La crisis del dólar y el imperio estadounidense
Estados Unidos ha pospuesto el día de cuentas desde la crisis del dólar de principios de los 70's cuando el creciente costo de asesinar vietnamitas para "salvarlos", junto con otros costos del imperio, llegaron a ser demasiado altos. La cuenta se elevó cuando Estados Unidos hizo coincidir este proyecto imperial con esfuerzos para sobornar a sus pobres con gasto social diseñado para sofocar la oleada democrática y las crecientes expectativas que siguieron a la segunda Guerra Mundial. El mundo se rehusó al gasto de Estados Unidos y los bancos centrales empezaron a cambiar los dólares por el oro prometido por el que estaba respaldada la divisa estadounidense.
Así los Estados Unidos se deshicieron por decreto del patrón oro-dólar a cambio de un simple patrón papel-dólar.
Estados Unidos administró una fantástica transferencia de riqueza desde el resto del mundo con esta estratagema. EE.UU. apenas se las arreglaba para escapar de la gran demanda de dólares, y el considerable aumento de democracia en casa y en el extranjero en los 70's. Pero el imperio devolvió el golpe. Los Estados Unidos transformaron la crisis para su ventaja usando una combinación de experimentación, oportunismo y planeación. En lugar de ser hundidos por los altos precios del petróleo en los 70's el departamento del tesoro convirtió este reto en un beneficio. No tenía alternativa. Al cerrar un trato con los saudíes por armas e inversiones seguras para su riqueza petrolera, los saudíes dieron a Estados Unidos un monopolio: el papel dólar fue elevado a divisa preferida del mundo. Esto no fue el mercado funcionando, sino la política real obra del Estado para asegurar el dominio del dólar, aún cuando ya no seria respaldado por oro. Las naciones del mundo tendrían que pagar dólares por petróleo Saudita y a Estados Unidos bienes reales por el papel-dólar. Los saudíes a su vez, y luego otros productores de petróleo, pondrían su riqueza petrolera en bancos estaunidenses y T-Bills (Bonos de Gobierno). Mas aún, Estados Unidos se benefició prestando este dinero a otras naciones y cosechando desde entonces enormes pagos de intereses de los países pobres del mundo.
Desde los 70's, Estados Unidos solamente ha impreso dólares y T-Bills y conseguido a cambio petróleo, minerales, bienes manufacturados, etc.
El único problema con este virtuoso círculo de papel por bienes reales es que en algún punto el resto del mundo podría rehusarse a jugar y el dólar podría colapsar.
Estamos viendo los primeros signos justamente de eso. El Euro fue diseñado para interrumpir la acción de Estado Unidos y la apuesta de Europa parece estar funcionando. Ciertamente, uno de los pecados cardinales de Saddam Hussein fue poner el precio del petróleo en euros en lugar de dólares, por lo que si otros productores de petróleo hubieran seguido su ejemplo habría sido un enorme golpe para Estados Unidos. Más amenazante, el lunes el primer Ministro de Malasia Mahathir Mohamad declaró que en principio el precio del petróleo debía ser puesto en Euros. También Irán ha hecho tales ruidos en el pasado, pero ha enfriado esta retórica a la luz de los recientes movimientos estaunidenses en Irak y el ruido de sables dirigido a Corea del Norte y Siria. Sin embargo, los chinos y otras naciones están ahora haciendo sus apuestas para poner más de sus reservas de divisas en euros y no solo en dólares. Esa moneda decretada tiene que ser pagada en bienes reales, y entre menos dólares las naciones mantengan, más pequeño el subsidio que Estado Unidos consigue.
Antes que ética Weberiana del trabajo y otras simples panaceas usadas para explicar el "éxito" de la economía americana en los 90's -todavía hoy entre unos pocos amantes de lo extraño que declaran lo mismo aun después de la enorme pérdida de la equidad del mercado del nuevo milenio- es el alboroto del patrón dólar el que permite a Estados Unidos hacer flotar un déficit comercial con otros países de medio trillón de dólares, por año por el que el resto del mundo paga. Imaginen algo como un subsidio mundial de 4k por año para cada estaunidenses. De seguro, en este esquema de asistencia los bienes no son distribuidos equitativamente. Los ricos toman la parte del león, mientras que el resto puede contentarse con juguetes electrónicos baratos y golosinas que la economía global entrega a los estaunidenses como sustitutos de salud de calidad, educación o vivienda decente.
Hay una importante reestructuración en el horizonte. Por cierto, esta ya es visible. Claramente Estados Unidos ha cubierto su prolífico gasto, en parte, a través de los pagos de intereses que extrae del resto del mundo, aún cuando muchas naciones pobres ya han pagado en intereses muchas veces la cantidad original de su deuda. Los japoneses pagan una parte ahorrando dinero y poniéndolo luego en los T- Bill estadounidenses. Los europeos, especialmente los alemanes, que también han mantenido a EE.UU. a flote comprando los bonos del gobierno, pagan por otra parte. Los chinos también ayudan a llenar el hueco conservando masivas reservas de dólares.
Pero todos esos estados tienen sus propios problemas y podrían necesitar los recursos que actualmente usan para sostener la economía EE.UU. y pagar por el masivo déficit de gastos.
Si ello ocurre, los propios lideres Estadounidenses podrían aplicar condicionamiento, austeridad y los incontables venenos dispensados al resto del mundo los pasados treinta años -principalmente con resultados desastrosos- con renovado vigor en los EE.UU. Con seguridad se puede contar con intelectuales cortesanos y luminarias para decirnos que todo esto es para bien y culpar a las victimas por las desgracias que les acontezcan. El cerebro de la élite confía en el tesoro EE.UU., y en los "country clubs" llenos de industriales americanos, se ha advertido desde los 70's que los trabajadores estadounidenses necesitarían acostumbrarse a niveles de vida mas bajos. De hecho, este mismo público ha tenido que acostumbrarse al 1% de la población ascendiendo a niveles de riqueza y excedentes no vistos desde la época dorada y los 20's. Como es usual, habría socialismo incrementado para la élite y capitalismo para el resto. Bajo este programa el número de horas que un estadounidense promedio trabaja se ha incrementado dramáticamente -sobrepasando aún a los japoneses.
Hicieron trabajar a la mayoría de americanos más duro y durante más tiempo por menos salario y beneficios, y eliminaron la seguridad laboral. Aún así, hasta ahora, los estadounidenses solo han estado descendiendo gentilmente en su declive. Con una espiral deflacionaria y el colapso del patrón dólar, caerán en un precipicio en la medida en que el subsidio global a EE.UU. sea retirado si los inversionistas globales pierden confianza en el dólar. Una salida para EE.UU. puede ser continuar amenazando a Japón, Alemania, y a los saudíes con la destrucción de sus bienes Estadounidenses si retiran las inversiones en T-Bills, o si el euro avanza demasiado como divisa alternativa a los EE.UU. Aun así, si los inversionistas globales y los administradores de los bancos centrales entran en pánico o si sus propias crisis económicas internas requieren que ellos retiren las inversiones estadounidenses, EE.UU. estará en graves problemas.
Esto sería desastroso no solo para los estadounidenses, de quienes peden estar seguros el capital exportará tanto de esta crisis como sea posible a la espalda de la gente promedio en EE.UU., sino también para el resto del mundo. Un EE.UU. en crisis económica colocaría al mundo en todavía mayor peligro de aventuras militares por un gobierno buscando distracciones de sus calamidades domésticas mientras procura al mismo tiempo los medios para apuntalar su imperio.
Junio 20, 2003
http://www.rebelion.org/imperio/030702sommers.htm
