, lo obligaron a desembarcar. A bordo quedó la mujer y el resto de los compinches.

Agapito fue entregado a la Guardia Civil presente en el puerto y, acompañados de los dos falangistas, lo llevaron a la Comandancia del puerto donde quedó temporalmente retenido.

En este momento de confusión el jefe de aduanas subió al barco y requisó las maletas del pasajero desembarcado. El capitán del barco insistía en partir cuanto antes, pues la tripulación estaba inquieta por el incidente. Y así se hizo.

Unas horas después apareció la Guardia Civil preguntando por las maletas, pero el jefe de aduana dijo que nadie había bajado nada y que el barco había partido hacia Cuba.

La realidad es que estas maletas fueron trasladadas a la casa del jefe de aduana, casi de inmediato al desembarco. Este sujeto era conocido y repudiado por robar parte del dinero que enviaban de Cuba los pagapensiones a sus mujeres. Abría los sobres y paquetes que llegaban en los barcos y, con la excusa de revisar, les quitaba la mitad. La gente se daba cuenta porque en las cartas el viajero decía: "Te envío 100 pesos" y les llegaban 50 a las mujeres.

Cinco años después de este incidente murió este jefe de aduanas con una enfermedad muy dolorosa; estuvo tres dïas y noches dando alaridos y la gente del pueblo decía: "Está pagando las culpas de tantos robos".

Pero cuatro años después de su fin, hacia 1946, sus hijos emprenden un viaje a Londres. Y a su regreso empiezan a manifestar un nivel de vida desconocido hasta entonces. Compran casas lujosas, automóviles lujosos que se hacían importar de Londres, y fundan una empresa de importaciones que hasta el día de hoy es de las más grandes de Canarias. Era la comidilla popular que todo se debía a la venta de las joyas de las maletas, pero era sólo eso, un simple rumor.

Hasta que un día, hacia 1950, hubo una fiesta en el Club Nautico de la capital. Y a esta fiesta acudió un aristócrata de Madrid que visitaba la isla. Le presentaron a toda la florinata local, y cuando fue a besar la mano de la mujer de uno de los hijos de la familia en cuestión, se quedó helado:

"Señora, ¿de dónde ha sacado usted este anillo?"
La mujer no sabía que contestar...
"Pues no lo recuerdo..."
"Yo sí. Este anillo perteneció a mi bisabuela, y luego a mi abuela y luego a mi progenitora. Y fue robado por García Atadell en 1936."

La mujer, al oir esto, cayó desmayada, y el marido la recogió y ambos salieron del Club, sin volver más nunca después de este incidente. Y de este modo el pueblo confirmó el rumor.

Como anécdota, había un afeminado muy conocido que solía pasear con vestimentas muy llamativas. Una vez que paseaba con una chaqueta rosada por la avenida, uno de los hijos de esta familia le increpó, con un retintín afeminado, diciendo: "Oye, ¿quién te regaló esa chaqueta tan bonita?" Y el afeminado se volvió sonriendo y le espetó: "¿Te gusta? Pues mira por donde, me la trajeron en una de las maletas de García Atadell" ---Esto hizo que el joven homófobo tuviera que bajar la cabeza y salir huyendo, entre las risas de los transeuntes. Esta anécdota se hizo inmensamente popular.
 
Hace años leí que justo en la posguerra un noble con grandeza de España y su mujer, promonárquico, fue desterrado por Franco a la isla de La Palma. En una fiesta en un elitista club social donde se reunía la burguesía isleña fue la esposa del noble quien sobresaltada advirtió que la inconfundible joya familiar de su suegra lucía en una dama palmera. Sabían perfectamente quién y cuándo se la había arrebatado, pero no sospechaba encontrarla ahí.

Creo que llegó a realizarse una exposición acerca de las maletas de Atadell.

Hace tanto tiempo que leí de esto que ya me bailan datos y nombres. Venga, please, @Nefersen cuéntanos más cosas y danos datos.
 
En el barco Mexique no viajaban guardias civiles, sino sólo dos falangistas embarcado en La Coruña. Al llegar al puerto de Santa Cruz de la Palma, estos dos falangistas cogieron a Agapito en volandas y, a pesar de las protestas, lo obligaron a desembarcar. A bordo quedó la mujer y el resto de los compinches.

Agapito fue entregado a la Guardia Civil presente en el puerto y, acompañados de los dos falangistas, lo llevaron a la Comandancia del puerto donde quedó temporalmente retenido.

En este momento de confusión el jefe de aduanas subió al barco y requisó las maletas del pasajero desembarcado. El capitán del barco insistía en partir cuanto antes, pues la tripulación estaba inquieta por el incidente. Y así se hizo.

Unas horas después apareció la Guardia Civil preguntando por las maletas, pero el jefe de aduana dijo que nadie había bajado nada y que el barco había partido hacia Cuba.

La realidad es que estas maletas fueron trasladadas a la casa del jefe de aduana, casi de inmediato al desembarco. Este sujeto era conocido y repudiado por robar parte del dinero que enviaban de Cuba los pagapensiones a sus mujeres. Abría los sobres y paquetes que llegaban en los barcos y, con la excusa de revisar, les quitaba la mitad. La gente se daba cuenta porque en las cartas el viajero decía: "Te envío 100 pesos" y les llegaban 50 a las mujeres.

Cinco años después de este incidente murió este jefe de aduanas con una enfermedad muy dolorosa; estuvo tres dïas y noches dando alaridos y la gente del pueblo decía: "Está pagando las culpas de tantos robos".

Pero cuatro años después de su fin, hacia 1946, sus hijos emprenden un viaje a Londres. Y a su regreso empiezan a manifestar un nivel de vida desconocido hasta entonces. Compran casas lujosas, automóviles lujosos que se hacían importar de Londres, y fundan una empresa de importaciones que hasta el día de hoy es de las más grandes de Canarias. Era la comidilla popular que todo se debía a la venta de las joyas de las maletas, pero era sólo eso, un simple rumor.

Hasta que un día, hacia 1950, hubo una fiesta en el Club Nautico de la capital. Y a esta fiesta acudió un aristócrata de Madrid que visitaba la isla. Le presentaron a toda la florinata local, y cuando fue a besar la mano de la mujer de uno de los hijos de la familia en cuestión, se quedó helado:

"Señora, ¿de dónde ha sacado usted este anillo?"
La mujer no sabía que contestar...
"Pues no lo recuerdo..."
"Yo sí. Este anillo perteneció a mi bisabuela, y luego a mi abuela y luego a mi progenitora. Y fue robado por García Atadell en 1936."

La mujer, al oir esto, cayó desmayada, y el marido la recogió y ambos salieron del Club, sin volver más nunca después de este incidente. Y de este modo el pueblo confirmó el rumor.

Como anécdota, había un afeminado muy conocido que solía pasear con vestimentas muy llamativas. Una vez que paseaba con una chaqueta rosada por la avenida, uno de los hijos de esta familia le increpó, con un retintín afeminado, diciendo: "Oye, ¿quién te regaló esa chaqueta tan bonita?" Y el afeminado se volvió sonriendo y le espetó: "¿Te gusta? Pues mira por donde, me la trajeron en una de las maletas de García Atadell" ---Esto hizo que el joven homófobo tuviera que bajar la cabeza y salir huyendo, entre las risas de los transeuntes. Esta anécdota se hizo inmensamente popular.

Esto tienes que publicarlo en algún libro, revista de historia o algo asi
 
Hace años leí que justo en la posguerra un noble con grandeza de España y su mujer, promonárquico, fue desterrado por Franco a la isla de La Palma. En una fiesta en un elitista club social donde se reunía la burguesía isleña fue la esposa del noble quien sobresaltada advirtió que la inconfundible joya familiar de su suegra lucía en una dama palmera. Sabían perfectamente quién y cuándo se la había arrebatado, pero no sospechaba encontrarla ahí.

Creo que llegó a realizarse una exposición acerca de las maletas de Atadell.

Hace tanto tiempo que leí de esto que ya me bailan datos y nombres. Venga, please, @Nefersen cuéntanos más cosas y danos datos.

El elitista club es el Náutico, y ese noble es al que me refiero, Francisco de Asís Moreno y de Herrera, Marqués de la Eliseda. Fue en el 43, no en los 50.
Aquí una foto de la época:
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Es tal como lo cuentas. Fue la mujer la que se percató.

De repente contemplaron sorprendidos cómo una señora isleña lucía en su cuello una esplendida joya, un pendentif de esmeraldas, propiedad precisamente de María Teresa de Arteaga, XII marquesa de la Eliseda.
La exposición se hizo hace como cinco años en el Casino, sede de la Sociedad La Investigadora, pero, naturalmente, en ella no se referió el apellido de la familia implicada. Es un secreto a voces, pero un secreto, al fin y al cabo.
 
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