Hay un problema de ego bastante importante de sus señorías y es que su trabajo debería de ser el abogado A pone esto sobre la mesa, el abogado B pone esto sobre la mesa, y conforme a lo que tengo en la mesa resuelvo. Lo habitual es que A diga que es neցro y B que es blanco.
Podría aceptarse que la respuesta es que la cosa es gris, lo que se viene denominando desde tiempos pretéritos "decisión salomónica" hay jueces que les va esto lo cual también entraña su peligro, porque si alguien presenta una demanda "ficticia" reclamando 50.000€ y decide el juez que en realidad se deben 25.000€ o 10.000€ o lo que sea , ya supone un incentivo para el "falso demandante" que gana esos 25.000 o 10.000 , en general hay muchas veces que veo que la gente se opone a las demandas con un "a ver si cuela" y muchas veces se les reduce el montante reclamado ligeramente, y sin costas, lo que ya es un éxito para ellos porque a menudo "cuela"
Lo peor sin embargo es cuando el juez dice que ni blanco, ni neցro, ni gris, que verde. Con argumentos que se saca de la manga sin haberse mencionado siquiera, conforme a "sus sospechas de lo que realmente ha ocurrido aquí" presuntos pactos verbales que tiene por acreditados o cualquier salida por la tangente, que he visto auténticas barbaridades.
Y luego ya está el tema de la complejidad, es triste saber que algunas cuestiones no se pueden reclamar (o no se deben) porque es una cuestión muy compleja de prueba y el juez no se va a molestar en analizar la contabilidad o directamente no sabe, a veces materias muy complejas propias de mercantil o tributario pero que van a primera instancia porque es una "reclamación de cantidad" y la respuesta de los jueces, sobre todo los viejunos, ante algo que no entienden es "no acreditado, desestimado"
En estos 2 últimos sentidos había un abogado por mi ciudad que tenía alta estima entre los jueces que fue un auténtico visionario en este aspecto, sus demandas y contestaciones eran menos que escuetas y sus vistas básicamente consistían en "yo me he limitado a aportar las pruebas y me fio de su criterio para resolver, no alego nada" y quizá por esta "sumisión psicológica" tenía grandes resultados porque solían fallar a su favor, doble win/win no se molestaba nada en argumentos, jurisprudencia y encima como caía en gracia solían los jueces (con sus argumentos) darle la razón.