Bueno, yo creo que más bien lo contrario. Habla de que todo seguía igual a pesar de las apariencias (al menos en el pueblo). Y del amor imposible por una mujer por dos hombres que no tienen la edad correcta para amarla (pero, ostras, ahora que lo dices, puede que indirectamente esté hablando también de España y de las ilusiones de un hombre joven y del sueño ya cascado de quien conoce cómo son realmente las cosas).
Da igual que no tengan nada en común, los comparé por fama; por los temas que trata Armiñán, y por cómo los trata, es muy superior a lo que Almodóvar sabe y puede contar. No los comparaba por estética, sino por el hecho de que Almodóvar es mucho más conocido.
Almodóvar no podría ni en mil años (a pesar de haber puesto transexuales a tuti plen en sus pelis) tocar el tema de la transexualidad desde una perspectiva tan inteligente.
Armiñan no tiene ese algo de "auteur" y es menos "cineasta", pero sus historias (sobre todo la de "Mi querida señorita") tienen algo realmente inteligente y mágico. La manera en la que habla de transexualidad en una España en la que no se puede mencionar, y cómo está retorcido para expresar que vuelve a su identidad original y verdadera, es gloriosa.
Y como cineasta, tiene una sencillez que es preciosa en sí misma. Un poco como Eric Rohmer, que hace buen cine a pesar de no poner demasiado énfasis en la imagen y su calidad.
Sus pelis tienen un duende, un alma, cosa que no tienen películas de otros directores que dirigen mejor.