Novamas
Madmaxista
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La cúpula del órgano supervisor tranquilizó a Zapatero en un encuentro a finales de 2003, cuando era líder de la oposición, según desvela ahora Miguel Sebastián en el nuevo libro del ex ministro, 'La Falsa Bonanza'.
El ex ministro de Industria, Miguel Sebastián, desvela en su nuevo libro La Falsa Bonanza una reunión inédita en la que la cúpula del Banco de España defendía que no habría burbuja inmobiliaria durante el mandato de José Luis Zapatero. El libro será presentado mañana por el propio ex presidente del Gobierno y en él Sebastián relata una reunión seguida de almuerzo a finales de 2003 en la que los principales altos cargos del Banco de España negaron que se fuera a producir el peligro que terminó llevando a la economía nacional a la mayor crisis de su historia.
Sebastián habla en genérico de que la reunión tuvo lugar con «la cúpula del Banco de España» sin precisar nombres de los asistentes. Cuando el órgano supervisor organiza encuentros con altos cargos políticos es tradicional -y así sucede en la actualidad- que asistan el gobernador, el subgobernador y los principales directores generales. En la época ocupaban esos puestos Jaime Caruana, Gonzalo Gil y el poderoso director general y jefe del servicio de estudios era José Luis Malo de Molina, que ha continuado en este cargo hasta el pasado jueves.
Sebastián, que mantenía entonces públicamente que había riesgo de burbuja, acompañó a Zapatero y cuando surgió la pregunta, la respuesta fue que «no había ninguna burbuja inmobiliaria ni ningún riesgo para el sector financiero en España». Era también la versión oficial que manejaba el entonces vicepresidente económico saliente del Gobierno, Rodrigo Rato.
Según desvela ahora Sebastián, Malo de Molina y resto de dirigentes del órgano supervisor solo hablaban de «una ligera sobrevaloración de activos» que, en su opinión, estaba justificada por el espectacular aumento en la época de la inmi gración y la reducción del desempleo. También la compra de viviendas por parte de jóvenes que encontraban empleo animaba el sector inmobiliario, pero no había riesgo de que se fuera de la manos. Es dudoso que el Banco de España confiara entonces en que Zapatero llegaría a ser meses después presidente del Gobierno, pero en todo caso le dieron un mensaje de tranquilidad si al final ocupaba la Moncloa.
Esta versión de Sebastián contrasta con discursos públicos de Caruana en la época. Existe uno el 13 de junio de 2003 en el que el entonces gobernador pidió prudencia a los bancos en la concesión de créditos, porque no cabía descartar que el aumento del endeudamiento de familias y empresas «pudiera llegar a afectar en el futuro al ritmo de recuperación económica».
En cambio, el Boletín Económico del Banco de España correspondiente a enero de 2004 y publicado apenas semanas después de la reunión con Zapatero, sí corrobora la versión del ex asesor económico del entonces líder socialista. «El mantenimiento de los bajos costes de financiación permitió que la carga financiera continuase en niveles moderados. A pesar de la expansión de los pasivos contraídos, la riqueza neta de los hogares continuó avanzando, gracias a la revalorización de la vivienda y al ascenso de las cotizaciones bursátiles. En consecuencia, los indicadores disponibles sobre la situación financiera de los hogares sugiere que ésta sigue siendo sólida», afirmaba el documento elaborado por el primer servicio de estudios del país dirigido por Malo de Molina.
Cuando Zapatero llegó al poder, su entonces vicepresidente económico, Pedro Solbes, y el sucesor de Caruana en el Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, asumieron la misma tesis de que no había riesgo de burbuja, pese a que, en realidad, había empezado a finales de los noventa, según Sebastián. El entonces presidente del Gobierno ha reconocido posteriormente que no haber pinchado a tiempo el fenómeno inmobiliario fue uno de sus principales errores y el autor también hace autocrítica en el libro.
El ex director de la Oficina Económica de Presidencia también menciona la carta de los inspectores del Banco de España de 2006, desvelada por EL MUNDO el 21 de febrero de 2011, alertando de la crisis y su impacto en el sistema financiero española, sin que su llamamiento fuera escuchado.
Existe expectación sobre si Sebastián ajusta cuentas también en su libro con Solbes, cuyas memorias de hace dos años, culpando a Zapatero de desoir sus consejos anticrisis, indignaron a los más zapateristas del anterior Gobierno.
Sin embargo, las citadas fuentes aseguran que en el libro no aparecen nombres, sino instituciones y que Sebastián es más duro con el Banco de España que con el propio Gobierno del PP.
El ex ministro titula uno de sus capítulos 'Los otros que no vieron la crisis' para reivindicar que no fueron solo el presidente Zapatero y él los únicos que no vislumbraron el tsunami que se avecinaba en 2008: tres millones de empleos destruidos en su última etapa, recesión, un déficit de hasta el 9% y la mitad del sector financiero convertido en entidades zombies sin capacidad de cumplir su función de financiar la economía nacional.
http://www.elmundo.es/economia/2015/10/05/56114b87268e3e4b3e8b4574.html
El ex ministro de Industria, Miguel Sebastián, desvela en su nuevo libro La Falsa Bonanza una reunión inédita en la que la cúpula del Banco de España defendía que no habría burbuja inmobiliaria durante el mandato de José Luis Zapatero. El libro será presentado mañana por el propio ex presidente del Gobierno y en él Sebastián relata una reunión seguida de almuerzo a finales de 2003 en la que los principales altos cargos del Banco de España negaron que se fuera a producir el peligro que terminó llevando a la economía nacional a la mayor crisis de su historia.
Sebastián habla en genérico de que la reunión tuvo lugar con «la cúpula del Banco de España» sin precisar nombres de los asistentes. Cuando el órgano supervisor organiza encuentros con altos cargos políticos es tradicional -y así sucede en la actualidad- que asistan el gobernador, el subgobernador y los principales directores generales. En la época ocupaban esos puestos Jaime Caruana, Gonzalo Gil y el poderoso director general y jefe del servicio de estudios era José Luis Malo de Molina, que ha continuado en este cargo hasta el pasado jueves.
Sebastián, que mantenía entonces públicamente que había riesgo de burbuja, acompañó a Zapatero y cuando surgió la pregunta, la respuesta fue que «no había ninguna burbuja inmobiliaria ni ningún riesgo para el sector financiero en España». Era también la versión oficial que manejaba el entonces vicepresidente económico saliente del Gobierno, Rodrigo Rato.
Según desvela ahora Sebastián, Malo de Molina y resto de dirigentes del órgano supervisor solo hablaban de «una ligera sobrevaloración de activos» que, en su opinión, estaba justificada por el espectacular aumento en la época de la inmi gración y la reducción del desempleo. También la compra de viviendas por parte de jóvenes que encontraban empleo animaba el sector inmobiliario, pero no había riesgo de que se fuera de la manos. Es dudoso que el Banco de España confiara entonces en que Zapatero llegaría a ser meses después presidente del Gobierno, pero en todo caso le dieron un mensaje de tranquilidad si al final ocupaba la Moncloa.
Esta versión de Sebastián contrasta con discursos públicos de Caruana en la época. Existe uno el 13 de junio de 2003 en el que el entonces gobernador pidió prudencia a los bancos en la concesión de créditos, porque no cabía descartar que el aumento del endeudamiento de familias y empresas «pudiera llegar a afectar en el futuro al ritmo de recuperación económica».
En cambio, el Boletín Económico del Banco de España correspondiente a enero de 2004 y publicado apenas semanas después de la reunión con Zapatero, sí corrobora la versión del ex asesor económico del entonces líder socialista. «El mantenimiento de los bajos costes de financiación permitió que la carga financiera continuase en niveles moderados. A pesar de la expansión de los pasivos contraídos, la riqueza neta de los hogares continuó avanzando, gracias a la revalorización de la vivienda y al ascenso de las cotizaciones bursátiles. En consecuencia, los indicadores disponibles sobre la situación financiera de los hogares sugiere que ésta sigue siendo sólida», afirmaba el documento elaborado por el primer servicio de estudios del país dirigido por Malo de Molina.
Cuando Zapatero llegó al poder, su entonces vicepresidente económico, Pedro Solbes, y el sucesor de Caruana en el Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, asumieron la misma tesis de que no había riesgo de burbuja, pese a que, en realidad, había empezado a finales de los noventa, según Sebastián. El entonces presidente del Gobierno ha reconocido posteriormente que no haber pinchado a tiempo el fenómeno inmobiliario fue uno de sus principales errores y el autor también hace autocrítica en el libro.
El ex director de la Oficina Económica de Presidencia también menciona la carta de los inspectores del Banco de España de 2006, desvelada por EL MUNDO el 21 de febrero de 2011, alertando de la crisis y su impacto en el sistema financiero española, sin que su llamamiento fuera escuchado.
Existe expectación sobre si Sebastián ajusta cuentas también en su libro con Solbes, cuyas memorias de hace dos años, culpando a Zapatero de desoir sus consejos anticrisis, indignaron a los más zapateristas del anterior Gobierno.
Sin embargo, las citadas fuentes aseguran que en el libro no aparecen nombres, sino instituciones y que Sebastián es más duro con el Banco de España que con el propio Gobierno del PP.
El ex ministro titula uno de sus capítulos 'Los otros que no vieron la crisis' para reivindicar que no fueron solo el presidente Zapatero y él los únicos que no vislumbraron el tsunami que se avecinaba en 2008: tres millones de empleos destruidos en su última etapa, recesión, un déficit de hasta el 9% y la mitad del sector financiero convertido en entidades zombies sin capacidad de cumplir su función de financiar la economía nacional.
http://www.elmundo.es/economia/2015/10/05/56114b87268e3e4b3e8b4574.html