Cuenta la leyenda que en un pais del norte hubo un politico (o politica) que se enfrento a una crisis. Por casualidades del destino le toco estar al mando de la gestion de esa crisis. Reunidos todos los politicos en una habitacion con unos burocratas dando informacion y estadisticas como quien reparte caramelos se veia la desesperacion de todas las personas, todos acelerados, todos con los ojos desorbitados hablando a gritos, soltando incoherencias, a veces ni siquiera se podian considerar palabras, lanzando proyectiles de saliva como si el hablar muy alto, muy rapido y sin vocalizar tuviera algun efecto sobre el mundo de fuera que estaba atravesando una crisis.
El politico miraba por la ventana mientras el caos tras el seguia aumentando, las voces subian de tono y cada vez llegaban mas informes y analisis, cada vez sonaban mas telefonos, hasta los telefonos de fuera de la habitacion no paraban de sonar, debian ser todos los politicos de menor nivel llamando a sus superiores a la vez que estos llamaban a los suyos y asi en un cadena aparentemente sin fin.
Uno de los politicos que mas alto y rapido hablaba (y mas escupia) se dirigio al politico que por azares del destino le habia tocado tener la ultima palabra:
"¿Que vamos a hacer?" - Pregunto el encendido politico canalizando la ansiedad y desesperacion del resto de sus compañeros.
El hombre en la ventana que habia estado mirando sin apartar la vista de la calle desde que el cielo estaba oscuro, viendo la vida de la ciudad despertar, los repartidores descargar, los tenderemos encender las luces y preparar los productos, los padres llevando a sus hijos al colegio durante horas, hasta ese momento en el que el cielo ya tenia tonos de horno encendido se giro:
"¿Que vamos a hacer? No vamos a hacer nada." - Respondio calmadamente.
El silencio se extendio por toda la habitacion, solo roto por el sonido de los telefonos timbrando. Unos segundos despues el politico jefe del caos que habia hecho la pregunta respondio con voz que denotaba incredulidad:
"¿Nada? ¿Como que "Nada"? Tenemos que hacer algo. Lo que sea! ¿Si no para que estamos aqui? ¿Para que sirve que tu seas quien decide que hacer si luego resulta que te entra en el panico y te congelas y decides no hacer nada? ¿Te has vuelto loco?".
El hombre de la ventana volvio a dar la espalda a la habitacion y respondio calmadamente:
"No vamos a hacer nada. "Nosotros" no vamos a hacer nada. Y que yo este aqui sirve para algo esencial, algo vital y algo que ha de hacerse y dedicidir hacerse sin dudas ni piedad." Dando un suspiro se giro y miro a todos los de la sala:
"Estoy aqui para evitar que vosotros hagais nada. Porque la unica manera de salir de esta crisis es que vosotros, y yo, no hagamos nada. ¿Y sabeis porque? Por el motivo que llevo horas mirando por la ventana. Porque ya hay otros haciendo lo necesario."