El desempleo como fracaso del capitalismo

fluffy

Perplejo
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21 Mar 2020
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Con Zapatero teníamos prácticamente la misma tasa de paro que Canadá

¿Significa eso que el PSOE es un partido capitalista o que no lo es ?
Zapatero pilló una racha alcista. Luego la dilapidó cuando la situación no era buena. Esa fue toda su gestión en esa materia.
En España habrá capitalismo, pero no hay liberalismo. Es un socialismo del que se aprovechan grandes empresas y poco más.
 

Ancient Warrior

Multiverse
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31 Mar 2021
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TON 618
La política es el fracaso del capitalismo...un capitalismo controlado por una IA incorruptible sería perfecto ...tiempo ejecutado + experiencia en producción + destreza adquirida = remuneración obtenida .
Pero con la política es otra cosa , la corrupción hace que los sindicatos pongan todo tipo de contras en trabajar más , hoy en día ese trabajo se ve afectado con personal inexperto como lo es la mujer sin experiencia ni aptitud pero obligatorio cupo de incorporación.
Hay miles de factores a discutir ....sin embargo miremos el kaizen ...producción exponencial en microfacciones ...así creció un Japón en ruinas después de la ww2....hay muchos factores pero me juego mi alma encarnada en este cuerpo de que la política de hoy en día es muy responsable del desempleo para garantizar un malestar general y con su manipulación perpetuarse en el poder pasándose la pista entre los mismos de siempre ...las familias conocidas entre sí o los acomodados .
 

ashe

Madmaxista
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8 Ene 2020
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Regimen creado por los mismos capitalistas encabezados como henry kissinger que dijo textualmente "no interesa una España fuerte" compinchado con willy brand sin olvidar rusos e franceses (entre otros)

La gente hoy no sabe que el estado está contaminado por el liberalismo de caviar del pensamiento de Rallo&amigos con los fines actuales, de ahi que lo actual no deja de ser un capitalismo de estado (en si es una aberración que nació en inglaterra por el padre del liberalismo falso llamado adam smith y mutó en la revolución francesa hasta alcanzar su mayor potencial en la URSS)

Y todo esto patrocinado por mierdocracias, apoyo popular etc, de ahi que algunos queramos abolir el regimen por la fuerza incluyendo todo los que hayan tocado poder como beneficiado y que el sistema esté liderada por una meritocracia separando sociedad civil y lo que llaman estado (en mi caso sería mínimo) en una sociedad a lo starship trooper porque ha demostrado ser la única via (dejando la monarquia REAL y CATÓLICA como la de los reyes católicos pero como eso es menos probable que lo otro...)
 

alas97

La Victoire est a Nous
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vengo de Ered Lindon.
Desde la caída del imperio austrohungaro, el sueño socialista es controlarlo todo a través del Estado y tener a la gente permanentemente en paro. para llenarse la bocaza de que ellos se ocupan de los pobres.
 

zapatitos

Será en Octubre
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25 Sep 2011
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Crisis del capitalismo: El desempleo expresa la quiebra del capitalismo (I)
Enviado por Accion Proletaria el 27 Noviembre, 2008 - 07:08
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En la situación actual una cosa, sin embargo, ha quedado clara: el desempleo ya no puede verse como se ha podido percibir durante los últimos 15-20 años. Hasta hace muy poco era presentado como consecuencia del fracaso de quién lo sufría y no como consecuencia de un fracaso del capitalismo. Al contrario, políticos, empresarios y sindicalistas hacían de "la lucha contra el desempleo" su divisa, el Estado tomaba medidas para favorecer el acceso al trabajo de los colectivos más desfavorecidos como jóvenes, emigrantes, mujeres o trabajadores mayores. Hasta hace un año, el mensaje dominante era que aquel que no tenía trabajo era porque era un fracasado, un vago, un incompetente, alguien que no sabía aprovechar las "inmensas oportunidades" que se le ofrecían. Hoy ese estereotipo que había logrado anclarse en la mentalidad popular ya no puede sostenerse con seriedad. El desempleo se convierte en un fenómeno de masas, absorbiendo de manera primordial la preocupación de trabajadores, estudiantes, familias,.. y ya no puede ser considerado como el problema particular de una serie de ciudadanos inadaptados sino como el problema general del proletariado y de la humanidad.
El desempleo acompaña a la condición obrera como la sombra acompaña al cuerpo
El capitalismo se basa en el trabajo asalariado y este a su vez en la separación de los trabajadores de los medios de producción. Esto hace que el desempleo forme parte inseparable de la condición obrera. La clase obrera incluye en su condición misma la existencia del desempleo. El capitalismo no puede funcionar sin la clase obrera pero no necesita siempre a cada uno de los trabajadores individuales los cuales pueden ser arrojados a la calle en cualquier momento. El capitalismo ha tendido siempre a formar un "ejército industrial de reserva"[1], una masa de desempleados cuya existencia misma presionaba hacia abajo los salarios y que en etapas de prosperidad podía ser rápidamente movilizada para la producción.
Ahora bien, el tamaño de este ejército industrial de reserva no ha sido el mismo a lo largo de la historia. En el siglo XIX y principios del XX, las cifras de desempleo eran relativamente bajas -alrededor del 2%- y sobre todo su duración era muy corta, como máximo 1 año. Los fenómenos de desocupación eran cíclicos -más o menos cada 10 años- pero daban paso a una ampliación considerable de la masa total de trabajadores asalariados en el mundo. Durante esa fase histórica, de capitalismo ascendente, el desempleo era pasajero y temporal, constituía una lacra dolorosa que soportaba la clase obrera pero que globalmente tendía a superarse.
Un cambio de gran envergadura se produjo en 1929 cuando, con la Gran Depresión apareción unn desempleo masivo y prolongado (durante 4-5 años). Este cambio en la naturaleza del desempleo se explica por la entrada del capitalismo en su decadencia[2], en este periodo histórico el desempleo pasa a ser permanente y estructural[3], ya no es únicamente una expresión del ejército industrial de reserva sino que adquiere una dimensión nueva: manifiesta la crisis histórica del sistema, su incapacidad para asegurar un empleo estable a la mayoría de la población y su tendencia a despilfarrar las fuerzas productivas, y sobre todo la principal de ellas: el trabajo. Y si a partir de 1934-35, comenzó a "superarse" el desempleo, fue gracias a políticas de trabajos públicos y sobre todo de producción de armamentos a gran escala que se insertaban en la preparación de la segunda guerra mundial[4].
Sin embargo, de 1945 a 1967, la tendencia al desempleo masivo pareció verse desmentida. Las tasas de paro cayeron a niveles del 1-2%. Parecía volverse a una situación similar a la del siglo XIX e incluso parecía "mejor" pues en muchos países se generalizaba el trabajo fijo de por vida y a través del llamado Estado del Bienestar se daban prestaciones a los que pasaban por situaciones momentáneas de desocupación[5]. Ahora bien, desde 1967 la situación del desempleo volvió a dar un brusco viraje. Hacia finales de los años 70 había países industrializados que soportaban tasas de paro del 10% que se prolongaron durante toda la década. España fue un país especialmente castigado que llegó a tener en 1978 un 24% de paro. En los años 80 el desempleo se hizo masivo: las reconversiones industriales se generalizaron en numerosos países y en España, bajo gobierno "socialista", significaron la destrucción de UN MILLON DE PUESTOS DE TRABAJO. En Gran Bretaña sectores como la minería, los astilleros y la siderurgia fueron reducidos a cenizas. Lo mismo ocurrió en Francia, Estados Unidos etc. Los sociólogos hablaron de viejas ciudades industriales convertidas en pura "arqueología industrial" con grandes bolsas de desempleo.
Pero desde finales de los 80 las cifras de desempleo volvieron a descender. En los últimos 15 - 20 años el paro pareció volver a cifras inferiores al 10% en un buen número de países industrializados. Todos los meses, los gobiernos presentaban ufanos reducciones significativas de las cifras de desempleados e incluso en Lisboa, los países de la UE llegaron incluso a pronosticar "el pleno empleo" para 2009. Ni siquiera aplicando un escandaloso "maquillaje" estadístico de las cifras de paro, ni usando y abusando de estrategias que como la temporalidad han estado destinadas, como veremos más adelante a enmascararlo, se ha conseguido rebajar la tasa de paro a los niveles del período 1945 -67, sino que por el contrario se ha instalado un desempleo estructural que se ha prolongado durante 40 años, lo cual es inédito en la historia del capitalismo. Además, todo eso se ha derrumbado a partir de la crisis actual iniciada en 2007.
Los desempleados de larga duración
Una masa considerable de personas -como mínimo el 4% de la población laboral- ha tenido que soportar una situación de desempleo permanente. Pese a ello, en los últimos 15 años el desempleo ha sido presentado como un problema específico y particular de los llamados "parados de larga duración".
Los componentes de este colectivo no solo han sufrido la miseria económica sino también la de tipo moral y psicológico. La sociedad los han convertido en apestados al presentarlos como fracasados, vagos e incompetentes, incapaces de asir la "oportunidad" que tenían "al alcance de la mano". Sus propios familiares los han llenado de reproches: "no buscas trabajo con suficiente ahínco", "perdiste tal o cual oportunidad", "estás viviendo a nuestra costa", Presos de un devastador sentimiento de culpa ellos mismos han escondido ante los demás su condición degradante de parados, se han aislado socialmente, lo que objetivamente era la expresión del fracaso de la sociedad se ha transformado subjetivamente en la pesadilla infamante de un fracaso personal.
Los estragos de esta marginación del trabajo en la salud psicológica y física de quienes lo han padecido quedan elocuentemente expuestos en investigaciones, como la que expone la web: www.elergonomista.com/desempleo.htm sobre la relación entre la condición de desempleados y los estados depresivos: «Las consecuencias son a nivel cognitivo: pensamientos de indefensión. Sentimientos de culpabilidad y desprecio hacia uno mismo. Disminución de la autoestima. Dificultad para tomar decisiones. Pensamientos de muerte, suicidio...», y a nivel fisiológico: « taquicardia, mareos, sudoración, rubor, tensión en el estómago, dificultades respiratorias, etc. En determinadas ocasiones estos cambios de conducta pueden convertirse en patológicos. Interfieren en la vida cotidiana del individuo y dificultan las relaciones laborales, sociales y familiares (...) La práctica clínica en el campo de las adicciones muestra en numerosas ocasiones que el desempleo, y las dificultades económicas que comporta, es un factor desencadenante de una conducta adictiva».
En la Web El sindrome asociado al desempleo: «La larga lista de trastornos asociados a la inactividad laboral, desde ansiedad, angustia y depresión, hasta hipertensión, mayor mortalidad y diversas dolencias psicosomáticas, ha originado un nuevo término médico: el "síndrome del desempleado"(...) Los trastornos psicológicos van minando progresivamente el sistema inmunológico humano y predisponen al organismo a sufrir dolencias que van desde la úlcera, la colitis y las cefaleas, hasta las cardiopatías y el asma».
Este estudio prosigue con una serie de observaciones significativas: «El médico M. H Brenner no sólo demostró en 1976 que las admisiones en los hospitales psiquiátricos de Nueva York se relacionaban con las tasas de paro en el período 1914-1967, sino que elaboró un modelo matemático capaz de predecir el aumento de la tasa de mortalidad y de admisiones en centros de salud mental que sufrirá una comunidad determinada si aumenta el desempleo. Un estudio efectuado por epidemiólogos de la Universidad de Londres (UL), a lo largo de catorce años en siete ciudades británicas ha descubierto una relación significativa entre el desempleo y la mortalidad, al comparar la salud de los varones empleados fijos con la de los parados o jubilados prematuramente. Otra investigación indica que si se toma a Europa en conjunto, la mortalidad entre los desempleados es un 20 por ciento mayor que la del resto de la población (...) Algunos especialistas han detectado un aumento exponencial de personas que se quitan la vida en los países y regiones con altas tasas de paro, como Irlanda, Escocia y España ».
Los sufrimientos de estos trabajadores son muy difíciles de medir porque, como decíamos antes, se han hecho invisibles socialmente, han llevado su cruz en el más completo ostracismo. A menudo, estas personas aparecían en la página de sucesos como protagonistas de un suicidio terrible, como trastornados que irrumpían en su antigua empresa y se liaban a tiros con sus ex compañeros y ex jefes, o como causantes de violencia doméstica. Su caso era abordado únicamente desde el ángulo sensacionalista y morboso, se les presentaba como expresiones del desquiciamiento y la desestructuración social, lo cual efectivamente reflejaba una parte de la verdad[6], pero se ocultaba sistemáticamente el otro ángulo que arriba hemos recogido: la situación de callejón sin salida, de descalabro moral, de culpabilidad exacerbada, en la que silenciosamente se han hundido estos trabajadores. Lo peor para ellos es que estaban rodeados de incomprensión, de condena implícita, no les era posible compartir sus sentimientos, discutir sobre ellos, analizarlos socialmente.
Esta especie de genocidio silencioso en que la sociedad ha hundido a los parados ha sido el resultado directo de una campaña machacona repetida hasta la saciedad: como el desempleo es una lacra en vías de extinción, los desempleados están así porque quieren.
Y eso, nos dicen, que el bueno del Estado capitalista se ha "ocupado" de ellos. Los desempleados se han visto sometidos por las oficinas de colocación a un control exhaustivo para "no tenerlos parados": cursos de reciclaje y formación, desempeño de trabajos prácticamente obligatorios -la negativa a realizarlos suponía la pérdida del subsidio-, sesiones de "asesoramiento", elaboración de innumerables currículos y envío a un sinfín de empresas...Cualquier fallo o "conducta inapropiada" del desempleo suponía la pérdida o reducción del subsidio y -lo que más regocijaba a los gobernantes- su desaparición de las estadísticas de desempleo y su inclusión en una extraña lista de "desmoralizados" que "ya no buscan empleo".
Si el desempleo parecía haber desaparecido "ideológicamente" su presencia seguía siendo terriblemente real y sus consecuencias muy profundas y destructivas. Incluso para los trabajadores que a lo largo de estos años han obtenido o han conservado un empleo "estable", el fantasma del desempleo ha estado abrumadoramente presente. La amenaza del desempleo ha sido vivida como una intimidación tremenda. Había que tragar con todo -trabajar más horas, aceptar reducciones de salario, perder prestaciones sociales- con tal de "mantener el puesto de trabajo". Esto ha sido presentado por los sindicalistas, por muchos anarquistas y por toda clase de predicadores de la "desaparición de la clase obrera" como la "prueba concluyente" del "aburguesamiento" y del carácter "reaccionario" de la clase obrera.
Estos "teóricos" no tienen en cuenta los terribles sufrimientos, las noches de insomnio, las tensiones personales y familiares, los sentimientos de culpa y humillación, que han padecido numerosos trabajadores en activo a causa de esa espada invisible -que los gobernantes, sindicalistas y empresarios proclamaban oficialmente desaparecida- constituida por la amenaza del desempleo. ¿Cuántos trabajadores -tanto eventuales como fijos- han ido enfermos a trabajar sabedores del riesgo de ser despedidos o de ser incluidos en el próximo expediente? ¿Cuántas trabajadoras han tenido que soportar acosos sensuales de jefes y encargados conscientes de que una negativa demasiado tajante podía suponer la pérdida más o menos próxima del puesto de trabajo? ¿Cuántos trabajadores han renunciado a luchar, a entrar en huelga, por miedo a la represalia inmediata y terminante que es la pérdida del puesto de trabajo?
Y a esta situación debe añadirse el enorme peso de la precarización de las condiciones laborales, a través de multitud de mecanismos desde la temporalidad de los contratos a la prolongación durante años de los estudios o del "becariado". Pero sobre las consecuencias de estos mecanismos de escamoteamiento del desempleo sobre los propios trabajadores precarios y sobre toda la clase obrera habremos de volver en el próximo artículo.
Smolni 16-11-08




Lo que estamos viviendo ahora no tiene nada que ver con el capitalismo, al contrario los que lo están ejecutando muchos de ellos son anticapitalistas que lo quieren destruir.

Saludos.
 

amcxxl

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Crisis del capitalismo: El desempleo expresa la quiebra del capitalismo (I)
Enviado por Accion Proletaria el 27 Noviembre, 2008 - 07:08
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En la situación actual una cosa, sin embargo, ha quedado clara: el desempleo ya no puede verse como se ha podido percibir durante los últimos 15-20 años. Hasta hace muy poco era presentado como consecuencia del fracaso de quién lo sufría y no como consecuencia de un fracaso del capitalismo. Al contrario, políticos, empresarios y sindicalistas hacían de "la lucha contra el desempleo" su divisa, el Estado tomaba medidas para favorecer el acceso al trabajo de los colectivos más desfavorecidos como jóvenes, emigrantes, mujeres o trabajadores mayores. Hasta hace un año, el mensaje dominante era que aquel que no tenía trabajo era porque era un fracasado, un vago, un incompetente, alguien que no sabía aprovechar las "inmensas oportunidades" que se le ofrecían. Hoy ese estereotipo que había logrado anclarse en la mentalidad popular ya no puede sostenerse con seriedad. El desempleo se convierte en un fenómeno de masas, absorbiendo de manera primordial la preocupación de trabajadores, estudiantes, familias,.. y ya no puede ser considerado como el problema particular de una serie de ciudadanos inadaptados sino como el problema general del proletariado y de la humanidad.
El desempleo acompaña a la condición obrera como la sombra acompaña al cuerpo
El capitalismo se basa en el trabajo asalariado y este a su vez en la separación de los trabajadores de los medios de producción. Esto hace que el desempleo forme parte inseparable de la condición obrera. La clase obrera incluye en su condición misma la existencia del desempleo. El capitalismo no puede funcionar sin la clase obrera pero no necesita siempre a cada uno de los trabajadores individuales los cuales pueden ser arrojados a la calle en cualquier momento. El capitalismo ha tendido siempre a formar un "ejército industrial de reserva"[1], una masa de desempleados cuya existencia misma presionaba hacia abajo los salarios y que en etapas de prosperidad podía ser rápidamente movilizada para la producción.
Ahora bien, el tamaño de este ejército industrial de reserva no ha sido el mismo a lo largo de la historia. En el siglo XIX y principios del XX, las cifras de desempleo eran relativamente bajas -alrededor del 2%- y sobre todo su duración era muy corta, como máximo 1 año. Los fenómenos de desocupación eran cíclicos -más o menos cada 10 años- pero daban paso a una ampliación considerable de la masa total de trabajadores asalariados en el mundo. Durante esa fase histórica, de capitalismo ascendente, el desempleo era pasajero y temporal, constituía una lacra dolorosa que soportaba la clase obrera pero que globalmente tendía a superarse.
Un cambio de gran envergadura se produjo en 1929 cuando, con la Gran Depresión apareción unn desempleo masivo y prolongado (durante 4-5 años). Este cambio en la naturaleza del desempleo se explica por la entrada del capitalismo en su decadencia[2], en este periodo histórico el desempleo pasa a ser permanente y estructural[3], ya no es únicamente una expresión del ejército industrial de reserva sino que adquiere una dimensión nueva: manifiesta la crisis histórica del sistema, su incapacidad para asegurar un empleo estable a la mayoría de la población y su tendencia a despilfarrar las fuerzas productivas, y sobre todo la principal de ellas: el trabajo. Y si a partir de 1934-35, comenzó a "superarse" el desempleo, fue gracias a políticas de trabajos públicos y sobre todo de producción de armamentos a gran escala que se insertaban en la preparación de la segunda guerra mundial[4].
Sin embargo, de 1945 a 1967, la tendencia al desempleo masivo pareció verse desmentida. Las tasas de paro cayeron a niveles del 1-2%. Parecía volverse a una situación similar a la del siglo XIX e incluso parecía "mejor" pues en muchos países se generalizaba el trabajo fijo de por vida y a través del llamado Estado del Bienestar se daban prestaciones a los que pasaban por situaciones momentáneas de desocupación[5]. Ahora bien, desde 1967 la situación del desempleo volvió a dar un brusco viraje. Hacia finales de los años 70 había países industrializados que soportaban tasas de paro del 10% que se prolongaron durante toda la década. España fue un país especialmente castigado que llegó a tener en 1978 un 24% de paro. En los años 80 el desempleo se hizo masivo: las reconversiones industriales se generalizaron en numerosos países y en España, bajo gobierno "socialista", significaron la destrucción de UN MILLON DE PUESTOS DE TRABAJO. En Gran Bretaña sectores como la minería, los astilleros y la siderurgia fueron reducidos a cenizas. Lo mismo ocurrió en Francia, Estados Unidos etc. Los sociólogos hablaron de viejas ciudades industriales convertidas en pura "arqueología industrial" con grandes bolsas de desempleo.
Pero desde finales de los 80 las cifras de desempleo volvieron a descender. En los últimos 15 - 20 años el paro pareció volver a cifras inferiores al 10% en un buen número de países industrializados. Todos los meses, los gobiernos presentaban ufanos reducciones significativas de las cifras de desempleados e incluso en Lisboa, los países de la UE llegaron incluso a pronosticar "el pleno empleo" para 2009. Ni siquiera aplicando un escandaloso "maquillaje" estadístico de las cifras de paro, ni usando y abusando de estrategias que como la temporalidad han estado destinadas, como veremos más adelante a enmascararlo, se ha conseguido rebajar la tasa de paro a los niveles del período 1945 -67, sino que por el contrario se ha instalado un desempleo estructural que se ha prolongado durante 40 años, lo cual es inédito en la historia del capitalismo. Además, todo eso se ha derrumbado a partir de la crisis actual iniciada en 2007.
Los desempleados de larga duración
Una masa considerable de personas -como mínimo el 4% de la población laboral- ha tenido que soportar una situación de desempleo permanente. Pese a ello, en los últimos 15 años el desempleo ha sido presentado como un problema específico y particular de los llamados "parados de larga duración".
Los componentes de este colectivo no solo han sufrido la miseria económica sino también la de tipo moral y psicológico. La sociedad los han convertido en apestados al presentarlos como fracasados, vagos e incompetentes, incapaces de asir la "oportunidad" que tenían "al alcance de la mano". Sus propios familiares los han llenado de reproches: "no buscas trabajo con suficiente ahínco", "perdiste tal o cual oportunidad", "estás viviendo a nuestra costa", Presos de un devastador sentimiento de culpa ellos mismos han escondido ante los demás su condición degradante de parados, se han aislado socialmente, lo que objetivamente era la expresión del fracaso de la sociedad se ha transformado subjetivamente en la pesadilla infamante de un fracaso personal.
Los estragos de esta marginación del trabajo en la salud psicológica y física de quienes lo han padecido quedan elocuentemente expuestos en investigaciones, como la que expone la web: www.elergonomista.com/desempleo.htm sobre la relación entre la condición de desempleados y los estados depresivos: «Las consecuencias son a nivel cognitivo: pensamientos de indefensión. Sentimientos de culpabilidad y desprecio hacia uno mismo. Disminución de la autoestima. Dificultad para tomar decisiones. Pensamientos de muerte, suicidio...», y a nivel fisiológico: « taquicardia, mareos, sudoración, rubor, tensión en el estómago, dificultades respiratorias, etc. En determinadas ocasiones estos cambios de conducta pueden convertirse en patológicos. Interfieren en la vida cotidiana del individuo y dificultan las relaciones laborales, sociales y familiares (...) La práctica clínica en el campo de las adicciones muestra en numerosas ocasiones que el desempleo, y las dificultades económicas que comporta, es un factor desencadenante de una conducta adictiva».
En la Web El sindrome asociado al desempleo: «La larga lista de trastornos asociados a la inactividad laboral, desde ansiedad, angustia y depresión, hasta hipertensión, mayor mortalidad y diversas dolencias psicosomáticas, ha originado un nuevo término médico: el "síndrome del desempleado"(...) Los trastornos psicológicos van minando progresivamente el sistema inmunológico humano y predisponen al organismo a sufrir dolencias que van desde la úlcera, la colitis y las cefaleas, hasta las cardiopatías y el asma».
Este estudio prosigue con una serie de observaciones significativas: «El médico M. H Brenner no sólo demostró en 1976 que las admisiones en los hospitales psiquiátricos de Nueva York se relacionaban con las tasas de paro en el período 1914-1967, sino que elaboró un modelo matemático capaz de predecir el aumento de la tasa de mortalidad y de admisiones en centros de salud mental que sufrirá una comunidad determinada si aumenta el desempleo. Un estudio efectuado por epidemiólogos de la Universidad de Londres (UL), a lo largo de catorce años en siete ciudades británicas ha descubierto una relación significativa entre el desempleo y la mortalidad, al comparar la salud de los varones empleados fijos con la de los parados o jubilados prematuramente. Otra investigación indica que si se toma a Europa en conjunto, la mortalidad entre los desempleados es un 20 por ciento mayor que la del resto de la población (...) Algunos especialistas han detectado un aumento exponencial de personas que se quitan la vida en los países y regiones con altas tasas de paro, como Irlanda, Escocia y España ».
Los sufrimientos de estos trabajadores son muy difíciles de medir porque, como decíamos antes, se han hecho invisibles socialmente, han llevado su cruz en el más completo ostracismo. A menudo, estas personas aparecían en la página de sucesos como protagonistas de un suicidio terrible, como trastornados que irrumpían en su antigua empresa y se liaban a tiros con sus ex compañeros y ex jefes, o como causantes de violencia doméstica. Su caso era abordado únicamente desde el ángulo sensacionalista y morboso, se les presentaba como expresiones del desquiciamiento y la desestructuración social, lo cual efectivamente reflejaba una parte de la verdad[6], pero se ocultaba sistemáticamente el otro ángulo que arriba hemos recogido: la situación de callejón sin salida, de descalabro moral, de culpabilidad exacerbada, en la que silenciosamente se han hundido estos trabajadores. Lo peor para ellos es que estaban rodeados de incomprensión, de condena implícita, no les era posible compartir sus sentimientos, discutir sobre ellos, analizarlos socialmente.
Esta especie de genocidio silencioso en que la sociedad ha hundido a los parados ha sido el resultado directo de una campaña machacona repetida hasta la saciedad: como el desempleo es una lacra en vías de extinción, los desempleados están así porque quieren.
Y eso, nos dicen, que el bueno del Estado capitalista se ha "ocupado" de ellos. Los desempleados se han visto sometidos por las oficinas de colocación a un control exhaustivo para "no tenerlos parados": cursos de reciclaje y formación, desempeño de trabajos prácticamente obligatorios -la negativa a realizarlos suponía la pérdida del subsidio-, sesiones de "asesoramiento", elaboración de innumerables currículos y envío a un sinfín de empresas...Cualquier fallo o "conducta inapropiada" del desempleo suponía la pérdida o reducción del subsidio y -lo que más regocijaba a los gobernantes- su desaparición de las estadísticas de desempleo y su inclusión en una extraña lista de "desmoralizados" que "ya no buscan empleo".
Si el desempleo parecía haber desaparecido "ideológicamente" su presencia seguía siendo terriblemente real y sus consecuencias muy profundas y destructivas. Incluso para los trabajadores que a lo largo de estos años han obtenido o han conservado un empleo "estable", el fantasma del desempleo ha estado abrumadoramente presente. La amenaza del desempleo ha sido vivida como una intimidación tremenda. Había que tragar con todo -trabajar más horas, aceptar reducciones de salario, perder prestaciones sociales- con tal de "mantener el puesto de trabajo". Esto ha sido presentado por los sindicalistas, por muchos anarquistas y por toda clase de predicadores de la "desaparición de la clase obrera" como la "prueba concluyente" del "aburguesamiento" y del carácter "reaccionario" de la clase obrera.
Estos "teóricos" no tienen en cuenta los terribles sufrimientos, las noches de insomnio, las tensiones personales y familiares, los sentimientos de culpa y humillación, que han padecido numerosos trabajadores en activo a causa de esa espada invisible -que los gobernantes, sindicalistas y empresarios proclamaban oficialmente desaparecida- constituida por la amenaza del desempleo. ¿Cuántos trabajadores -tanto eventuales como fijos- han ido enfermos a trabajar sabedores del riesgo de ser despedidos o de ser incluidos en el próximo expediente? ¿Cuántas trabajadoras han tenido que soportar acosos sensuales de jefes y encargados conscientes de que una negativa demasiado tajante podía suponer la pérdida más o menos próxima del puesto de trabajo? ¿Cuántos trabajadores han renunciado a luchar, a entrar en huelga, por miedo a la represalia inmediata y terminante que es la pérdida del puesto de trabajo?
Y a esta situación debe añadirse el enorme peso de la precarización de las condiciones laborales, a través de multitud de mecanismos desde la temporalidad de los contratos a la prolongación durante años de los estudios o del "becariado". Pero sobre las consecuencias de estos mecanismos de escamoteamiento del desempleo sobre los propios trabajadores precarios y sobre toda la clase obrera habremos de volver en el próximo artículo.
Smolni 16-11-08



el desempleo es premeditado, es una consecuencia logica de tramsformar el trabajo en una mercancia mas, no es un fracaso es otro episodio de la lucha de clases

del mismo modo que se tira la mitad de la comida, mejor tirarla a que se hundan los precios

yo me hice con unos libros muy buenos (incluido el Maria Moliner) que estaban para quemar en un almacen logistico , los mangue y nadie se entero ni los hecho en falta,
Habia cientos de toneladas traidos en camiones par quemar
preferian quemarlos que venderlos a mitad de precio o incluso donarlos
 

amcxxl

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Lo que estamos viviendo ahora no tiene nada que ver con el capitalismo, al contrario los que lo están ejecutando muchos de ellos son anticapitalistas que lo quieren destruir.

Saludos.
estamos en la fase de canibalizacion del capital, lo que lleva a la lucha entre imperios por la supremacia final, el que gana se queda con todo

en 25 años solo tendra petroleo (y poco) el que gane esta guerra mundial, los demas a la edad media
 

Blackmoon

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Noticia de rabiosa actualidad

Sin embargo otros paises capitalistas de nuestro entorno ahi siguen con su paro del 4-5%.

Igual la culpa del desempleo no la tiene el capitalismo sino otros factores. Quizas el votar a un partido que en el 100% de los casos en los que ha llegado al poder haya llevado el paro a la estratosfera tenga algo que ver.
Bingo!
 

ashe

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los socialdemocratas hicieron lo que hicieron en una base capitalista, todo va unido y de toda la mezcla los males actuales que no se entiende sin Francia, ni protestantes NI LIBERALES (encima los falsos como Rallo por ser materialistas cuando el verdadero es el de DALMACIO oscuro, de ahi que lo tengan en el ostracismo)

Una cosa es liberalismo economico y otra es el liberalismo falso que en realidad es liberticismo de la que forma el despojo de Rallo y el resto de los populares usando youtube como el 4 poder tras ser "liberalizado" por decirlo de alguna forma el pensamiento masonico en forma de progresismo (que es lo que hay detrás) aplicando la hegemonia cultural de gramsci

Y lo que dije de starship trooper es de una película que parodia el fascismo y parodiandolo define a sus detractores a la perfección demostrando que ese tipo de sociedad es mejor que cualquier democracia ya que no hay que olvidar que gran parte de la hez del mundo viene de USA, la democracia por excelencia, solo toca ver otra película llamada IDIOCRACIA que fue criticada porque definia bastante bien los males actuales siendo la democracia un error de base que ya expuso por ej miguel ayuso a la perfección

Por otra parte lo que hay en España no es una monarquia en el momento que cometió perjuro contra los principios del movimiento y el remate fue el parlamentalismo que es la muerte de toda monarquia, por eso dije que como dudo que hubiese una monarquia me quedaría con una sociedad a lo starship trooper, vamos militalizada, antidemocrata, que no trague con lo que no debe y fomente la verdadera cultura separando la paja del grano dentro de un regimen meritocratico, meritocracia es incompatible con una democracia en el momento en que se permite que una masa de guano humana vote a sus intereses a costa de jorobar a terceros ¿ejemplos? PODEMONGERS, la PSOE, PNV y todo lo que hay en euskalmordor y que decir de Pujolone y el resto de los palmeros de la burguesia catalana (encima de origen francés) con sus palmeros

No es casualidad que a mayor capacidad de voto de las masa, osea los mas progres, mayores atrocidades ¿o tengo que poner el atentado de maine, el genocidio anti-español de las filipinas, que un año después de la creación de la reserva federal estallase la primera guerra mundial y el futuro crack del 29 seguido de un largo etc incluyendo el narcotráfico en hispanoamerica entre una larga lista?

Y ya por último, es ironico que la abstención (por lo visto eso no deslegitima el sistema), otra cosa es que ahi el tinglado esté mejor montado que no deja de ser copiar el legado español quitando toda la esencia española reduciendolo todo a una sociedad mercantilista, osea cambiar el bien y el mal por lo legal e ilegal, cosa que se ve claramente con los defensores y detractores de las armas

Tanto criticar a Franco y ha demostrado después de felipe II ser el mejor estadista que ha tenido España y de los mejores de su época, por los hechos los conoceréis dijo uno