De cómo la ideología progre ha REVENTADO la educación de nuestros niños

hemingway

Madmaxista
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Ha venido siendo un fenómeno gradual del que, al parecer, pocos nos hemos percatado. Tradicionalmente, el hueco de un niño en la familia había venido siendo el de una lógica y cabal sumisión y deber de respeto para con sus mayores.

Hasta la llegada de la decadencia actual, la educación occidental del niño en la familia era entendida como un proceso a través del cual debía de conseguirse forjar un ser completamente integrado en la sociedad en la que estaba destinado a (con)vivir como uno más.

Sin embargo, la pedagogía progre, el descenso acusado de la natalidad y el afeminamiento social general han terminado por cargarse toda esta opresiva y caduca concepción para dar lugar a una estirpe de pequeños monstruos quejicas, gritones, fulastres e insoportables a los que todo el mundo parece rendir pleitesía.

Los principios educativos que España llevaba viendo desde sus orígenes, se han sustituido mágicamente en las últimas décadas por unas perversas metodologías tendentes a crear niños egocéntricos, caprichosos, carentes de cualquier concepto de autoridad, débiles, amariconaos y un largo y nocivo etcétera.

Posiblemente, todavía sea demasiado pronto como para poder calibrar adecuadamente las GIGANTESCAS consecuencias que esto va a tener de aquí a una generación, aunque los primeros brotes empiezan a darse.


El niño, ese "rey de la casa"

¿Cuantas veces habéis oído la expresión de "Es que mi niño es el rey de la casa"? Esa terminología, aparentemente inofensiva, esconde un mensaje tremendamente subversivo. Llamar "rey" a alguien implica mostrar veneración infinita hacia algo, y eso es precisamente lo que ocurre en nuestros días.

Mientras que hasta hace tan solo unas pocas décadas, el niño español había venido siendo, con todos los perdones, EL ÚLTIMO puñetero MONO de la familia, entiéndase sin ninguna capacidad decisoria, un individuo permanentemente corregido en su actitud y que siempre debía de estar dispuesto a la obediencia, ahora nos encontramos con un "rey" en cada casa.

Lo más patético es cuando nos toca verlo desde fuera. Por ejemplo, cuando vamos a los restaurantes y vemos la típica mesa alargada con la típica familia española media, cada vez más reducida, raquítica y "modelna": los abueletes, una serie de padres babyboomers (que conforma siempre el sector mayoritario en la mesa) o post-babyboomers (estos últimos ya menos numerosos) y un único niño/bebé (o dos, que ya es la leche) como solitaria descendencia siendo observado con atención por toda la tropa.

Vemos como la familia pasa de lo que debiera de ser una conversación formal y opta por irse rulando al pobre crío de mano en mano, dándole meneos en el aire por turnos para acabar haciéndole la más verguenzaajenista de la chorradas para que se ría un poco y terminar pasándoselo al siguiente.

Seguimos con atención los gestos confundidos del pobre niño quien, seguramente deprimido por haber llegado a un mundo lleno de iluso como esos, se pone a llorar porque él, como niño, lo único que necesita son cuidados básicos como alimentos, higiene o sueño, no que una manada de fieles energúmenos se lo pasen como a un cromo y le rían hasta los pedos.

Es realmente patético y poco agradable. Y además supone una forma de humillación, porque concibe al bebé o niño, no como un proyecto de futuro hombre, sino como un "muñequito" (acepción comunmente adoptada orgullosamente por mujeres), un caprichito que nos ha dado la naturaleza con el que podemos "jugar". Penoso.

Aunque cuando la "criatura" puede ya andar y moverse como una mosca cojonera, la cosa pasa ya de penosa a ser realmente molesta. Al animalito, como ser irracional que es, a veces le suele entrar la desagradable ventolera de dar por ojo ciego a cualquiera que esté a 50 metros a su redonda. Creyéndose dueño y señor del lugar, comienza a gatear bajo las mesas de los demás, a correr en círculos golpeando los respaldos de los comensales y jugando al futbol con las albóndigas.

Todas estas entrañables gracietas acompañadas por las risas de su club de groupies, su amable familia, que debe de pensarse que el mundo tiene la obligación de aguantar y soportar los desmanes de su inocente "retoño" y sus ansias de vivir al margen de las normas más básicas de "opresivo y heteropatriarcal civismo" (ex-novia de PIT dixit).

Hasta sus abuelos cebolletas aplauden, pareciendo haber olvidado, supongo que fruto de la demencia de la edad, que a ellos a su edad les hubiesen atado a la cama y dado de palos con un cinturón hasta que mudasen de piel como las serpientes en verano.


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Parece que los empresaurios lo han pillado​


No tocarás a tu hijo

"No tocarás a tu hijo", otro de los nuevos dogmas de la pedagogía progre, que tan convencidamente parece apoyar el Estado a través de sus medios coercitivos como el Poder Judicial. El compromiso de estos últimos ha hecho posible ver a padres desalojados de sus casas o enchironados por darle un cachetillo espantamoscas al salvaje, asilvestrado, animal, subser, inadaptado hijo de cosa que han criado (o que este sistema de cosa les ha forzado a criar, lo cual es un debate a parte).

Lo primero que enseña la psicología moderna es que los niños están hechos de fina porcelana y hay que tratarlos como a las vacas sagradas en la India. Esto implica tenerlos siempre entre algodones, poniendo una capa de caucho de un metro de grosor en los parques infantiles para que "no se hagan daño" y, sobre todo, jamás de los jamases ponerles la mano encima.

"¿Entonces, amable loquera, podría usted decirme que narices hago si a mi cachorro de dos años le da por cagarse en mis papeles del curro, o se pone a darle de palos a su hermano, o le entra una rabieta de estas que se tira por el suelo y se pone a hacer peso muerto epiléptico perdido?". "Razonar con él". OK.

Este es uno de los muchos daños colaterales que el dogma de fe progre de la "igualdah" ha engendrado. Como resulta que todos "zemoh igualeh", y dado que con una persona, por norma general (dado que en la sociedad en general, y en la avejentada y osteoporótica sociedad española en particular, la gran mayoría de las personas no son niños precisamente) se puede "hablar" o "razonar", pues entonces se establece el paralelismo de que con una pequeña bestia de 2-3 años también se puede.

Los psicómongolos especialistas en nubes de caramelo parecen obviar el hecho de que, lógicamente, el cerebro de un niño no está preparado para asimilar, comprender o respetar unos conceptos que les resultan incomprensibles.

Pero los comecocos progres de cosa, tozudos como los que más, siguen emperrados en que impartamos poco menos una clase de ciencia social completa cada vez que a nuestra descendencia le dé por ponerse cabrona. Los resultados (y recordamos que el resultado práctico es la verdadera prueba del algodón para cualquier teoría de este tipo) están a la vista.

Padres completamente superados y manejados por pequeños tiranos mocosos subidos a la parra. Varios miembros de mi familia se dedican al sector de la docencia infantil y me cuentan historias para no dormir. Hay de todo: un niño de 3 años con complejo Edipo que ha conseguido desalojar a su padre de la cama matrimonial y ahora duerme siempre en el sofá, un niña de la misma edad, manipuladora emocional que consigue todos los caprichos ahondando hábilmente en los complejos de sus padres (esta como futura parienta promete que te cagas)... Qué gozada.

Por fortuna, todavía existen personas cuerdas y serenas que saben perfectamente que hay que ajustar la metodología al nivel cognitivo de cada persona. Así que de la misma manera en la que no le explico a mi perro la intríngulis que rodea la manía higiénica que nos ha llevado a los humanos a considerar que un cagarro plantado en plena acera es algo sucio e indeseable, tampoco le pongo una video-presentación a un niño de 2-3-4-5 años cada vez que comete un atentado contra el civismo y las maneras.

Se le mete un meco, una leche, unos buenos gritos, que le hagan comprender e interiorizar, primaria e instintivamente, que esa actitud no conlleva una buena reacción. Porque si yo no le meto una leche a mi hijo de 4 años si me toca los narices, entonces cuando tenga 15 y sea un residuo fecal andante que vaya tocándoselos a todo el mundo (obviamente a los primeros a sus padres), todo lo que no le enseñé se lo acabará enseñando otro macarra como él a base de navajazos.


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Ahora puedo hacer lo que me salga del pito sin la más mínima consecuencia. Gracias NWO.​


Falta de referentes masculinos

No nos engañemos, estamos poco hombres. No hace falta explicarlo, se ve en la calle. ¿Nunca habéis escuchado decir a la típica persona entrada en años decir aquello de "¡jorobar, pero si en mi época no había ni la mitad de gaies! ¿De donde han salido?". Bueno, cuando hablo de "amariconamiento" tampoco estoy siendo literal, estoy incluyendo también a un amplio elenco de hombres que aunque heterosexuales, resultan indudablemente afeminados en su actitud, comportamiento y costumbres.

Voy a poneros un ejemplo personal.

El otro día estaba en casa y nos vinieron a visitar unos familiares junto con su hijo de un año y medio. No diré que no me alegrase por ver al niño y que no mostrase mi aprecio por el chiquillo. De hecho, me dirigí a él una forma sobria, sonriendo y hablándole como una persona normal. Dándole me atención de una forma relajada y natural.

Sin embargo, a un familiar cincuenton muy próximo mío (un calzonazos que, por cierto, es maltratado psicológica y repetidamente por la feminista radical abertzale de la loca de su tumor vital al que llama mujer, una cortesana y arrogante funcivaga menopáusica, regordeta y arrugada) debió de parecerle demasiado poca aquella atención y optó por convertirse en una especie de augusto de circo para la ocasión.

Teníais que verlo, corriendo con el niño en brazos de un lado a otro como una locaza, haciéndole soniditos absurdos y femeninas carantoñas mientras se apresuraba a reventarle el tímpano con canciones infantiles reproducidas en una minicadena.

De vez en cuando tenía los narices de alargar sus brazos, estampándome en la cara al estresado niño en suspensión como si se tratase unas ropa interior tendidas, y decirme: "¡Pero que soso eres! ¡Dale un besito! ¡¡Muaaaahh!! (lanzando besitos de pez en el aire)". Que puedo decir. La imagen de un calvorota encorvado comportándose como una infame gaia en el Happy Hour de algún local perdido por Chueca centro es algo que no se lo deseo a nadie.

Tenemos que reconocerlo. Al niño cada vez le cuesta más discernir entre los roles del padre y la progenitora. Y es normal. Antes el padre era el que estaba fuera, el del contacto frío, la autoridad, quien dispensaba o permitía/prohibía. La progenitora era el cariño, el cuidado, la sensibilidad, el amor. El primero le enseñaba a ser un hombre, le inculcaba seriedad, respeto. La segunda le enseñaba a querer, a cuidar de si mismo, a ser prudente. Esa polarización era sumamente positiva, era un "yin-yan" que ayudaba al crío a adoptar una personalidad equilibrada y sana.

Ahora no. Ahora lo mismo su padre es un un parado que hace las tareas del hogar y le recibe del cole con un delantal de flores, le planta dos besos amanerados en cada mejilla y le dice lo guapo que es, le ríe las gracietas y solo saca la testosterona para ir a darle de palos al profesor que ha tenido narices de decirle a su hijito del alma lo lerdo que es.

Mientras tanto, la andrógina y empoderada progenitora charo feminista radical llega a casa con americana y pantalones y le echa la bronca por no hacer los deberes, soltando más tacos que un camionero, pero da igual porque ella está muy cansada de trabajar y le deja hacer lo que quiera, mientras permanece sentada viendo la gala de Gran Hermano y comiéndose un bollo.


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Futura princesita de la casa. La cría mira a cámara como diciendo "¿Cual de estos dos pesados es quien me da de hacer cositas?"​


Jugar con el niño. De padre a colega. De educar a maleducar.

"¿Suele jugar usted con su hijo?". Una negativa como respuesta podrá sumir a más de uno en la más profunda de las culpabilidades. "¡¡Oh, por Dios, no juego con mi hijo, por Dios, que mal padre. Mi hijo quiere jugar a la pelotita con alguien y yo mientras tanto aquí, como un egoísta, intentando mantener este techo, estas camas y esta comida en nuestras mesas. Que hijo de la gran fruta que soy!!".

Vamos a decirlo alto y claro de una jodida vez caballeros, EN LA fruta VIDA han jugado los padres con los hijos. Eso ha sido un invento de la simpática retórica progre, según la cual se hace necesario "un intercambio emocional fluido con tus niños". De lo contrario, tu hijo sentirá un repruebo eterno hacia ti y seguramente acabará con tu vida a jeringuillazos en alguna esquina incierta, o le provocaras un desequilibrio mental irreversible.

Pues no señores, DE TODA LA fruta VIDA, los padres hacían cosas de padres. El papá trabajaba y al llegar a casa buscaba sentarse en la butaca y leer tranquilo el periódico sin que nadie le tocase los narices. La mamá hacía las cosas de casa y bajaba a hacer recados o a charlar con las amigas. Los niños, ¡Oh, los niños! ¡Qué harían los pobres, desvalidos y desatendidos niños! Pues los niños jugaban con... ¡Los otros niños! ¡¡Oh!! Que traumático. ¡Jugar y pasar tu tiempo con tus iguales! ¡Descubrir la vida juntos! ¡Compartir experiencias inolvidables y estimulantes! ¡Darse unas tortas de vez en cuando que les recuerde que son hombres! ¡¡Oh, por Dios!!

Igualito que ahora, vamos. Lo que pasa es que en esta época de natalidad bajo mínimos en la que los pocos niños que pueblan esos eriales en los que se han convertido los parques de juegos son Ahmeds que chapotean el árabe pero que de español como que ni idea, se ha convertido en cuasi-obligatorio que un padre (o progenitora) llegue descojonado de trabajar a casa y además de tener que hacer las cosas del hogar, tenga que dedicarse una hora a hacer la croqueta con su hijo sobre la alfombra de casa.

Estas actitudes que se tienen para con un hijo en la infancia, pueden además desembocar en una degeneración absoluta como lo es la, por desgracia, cada vez más célebre figura del "Padre colega". Ya sabéis a lo que me refiero. El típico padre que le da condoncillos a su hijo y va a comprarle los litros del finde, o le deja la casa para que se suma en un coma etílico porque "prefiero que lo haga delante de mí que a escondidas y como en casa no se está en ningún sitio". O el típico padre super mega enrollado que permite que su lecho matrimonial se mancille con su hija follándose sobre el colchón a sus ligues esporádicos, super-selectos e inter-raciales. So tolerant.

Eso si, los pinchitos con precaución, que no estamos locos tampoco. Han impedido que su hija tenga el más mínimo respeto y escrúpulos por los valores más básicos en la vida y después se sorprenden cuando les llega el bombo porque amar a pelo le daba "más gustito" y no han podido (no han sido educadas para) resistirlo.

Por un hijo hay que rebajarse, ridiculizarse, demoler la figura paterna. El importante es él, todo le tiene que agradar, no tiene que sufrir jamás, tiene que aprender que la vida es un camino de rosas en el que él es el protagonista absoluto porque, de lo contrario, se "traumatiza". Y ese es, el "trauma", el nuevo Hombre del Saco que ha consagrado la ideología progre para acojonar a los padres del presente.


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"Pero que guapa está mi niña vestida de conejita-pilinguilla, toma la tartita, sopla... ¡Nooo, hacia afuera! Ay... la costumbre..." "Venga hijita mía, una foto pal Insta enseñando nuestros culos para forrar balones, a ver si ligas con el cicladete ese que me dijiste, y yo me quedo con su amigo, que tu padre últimamente... jijiji"​

El "trauma"

Es común en los psicólogos de la escuela progre que, como en el fondo piensan que ellos mismos son un atajo perturbados, extraigan la conclusión de que si no se siguen sus delirantes pautas educativas, los niños acabaran irremediablemente tarados, exteriorizando así sus propios miedos.

No hay más que ver la de niños "acomplejados" que hay hoy en día en "tratamiento psicológico". Hoy en día hasta la charcutera lleva a su hijo de 8 años al "zicólojo" porque es que "en el cole los demás niños le llaman rellenito".

Y allí está el niño, tumbado en el diván de un argentino sacacuartos que intenta psicoanalizarlo desde su etapa fetal en adelante. Por supuesto, algún alma caritativa podría dignarse a comunicarle que, a lo mejor, lo más recomendable (y barato) sería enseñar a su hijo a resignarse ante la realidad, es decir, que asuma que es un puñetero rellenito y que si quiere cambiarlo lo único que puede hacer es echarle narices, trabajo y sacrificio para cambiar.

Y muy probablemente, la hipotética consecución de su objetivo, después del esfuerzo, sacrificio y voluntad demostrados, sería mil veces más terapéutico para su autoestima que 1000 sesiones de miradas fijas a un péndulo.

Pero no, eso está "demodé", además es demasiado directo y masculino, es mucho mejor quitarle los traumas a 50 euros la sesión y que al salir su mami le dispense una caja de Foskitos. Que el mundo es muy malo y al menos así él disfruta en medio de este mar de lágrimas. Hay que jorobarse.


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¡¡¡Un día mi padre me dio una torta, Diooosssss, cada segundo de mi vida es un infierno!!! ¡¡¡Traed el chaleco de fuerza!!!​


Conclusión

Este post busca ser un desahogo mínimamente cohesionado y elaborado sobre la paupérrima educación que ha legado el pestilente ideario progre.

Es nuestro deber desmontar ideológicamente este cáncer y promover/impartir un tipo de educación tradicional. En principio severa, pero piadosa y cariñosa CUANDO EL NIÑO SE LO GANE.

Para eso, será necesario también aprender a educarnos a nosotros mismos. A huir de la continua emasculación y corrección política que se nos impone. En una palabra: a rebelarnos y a educar en la rebeldía hacia este modelo destructor de cualquier vestigio de civilización.
 
Última edición:
+ mil millones de trillones.

gracias por este maravilloso post.
 
Para que esos padres (des)eduquen a sus hijos hasta convertirlos en despojos, primero han sido los padres los que han sido victimas del primer lavado de cerebro que comienza en la transicion.

La generacion de nuestro padres son las primeras victimas, totalmente lobotomizados en comparacion con la de nuestros abuelos. Y transmisores a sus vez del bichito de la lobotomizacion autodestructiva y endófoba.


De hecho hoy en dia se da el caso de hijos que abrazan los valores tradicionales en rebeldía contra la progrez neodecadente que han recibido de sus padres.
 
Sublime. Muchos padres agradecerán su gran exposición que espero que les guíe en la ardua tarea que supone la educación de nuestros hijos en los tiempos que corren.
Gracias.
 
El problema es que de tal palo, tal astilla. Y la mayoría de padres actuales son unos calzonazos y los que no lo son, están separados y algunos hasta con orden de alejamiento o con unas pocas horas para ver a sus hijos.

La sociedad está infantilizada y ajena de responsabilidad. Para la sociedad actual el estado tiene que ocuparse de todo y así lo hace, inmiscuyéndose en la vida privada y personal de todos y limitando el margen de actuación de los padres.

Yo veo el comportamiento de los javis (los javis son el equivalente masculino de las charos) y las charos, y tienen un comportamiento totalmente pueril, inmaduro e irresponsable. Son necios absolutos, sin cultura, sin valores, sin inteligencia, sin educación, eternos peterpan.

En todas las culturas tribales que todavía existen, hay un rito de iniciación para pasar de la adolescencia-pubertad a la madurez. Suelen ser pruebas duras en las aprenden que tienen que espabilarse, madurar y buscarse la vida, que el tiempo de jugar ya se acabó.

En la película "Walkabout" se muestra este rito, en el cual un adolescente tiene que irse unos meses al desierto y buscarse la vida sin ayuda de nadie, después ya podrá regresar a la tribu como adulto.

Walkabout (1971) - FilmAffinity

---------- Post added 13-may-2015 at 23:48 ----------

Sublime. Muchos padres agradecerán su gran exposición que espero que les guíe en la ardua tarea que supone la educación de nuestros hijos en los tiempos que corren.
Gracias.

Y otros también pensarán que son ideas retrógradas y de un maltratador potencial. La maquinaria de manipulación y mentiras del régimen progre-feminista radical-pedabobo está en todos los medios y ha contaminado a toda la sociedad.
 
Última edición:
Tengo una alumna que estudia educación infantil y los psicólogos les insisten mucho en que no pueden decir a los niños "eso está mal". Flipante, ya ni eso se puede decir.
 
Muy bueno menos lo del caucho en los parques,
Conozco uno que su niño se le cayó de un columpio, se dio un golpe en la cabeza y murió.
 
Mira que creo que el unico post que abri en burbuja fue para denunciar un tema parecido,pero es que ese sectarismo que los Muy de derechas os gastais os hace pateticos.Entra tantas verdades despojadas de las manias de los nancy-casposos de turno, no se entiende que se criminalize el dar cariño a un niño o unos condones(a al que habria que darselos es a la hija,que no por cerrar los ojos los jovenes no van a amar,pareceis retardeds).

De familias de padres "nohayquienleaguante"esta tan lleno el mudno,como de padres pasotas que delegan en la playstation y el abuelo la educacion del chaval.

La gran verdad es que en españa se sobreprotege mucho a los hijos,al reves que en esos paises progres que se denuncian tanto,donde el estado da mas paguitas y ayudas a los jovenes.

Este sobreprotecionismo familiar es la progenitora del nuncafollismo,de los fracasados vitales,de los freakis y de los Mr whites.

Grupo este de cobardes ,alienados y conformistas de pan y circo, que nutre los foreros obsesionados con las magufadas conspiranoicas.
 
A mi no me gusta el primer parrafo, se puede educar bien a un niño no tirano sin someterlo ni oprimirlo. Un problema actual de muchos padres es la falta de tiempo con sus hijos, y para lahora que lo ven al dia puesle traen regalos, pasan de todo, etc.

Veo cosas buenas de ambos tipos de educacion
 
Mira que creo que el unico post que abri en burbuja fue para denunciar un tema parecido,pero es que ese sectarismo que los Muy de derechas os gastais os hace pateticos.Entra tantas verdades despojadas de las manias de los nancy-casposos de turno, no se entiende que se criminalize el dar cariño a un niño o unos condones(a al que habria que darselos es a la hija,que no por cerrar los ojos los jovenes no van a amar,pareceis retardeds).

De familias de padres "nohayquienleaguante"esta tan lleno el mudno,como de padres pasotas que delegan en la playstation y el abuelo la educacion del chaval.

La gran verdad es que en españa se sobreprotege mucho a los hijos,al reves que en esos paises progres que se denuncian tanto,donde el estado da mas paguitas y ayudas a los jovenes.

Este sobreprotecionismo familiar es la progenitora del nuncafollismo,de los fracasados vitales,de los freakis y de los Mr whites.

Grupo este de cobardes ,alienados y conformistas de pan y circo, que nutre los foreros obsesionados con las magufadas conspiranoicas.

¿¡Pero qué muy de derechas ni que huevo de pato!? Para tu información, mangarrián, siempre me he considerado colectivista, "socialista" en cierto modo (aunque de una forma muy alejada a la pérfida progresía detroza-hogares de este otrora gran país).

Yo no digo que no se deba de impartir una educación sensual básica a los chavales, eso es cuestión de responsabilidad social. Pero una cosa es eso, y otra cosa es que el papichulo de turno reparta a su hija hondonadas de gomitas cada vez que ésta sale de casa mientras le guiña el ojo superenrollado, en plan "Ya sabes cariño, por el ojo ciego no hay peligro".

Y hoy en día existen bastantes proxeee... digo, padres de ese estilo. En este mismo foro un tío abrió un hilo proclamando alegremente que permitía que su hija se llevase tíos a amar a la vivienda familiar cuando le saliese a ella del shishi.

Cuando algunos foreros testearon su hombría preguntándole sobre como le hacía sentir que la sangre de su sangre fuese vilmente penetrada sobre su propia cama por un intruso entre gritos, sudores y tórridos azotes, el gaiazo de él recurrió a los típicos subterfugios a los que nos tiene acostumbrados toda esa frutapénica y ponzoñosa calaña, que si "es que es su vida...", "es que lo va a hacer igual...".

Quieren hacernos creer que la actitud o carácter de un padre da igual porque los chavales son almas súper independientes, aisladas del mundo, a las que los valores de sus padres no afectan en absoluto. ¡¡Pues no, trisómico hijo de la gran fruta!!

Es cierto que difícilmente un chaval (más si es adolescente) va a mantenerse 100% fiel a los valores y actitudes que se le han inculcado en familia. Pero si tiene la desgracia de tener a un padre-máquina-expendedora-de-Durex, terminará frivolizando sobre el sesso y absorberá la idea implícita de que amar y entregar su cuerpo a una persona es algo como irse a dar una vuelta en bici con los colegas como si nada, que siempre que te pongas casco (aka condón) no hay "ningún problema".

Quieren convertir a sus hijos en el caniche de mi vecina, que va oliendo culos como un poseso y restregando compulsivamente su entrepierna por los árboles. Y luego vienen los lloros. Anda y que les den por el ojo ciego.
 
Qué gran post, estoy de acuerdo al 100%, nada que añadir, todos los ejemplos que expondría de casos cercanos no harían más que corroborar todo lo que el autor del hilo tan bien ha descrito
 
A mi no me gusta el primer parrafo, se puede educar bien a un niño no tirano sin someterlo ni oprimirlo. Un problema actual de muchos padres es la falta de tiempo con sus hijos, y para lahora que lo ven al dia puesle traen regalos, pasan de todo, etc.

Veo cosas buenas de ambos tipos de educacion
Uno de cada 10000 o menos. La inmensa mayoría de los niños son como los adultos: unos hijos de la gran fruta que no entienden más lenguaje que el del palo y la zanahoria. Por tanto una educación completa debe tener de ambos.
 
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