La clave está en lo último que dice. Esto les puede pasar a nuestros hermanos, hijos, familiares o a nosotros mismos. Afecta a madres, hermanas o esposas por igual.
Que nadie dude que llegará el día que sin conocer si quiera a la mujer alguien acabe en la guandoca como violador por simple despecho.
Y los violadores, en la calle.
Que nadie dude que llegará el día que sin conocer si quiera a la mujer alguien acabe en la guandoca como violador por simple despecho.
Y los violadores, en la calle.