Aviso, historieta de tipo cuéntanos-más: pasen olímpicamente, pero en caso contrario no se quejen...
Unos días ha, tras completar con éxito un examen, recibo una llamada telefónica cuando estoy comiendo el menú del día. Se trata de un encargo: que antes de volver a casa me pase por el supermercado de El Corte Inglés (ECI) a comprar unos productos ecológicos para mi ahijado.
De modo que cuando acabo de comer, antes de coger la autovía me desvío y dejo mi coche en el aparcamiento de ECI y subo al supermercado.
Entro en el súper y antes de coger nada, le pregunto a una cajera si aceptan una tarjeta Visa - no me gusta el dinero en efectivo y sí el electrónico, de modo que del primero suelo llevar poco - como forma de pago. Extrañada, me responde que sí. Más tarde comprendería esa extrañeza: la tarjeta de ECI demuestra tu pertenencia a la secta, pagar con Visa o similar es herejía.
Tras dar más vueltas de las necesarias - no estoy familiarizado con esos establecimientos -, ya tengo en la cesta todos los productos de la lista. Pago, me cobran por una bolsa de plástico 0,5€ adicionales y voy a por mi coche. Antes, me paso por otra caja con el objeto de pagar el tiempo de estacionamiento. Puesto que había hecho una compra de más de 20€, esperaba que la hora y pico de aparcamiento fuese gratis.
Ja, ja, ja.
La encargada me replicó que no, que sólo ocurría en uno de estos dos casos: o bien habías hecho una compra de 30€ o más pagada con la tarjeta de ECI, o bien habías hecho una compra de 100€ pagada en efectivo, con tarjeta Visa, Mastercard, 4B...
Estaba cansado, no tenía ganas de estropearme el día poniéndome de mal humor tras haber sacado un sobresaliente de nota final. Así, sin montar ningún pollo o similar, pagué los 1,55€ que me exigían; tampoco era cosa de amargar el día a una empleada que, dicho sea sin ánimo de faltar, ni pincha ni corta en la empresa.
Los de ECI tienen que hacérselo mirar. Sus establecimientos tienen el mismo aire caspa-lux de hace 20 ó 30 años; son agobiantes de lo recargados de marcas y pijería que están; revuelve el estómago ver a tanta pobre empleada maquillada en plan meretriz barato con la cara cubierta por un dedo de grosor de potingues; y por último, puestos a cobrar por aparcar - están en su derecho -, cuando otros no lo hacen, al menos que las plazas sean decentes: las del establecimiento que visité eran tan estrechas que apenas podías abrir la puerta del coche sin golpear al estacionado a tu lado, y para entrar y salir tenías que hacer algo de contorsionismo.
tags: cuéntanos más, entre las piernas de la Thatcher
Unos días ha, tras completar con éxito un examen, recibo una llamada telefónica cuando estoy comiendo el menú del día. Se trata de un encargo: que antes de volver a casa me pase por el supermercado de El Corte Inglés (ECI) a comprar unos productos ecológicos para mi ahijado.
De modo que cuando acabo de comer, antes de coger la autovía me desvío y dejo mi coche en el aparcamiento de ECI y subo al supermercado.
Entro en el súper y antes de coger nada, le pregunto a una cajera si aceptan una tarjeta Visa - no me gusta el dinero en efectivo y sí el electrónico, de modo que del primero suelo llevar poco - como forma de pago. Extrañada, me responde que sí. Más tarde comprendería esa extrañeza: la tarjeta de ECI demuestra tu pertenencia a la secta, pagar con Visa o similar es herejía.
Tras dar más vueltas de las necesarias - no estoy familiarizado con esos establecimientos -, ya tengo en la cesta todos los productos de la lista. Pago, me cobran por una bolsa de plástico 0,5€ adicionales y voy a por mi coche. Antes, me paso por otra caja con el objeto de pagar el tiempo de estacionamiento. Puesto que había hecho una compra de más de 20€, esperaba que la hora y pico de aparcamiento fuese gratis.
Ja, ja, ja.
La encargada me replicó que no, que sólo ocurría en uno de estos dos casos: o bien habías hecho una compra de 30€ o más pagada con la tarjeta de ECI, o bien habías hecho una compra de 100€ pagada en efectivo, con tarjeta Visa, Mastercard, 4B...
Estaba cansado, no tenía ganas de estropearme el día poniéndome de mal humor tras haber sacado un sobresaliente de nota final. Así, sin montar ningún pollo o similar, pagué los 1,55€ que me exigían; tampoco era cosa de amargar el día a una empleada que, dicho sea sin ánimo de faltar, ni pincha ni corta en la empresa.
Los de ECI tienen que hacérselo mirar. Sus establecimientos tienen el mismo aire caspa-lux de hace 20 ó 30 años; son agobiantes de lo recargados de marcas y pijería que están; revuelve el estómago ver a tanta pobre empleada maquillada en plan meretriz barato con la cara cubierta por un dedo de grosor de potingues; y por último, puestos a cobrar por aparcar - están en su derecho -, cuando otros no lo hacen, al menos que las plazas sean decentes: las del establecimiento que visité eran tan estrechas que apenas podías abrir la puerta del coche sin golpear al estacionado a tu lado, y para entrar y salir tenías que hacer algo de contorsionismo.
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