Cuando quieras y puedas, pero no escatimes en detalles.
Y sí, Burbuja es una gran barra de bar. Ahí mismo, al final de la barra, tienes a un tipo con barba y un orinal en la cabeza que se hace llamar Quijote. Viene de vez en cuando y sueltas sus sermones, compartiendo con el personal su punto de vista sobre cualquier asunto que sea actualidad en la Villa. Aunque a veces se limita a tomarse su carajillo mientras mira de reojo con desprecio al resto de parroquianos. No suele caer muy bien, pero en el fondo la gente le tiene cariño. Es parte del paisaje.
De vez en cuando aparece por el bar un navarro al que apodan 'Mejillón'. Hace varias generaciones sus antepasados venían por aquí para vender productos diversos: burras, crecepelos milagrosos, tónicos rejuvenecedores,... Ahora él hace lo mismo con gran entusiasmo, convencimiento y seguridad en sí mismo. La única diferencia es que sus productos son digitales. En alguna ocasión ha tenido más oyentes en este viejo antro que en las multitudinarias charlas que tanto presume de hacer. Alguna vez ha coincidido en el aseo con Quijote. Al parecer son polos opuestos, pero su gusto por la droja les une. A uno le gusta la farla, dice que le ayuda a disertar con más vigor. El otro se decanta por la hierba, le ayuda a adentrarse en el bulevar de los sueños rotos y componer una nueva canción.
Al fondo del bar tienes a Josefina, una asidua de las máquinas tragaperras. Es muy pilla ella, sabe cuándo la máquina está caliente y se ha llevado varias veces el bote, pero ni aún así se invita a una ronda.
Y si diriges la mirada hacia la puerta del Saloon, observarás a Don Jebe, el mecenas del pueblo. Rico, bonachón, un capitalista con algo de corazón, una especie en extinción. Un servidor le está muy agradecido, porque deja buenas propinas.
Nos vemos en la barra. ¿Qué te pongo?
P.D.: Un día cualquiera, el bueno de Silver sale del aseo subiéndose la cremallera y pregunta: "¿qué ha sido eso?". "Nada", le responden, "otra vez Paco 'El Brujo'." Paco es un vecino que de vez en cuando asoma la cabeza por la puerta y grita: "!¿Alguna novedad?!". Pero sea cual sea la respuesta que recibe, ya tiene preparada la frase pesimista que soltará a continuación. También él es parte del paisaje de Villa Burbuja.