-Manos arriba.
-No me da la gana.
-Que levantes las manos shishi, que te vienes prisionero.
-Que no. Si me quieres pegar un tiro me lo das, pero tú no vienes a por prisioneros, que a por prisioneros no se viene con la ropa sucia y el jabón.
Tú te has traído el fusil y yo no, y pretendes llevarme prisionero cuando sólo has venido a lavar. Anda, mira a ver si tienes papel que el tabaco lo pongo yo.
Sí, ya sé que el tabaco es un ansiolítico natural sin muchas contraindicaciones, salvo las que les pongas tú como tropezones pero entonces no te llaman fumador sino fumetta.
Doy fe.
El caso es que el tema de este hilo, como bien o habréis dado cuenta, no es el tabaco.
Sí, a mí me han contado la guerra desde primera línea donde, supongo, habría más nobleza que en las retaguardias a las que imagino llenas de envidiosos y de chivatos -policías de balcón dice la jerga de este foro- que te fusilaban o te paseaban a poco que un vecino te denunciara por rojo o por muy de derechas.
El frente de Guadarrama, desde la batalla del Alto de los Leones y salvo ataques esporádicos para tomar alguna cumbre, estuvo tranquilo hasta el final de la guerra.
-Hijo fruta.
-hijomio tú y tu padre.
Sí, en los salientes del frente los soldados oían al enemigo y lo normal era devolver el insulto en lugar de un balazo. Más que nada porque se podía armar una zapatiesta de las obesas sin que nadie hubiera ordenado nada. Y si era por la noche y despertabas a todo el mundo quedabas como un fistro
o un cabrón.
Por éso Pepe no tiró una granada de mano cuando oyó un ruidos sospechosos en el alambrado que defendía la trinchera donde hacía guardia aquella noche. Además la granada de mano hubiera roto el alambre y le tocaría salir a repararlo por la mañana o cuando fuera que iluminara la luna.
-Qué ruido más raro mi sargento. Parece como si estuvieran intentando serrar el alambre.
-Sí, muy raro, pero el alambre no se sierra sino que se corta con una cizalla y hubieran avanzado para cortar el siguiente pero el ruido parece salir del miso sitio siempre. Sal a ver.
-¿Yo?, yo estoy de guardia. Salga usté mi sargento.
-Yo ya no estoy para esos trotes. Sal tú que eres un culebras y llegas en un momento, que está cerca.
Pepe fue y volvió en un suspiro. Era un papel de estraza enganchado en el alambrado y una rata jugando con él.
-fruta rata, que me podían haber pegado un tiro.
Pero desde el otro lado nadie disparó.
___________________
FREE ZOUHAM o abandonad toda esperanza.