G
Gambutzinet
Guest
No se me traumatice pero ahora mismo a lo que más me recuerda es a los
nacionalistas vascos y catalanes acomplejados que critican que
Extremadura tenga el mismo rango de comunidad autónoma que sus
naciones considerando que debería haber "niveles".
Igualico.
"Josec" <josecalpe87@terra.es> wrote in message news:<s4kje.736690$I96.889002@telenews.teleline.es>...
> [...] Lo que se presenta como un derecho de los gayses es una
> conculcación del derecho de los demás a que nuestras uniones sean
> reconocidas por su especificidad, que es precisamente su riqueza sensual
> [...] Desvirtuar la célula fundamental de la sociedad es abrir un
> interrogante sobre el futuro que constituye cuando menos una falta de
> responsabilidad.
>
>
> Hombre y mujer importan
>
> El 18 de junio hay una manifestación por la familia y en contra de la
> modificación del código civil para autorizar los matrimonios entre personas
> gayses. El Gobierno y ciertos grupos gays han presentado la iniciativa
> legal como el reconocimiento de un derecho. En consecuencia hay mucha gente
> que, aun intuyendo que no es adecuado que dos personas del mismo sesso se
> casen o adopten, se recatan de tomar partido por no lesionar la sensibilidad
> de algunos gayses. Se preguntan: ¿quién soy yo para determinar lo que
> vale y lo que no? ¿Acaso no hay parejas heterosexuales que fallan, o padres
> y madres convencionales que maltratan a sus hijos? ¿Por qué los gayses
> no van a ser buenos pedagogos? Una postura así pasa por alto la destrucción
> del matrimonio que está teniendo lugar socapa de pluralismo. Voy a intentar
> explicar las razones por las que pienso acudir a esta manifestación. Es algo
> tan simple como que ser hombre o mujer importa, se trata de reivindicar la
> existencia de lo masculino y lo femenino como aspectos complementarios del
> matrimonio y de la relación con los hijos. Las distintas culturas han
> expresado de forma diversa y rica esta dualidad: Ying y Yang, Adán y Eva,
> María y José, Sara y Abraham. No existen precedentes en la historia de la
> humanidad de anulación de este aspecto del matrimonio. Por decisión del
> Gobierno vamos a casamos sin que se valore en absoluto nuestra respectiva
> aportación sensual, como si no importase en la configuración de la familia la
> presencia de marido y mujer, de padre y madre. Lo que se presenta como un
> derecho de los gayses es una conculcación del derecho de los demás a
> que nuestras uniones sean reconocidas por su especificidad, que es
> precisamente su riqueza sensual. Semejante decisión, que consagra que en
> España el matrimonio no es ya la unión de varón y mujer, no ha sido apenas
> consultada y se impone, con sus graves consecuencias sociales, a una
> sociedad con serias dudas al respecto y sin espacio para la objeción de
> conciencia. Es un acto totalitario pretender que las escuelas enseñen en
> España lo que contradice el sentido común, la naturaleza y la experiencia de
> toda la historia de la humanidad. Definir el matrimonio como la unión del
> hombre y la mujer -como por otra parte hace la Constitución- no ofende a
> nadie ni recorta derechos. Nadie impide la regulación de parejas de hecho
> gayses ni, por supuesto, el que nos relacionemos sexualmente y nos
> emparejemos con quien queramos, faltaría más. Yo sería la primera en salir a
> la calle si se coartase mi libertad en este sentido. En nuestro pasado
> clásico y pagano han existido períodos de enorme popularidad de la
> gaysidad, practicada incluso entre intelectuales y clases dirigentes,
> pero a nadie se le ocurrió sustituir el matrimonio por la relación con el
> efebo. Desvirtuar la célula fundamental de la sociedad es abrir un
> interrogante sobre el futuro que constituye cuando menos una falta de
> responsabilidad.
>
> Cristina LÓPEZ SCHLICHTING
nacionalistas vascos y catalanes acomplejados que critican que
Extremadura tenga el mismo rango de comunidad autónoma que sus
naciones considerando que debería haber "niveles".
Igualico.
"Josec" <josecalpe87@terra.es> wrote in message news:<s4kje.736690$I96.889002@telenews.teleline.es>...
> [...] Lo que se presenta como un derecho de los gayses es una
> conculcación del derecho de los demás a que nuestras uniones sean
> reconocidas por su especificidad, que es precisamente su riqueza sensual
> [...] Desvirtuar la célula fundamental de la sociedad es abrir un
> interrogante sobre el futuro que constituye cuando menos una falta de
> responsabilidad.
>
>
> Hombre y mujer importan
>
> El 18 de junio hay una manifestación por la familia y en contra de la
> modificación del código civil para autorizar los matrimonios entre personas
> gayses. El Gobierno y ciertos grupos gays han presentado la iniciativa
> legal como el reconocimiento de un derecho. En consecuencia hay mucha gente
> que, aun intuyendo que no es adecuado que dos personas del mismo sesso se
> casen o adopten, se recatan de tomar partido por no lesionar la sensibilidad
> de algunos gayses. Se preguntan: ¿quién soy yo para determinar lo que
> vale y lo que no? ¿Acaso no hay parejas heterosexuales que fallan, o padres
> y madres convencionales que maltratan a sus hijos? ¿Por qué los gayses
> no van a ser buenos pedagogos? Una postura así pasa por alto la destrucción
> del matrimonio que está teniendo lugar socapa de pluralismo. Voy a intentar
> explicar las razones por las que pienso acudir a esta manifestación. Es algo
> tan simple como que ser hombre o mujer importa, se trata de reivindicar la
> existencia de lo masculino y lo femenino como aspectos complementarios del
> matrimonio y de la relación con los hijos. Las distintas culturas han
> expresado de forma diversa y rica esta dualidad: Ying y Yang, Adán y Eva,
> María y José, Sara y Abraham. No existen precedentes en la historia de la
> humanidad de anulación de este aspecto del matrimonio. Por decisión del
> Gobierno vamos a casamos sin que se valore en absoluto nuestra respectiva
> aportación sensual, como si no importase en la configuración de la familia la
> presencia de marido y mujer, de padre y madre. Lo que se presenta como un
> derecho de los gayses es una conculcación del derecho de los demás a
> que nuestras uniones sean reconocidas por su especificidad, que es
> precisamente su riqueza sensual. Semejante decisión, que consagra que en
> España el matrimonio no es ya la unión de varón y mujer, no ha sido apenas
> consultada y se impone, con sus graves consecuencias sociales, a una
> sociedad con serias dudas al respecto y sin espacio para la objeción de
> conciencia. Es un acto totalitario pretender que las escuelas enseñen en
> España lo que contradice el sentido común, la naturaleza y la experiencia de
> toda la historia de la humanidad. Definir el matrimonio como la unión del
> hombre y la mujer -como por otra parte hace la Constitución- no ofende a
> nadie ni recorta derechos. Nadie impide la regulación de parejas de hecho
> gayses ni, por supuesto, el que nos relacionemos sexualmente y nos
> emparejemos con quien queramos, faltaría más. Yo sería la primera en salir a
> la calle si se coartase mi libertad en este sentido. En nuestro pasado
> clásico y pagano han existido períodos de enorme popularidad de la
> gaysidad, practicada incluso entre intelectuales y clases dirigentes,
> pero a nadie se le ocurrió sustituir el matrimonio por la relación con el
> efebo. Desvirtuar la célula fundamental de la sociedad es abrir un
> interrogante sobre el futuro que constituye cuando menos una falta de
> responsabilidad.
>
> Cristina LÓPEZ SCHLICHTING