Local_Heroborrado
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José Mestre nació en Lisboa, Portugal, en el seno de una familia muy religiosa (testigos de Jehová).
Desde su nacimiento tenía una marca color de fresa en su labio superior.
De niño se le diagnosticó como hemangioma, un raro tumor debido a malformaciones vasculares, anomalías en los capilares y venas en su cara. Es como si los ríos que llevan su sangre se hubieran convertido en lagos, abultando su rostro.
Su rostro comenzó a crecer a los 16 años, en la pubertad y ahora, a sus 51, mide cerca de 45 centímetros y pesa casi 6 kilogramos.
Su cara se encuentra casi por completo obstruida por esa masa informe de carne, que lo mantiene incapacitado para poder ver, hablar y comer normalmente.
La enfermedad de José no era tan grave y pudo haber sido tratada con una operación. El problema fue que, primero su madre y luego él mismo se negaron a que lo operaran debido a que su religión le prohíbe recibir una transfusión de sangre, que era necesaria durante la operación. (es testigo de Jehová)
Durante años, José se negó a tomar un tratamiento médico adecuado debido a sus absurdas creencias religiosas. Eso le ha complicado la vida más allá de las molestias generadas por las miradas, las burlas y las personas que toman fotografías. Su tumor le bloquea la boca, nariz y uno de los ojos.
Parece que, al fin, José encontró una solución a su problema de la mano de un equipo de especialistas británicos que pretende utilizar tecnologías que no atentan contra los principios de su religión, mediante el empleo de ondas de ultrasonido para coagular la sangre.
Atención imágenes impactantes.
Desde su nacimiento tenía una marca color de fresa en su labio superior.
De niño se le diagnosticó como hemangioma, un raro tumor debido a malformaciones vasculares, anomalías en los capilares y venas en su cara. Es como si los ríos que llevan su sangre se hubieran convertido en lagos, abultando su rostro.
Su rostro comenzó a crecer a los 16 años, en la pubertad y ahora, a sus 51, mide cerca de 45 centímetros y pesa casi 6 kilogramos.
Su cara se encuentra casi por completo obstruida por esa masa informe de carne, que lo mantiene incapacitado para poder ver, hablar y comer normalmente.
La enfermedad de José no era tan grave y pudo haber sido tratada con una operación. El problema fue que, primero su madre y luego él mismo se negaron a que lo operaran debido a que su religión le prohíbe recibir una transfusión de sangre, que era necesaria durante la operación. (es testigo de Jehová)
Durante años, José se negó a tomar un tratamiento médico adecuado debido a sus absurdas creencias religiosas. Eso le ha complicado la vida más allá de las molestias generadas por las miradas, las burlas y las personas que toman fotografías. Su tumor le bloquea la boca, nariz y uno de los ojos.
Parece que, al fin, José encontró una solución a su problema de la mano de un equipo de especialistas británicos que pretende utilizar tecnologías que no atentan contra los principios de su religión, mediante el empleo de ondas de ultrasonido para coagular la sangre.
Atención imágenes impactantes.