Daniel, exadicto al prono: «Fue un milagro tener un hijo, pensé que había fundido mis genitales»

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Este joven de 32 y su mujer, Susana, confiesan a ABC cómo ha sido su odisea para superar la adicción a la pronografía de él y cómo han logrado como pareja pasar «del infierno al cielo»

prono: Así destroza su consumo silencioso a los adictos y a sus parejas



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Daniel junto a su mujer, Susana, son ahora padres de un niño de tres años
LAURA PERAITA
Madrid

08/11/2022
Actualizado a las 09:26h.


Con tan solo 8 años, Daniel y unos amigos encontraron en un descampado una revista prono que le causó gran impacto. El panfleto circuló por todo el colegio. Aquel incidente aislado fue, sin él saberlo aún, el comienzo de su gran pesadilla.

A los 18 años tuvo su primer smartphone y a los 6 meses ya estaba consumiendo pronografía de forma compulsiva. «Sin buscarlo, en mi pantalla aparecían sugerencias que me invitaban a pinchar en escenas de sesso, páginas de contactos... Me recordó a la situación tan placentera que me produjo aquella revista. Ya no eran imágenes fijas como las del papel, sino en vivo, en movimiento, y con situaciones muy diferentes, lo que impactó muchísimo en mi cerebro», recuerda Daniel, que hoy tiene 32 años, y confiesa su preocupación ante los padres que regalan su primer móvil a los niños cuando tan solo tienen 8 años.

«Llega un momento en que ver a una pareja practicando sesso ya no es suficiente porque lo normalizas y es entonces cuando necesitas algo distinto, más fuerte, para sentir el mismo placer»

Asegura que el prono es un sesso falso que engancha. «Y mucho. El problema no es solo que quieres consumir cada día más tiempo, sino que necesitas acceder a diferentes tipos de pronografía. En la pantalla del móvil siempre aparecen otras sugerentes imágenes a las que, al principio, no accedes porque generan repulsa, pero luego la cosa cambia. Llega un momento en que ver a una pareja practicando sesso ya no es suficiente porque es algo que normalizas y es entonces cuando necesitas algo distinto, más fuerte, para sentir el mismo placer. Pasas una barrera y entras a pinchar en esos vídeos a los que antes no prestabas ni atención pero que ahora necesitas: relaciones gayses, tríos, orgías, sesso violento, violaciones...».


«Muchos prefieren una relación sensual insatisfactoria antes que enfrentarse a la realidad»

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Daniel reconoce que consumía prono a solas. Se encerraba cada vez más tiempo en su habitación y no salía durante horas. «En aquel momento era adolescente, me costaba estudiar por culpa de mi dislexia y vivía frustrado. El prono era lo único que me daba en el día mi momento de felicidad, de placer, de no pensar en mis problemas».

Con 23 años, y tras acabar la carrera de Publicidad, Daniel consigue un trabajo, pero reconoce que necesitaba acudir al baño con frecuencia para ver prono e, incluso, dejaba trabajo sin hacer por culpa de lo que ya era una verdadera adicción.


Excusas para estar solo y poder consumir sesso

También le afectó en sus relaciones sociales, puesto que cada vez quedaba menos con sus amigos. Les mentía y buscaba excusas, «aunque ellos sabían que algo raro estaba ocultando –admite–. Al igual que en mi familia porque dejé de ir a la reunión de todos los sábados y cuando asistía me preguntaban qué me pasaba porque mi aspecto físico se había deteriorado, estaba más delgado por comer poco y muy descuidado por no importarme mi imagen».


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La pareja ha salido adelante superando la vergüenza que aún supone confesar esta adicción en la búsqueda de ayuda



Pese a todo, con 23 años se casa con Susana con la que llevaba 3 años de noviazgo. Ella no sabía nada de su adicción a la pronografía. «Todo adicto miente», reconoce Daniel. Con la emoción de vivir en pareja y la luna de miel, él se alejó un poco del prono. Pero emprender una vida llena de responsabilidades le comenzó a agobiar y empezó de nuevo a buscar su propio espacio en casa para estar solo. Hasta cuatro horas seguidas para ver sesso.


Eyaculación precoz, disfunción eréctil

... Susana no entendía nada, empezó a pensar que no era lo suficientemente atractiva para él y su autoestima como mujer cayó por los suelos...


En los ratos en los que estaba con Susana, él perdía, incluso, el hilo de la conversación porque su mente necesitaba consumir sesso. Su dislexia se disparó. Las relaciones sensuales con Susana fueron a peor: desde eyaculación precoz a disfunción eréctil... Ella no entendía nada. Empezó a pensar que no era lo suficientemente atractiva para él y su autoestima cayó por los suelos. No tardó en sospechar que algo más pasaba porque Daniel cada vez estaba más distante, más frío, y apenas mantenían relaciones sensuales. Pero él lo negaba una y otra vez.



Descubierto el historial prono de muchos años

En 2016, ella descubrió en el móvil todo el historial prono que Daniel tenía guardado durante años y la frecuencia con la que veía aquellas imágenes. Fue un durísimo golpe para ella. Un mazazo. Una bofetada con una realidad escondida. «Eran imágenes muy fuertes. Me di cuenta de la gravedad del asunto porque en esta adicción se van pasando fases, niveles, para obtener placer hasta que se llega a lo más turbio y sucio que es la pronografía infantil, a la que él, afortunadamente, no llegó –puntualiza Susana–. Pensé que vivía con un desconocido, que tenía una doble vida, mientras él no quería reconocer el grave problema que tenía. Vi cómo la confianza que se supone que tiene una pareja se había roto en pedazos en tan solo unos segundos porque yo le quería y había confiado en él sin saber todo lo que ocultaba».

Aquel día, Susana hizo las maletas y le lanzó a Daniel un ultimátum: o acudía a un centro profesional para curarse o su matrimonio se había acabado. Él no quería ir a ningún sitio. De hecho, ya había acudido a algún psicólogo sin obtener buenos resultados. Ella le insistió, guiada por unos amigos, de que debía ir interno a un centro de rehabilitación en Pamplona. Finalmente accedió, «aunque yo pensaba –confiesa Daniel– que no serviría de nada porque no me imaginaba mi vida sin quererseme varias veces al día».


Internado en un centro terapéutico 6 meses

Abandonó su trabajo para ingresar en el centro terapéutico. Dejaron el piso de alquiler y vendieron su coche para poder pagar el tratamiento. Susana se fue a casa de sus padres. «Ellos no sabían nada y cuando llegué llorando fue muy vergonzoso para mí contarles lo sucedido porque ellos eran muy conservadores y nunca me habían ni hablado sobre nada relacionado con el sesso. También me tocó explicárselo a mis suegros. Fue muy complicado asumir la situación para ambas familias».

Daniel estuvo seis meses internado. «Desde que me levantaba a las 7 de la mañana no paraba de hacer actividades: desde el desayuno para todos, pequeños trabajos con piezas de coche, deporte, terapia, clases, ver documentales, deporte otra vez... caía rendido cada noche en la cama. Mi mente estaba todo el día ocupada en todas las tareas que me mandaban para olvidar el prono. Fue muy duro, una terapia de choque, pero también un golpe de humildad».


No duda al asegurar que el proceso es muy lento porque la pronografía genera un gran impacto en el cerebro. Pero a los seis meses salió del centro y Susana estaba esperándole.
Decidieron ir a Chile
para alejarse de todo. Allí tenían unos amigos psicólogos que también les apoyaron mucho. «Era imposible no mejorar como pareja. Estábamos en un lugar idílico, en cabañas sobre la playa, trabajando, estudiando... Yo, por primera vez, estaba seguro de haber superado mi adicción y quería dar a mi mujer todo lo mejor por el daño que le había hecho. Y por apoyarme. Y esperarme».


Nuevos hábitos... con un ojo en el retrovisor

Daniel explica que no fue fácil. Tenía que ser más fuerte que la adicción y para superar los momentos en los que se acordaba del prono se ponía límites que frenaran sus impulsos. «Dejé de tener móvil, solo el del trabajo que usaba de forma circunstancial. Tampoco veía nunca solo la televisión. Son algunas de las cosas que te ayudan y que, poco a poco, te alejan de este tipo de pensamientos para consumir. Coges un nuevo hábito que automatizas y te aporta fortaleza y seguridad, aunque siempre con un ojo en el retrovisor».

Recuerda, además, que en una ocasión él respondió una llamada del móvil y tras acabar se quedó mirando la pantalla y regresaron algunos fantasmas que le incitaban a recordar su adicción. «No dudé en despertar a Susana y contárselo. Aquello me dio fuerzas porque ahora soy transparente con mi mujer y sé que no estoy solo en esta lucha. Compartir lo que uno siente es una gran ayuda».

Ella reconoce que, al principio, se volvió un poco espía de su marido. «Quería controlar todo lo que hacía porque siempre tienes la sospecha de que está tentado de consumir, lo que resultó un sinvivir para él y para mí. Me doy cuenta de que me volví egoísta como pareja porque no quería volver a sufrir más por este problema suyo. Yo también he necesitado mucha ayuda psicológica para poder superar todo este tormento porque, al principio, me eché la culpa de todo por pensar que yo no era suficiente para él y hasta intenté cambiar mi físico para que me viera más atractiva. Fue muy complicado darme cuenta que ese no era el problema y que yo no tenía nada que ver con el origen de su adicción».


Gracias a la lucha de los dos, la relación de pareja mejoró, tanto que en 2019 sellaron su amor con la deseada llegada de un hijo. «Fue un milagro porque yo pensaba que había fundido mis genitales y que la disfunción eréctil me pasaría factura a la hora de aumentar familia. Yo ya había logrado mantener relaciones sensuales con mi mujer sin que vinieran imágenes pronográficas a mi mente. Volví a sentir la esencia de lo que es una pareja real: el amor, el cariño, la ternura. Susana y yo pasamos del infierno al cielo».
«A la juventud le diría que lo que están viendo en esas imágenes no es sesso real, no lo representa, es una ficción que no educa a nivel sensual; todo lo contrario, lo degenera, cosifica a la mujer y afecta muy negativamente al adicto y a la relación de pareja».

Hoy, con la seguridad de haber superado su adicción se siente con autoridad suficiente para aconsejar a todo aquel que esté metido en este tipo de consumo adictivo que «no intente salir solo porque siempre se necesita ayuda».


Y, a la juventud «le diría que lo que están viendo en esas imágenes no es sesso real, no lo representa, es una ficción que no educa a nivel sensual; todo lo contrario, lo degenera, cosifica a la mujer y afecta muy negativamente al adicto y a la relación de pareja».


Mensaje a los padres

A los padres también quiere transmitir el mensaje de que no dejen de educar a sus hijos para que sepan decir no ante este tipo de consumos porque «la educación sensual de un hijo depende de sus padres, y más vale que lo hagan un minuto antes de que sus pequeños vean prono a que lo hagan un minuto después».

Susana sabe que hay muchas parejas que hoy en día sufren el mismo problema por el que han pasado ellos y les recomienda que sean abiertos y no se oculten nada. «Todos queremos estar bien, pero para eso hay que tener ayuda profesional. Hay que contarlo sin vergüenza porque esto es lo que nos estanca y no nos deja avanzar como pareja ni como personas».

A las mujeres, en concreto, «les diría que el problema no es suyo, ni de su cuerpo, aunque sea difícil creerlo. Es normal pensar que como persona no vales nada, que tienes que cambiar, que no das la talla en la cama... Además, sufres todos los síntomas de lo que denominan una infidelidad emocional y eso duele. Duele mucho. Pero, si quieres a tu pareja debes ser comprensiva, tener paciencia porque aunque todo pase sigues sintiendo dolor que poco a poco se va curando para hacerte libre».


Cómo activar su recuperación en consulta

Al igual que a Daniel y Susana, son muchas las parejas que se ven afectadas en su relación por culpa de la adicción de uno de los dos al prono. De hecho, este problema afecta en su mayoría a los hombres (70%), aunque también hay adictas a la pronografía (30%).

En muchas ocasiones, el adicto decide ir a consulta bajo una amenaza de la pareja: «o acudes a consulta para curarte o se acabó nuestra relación» porque por él mismo no es capaz de reconocer su problema al considerar que no hace mal a nadie porque es un consumo de imágenes que realiza en la más estricta intimidad.
Por este motivo, cuando deciden ponerse en tratamiento, en un primer momento minimizan y justifican su actitud ante el especialista y muestran poca predisposición a seguir con las consultas. «Tratamos de que reconozca que tiene un problema que trastoca su vida al dejar de lado muchas cosas por ver prono y que su relación de pareja está gravemente afectada. Es la parte más complicada del tratamiento y puede llevar meses«, señala Andrés Martín Quinteros, director de Psicólogos Madrid Cepsim.

Seguidamente se aborda con el afectado el control de su conducta y se le aleja del consumo poniéndole barreras, «aunque es cierto que es complicado porque actualmente se trabaja muchas horas con la tecnología, pero después se le reduce el consumo de horas y se le organizan actividades para alejarle del prono».

Paralelamente se analizan los motivos que han causado la adicción porque normalmente se cae en el prono para obtener placer y tapar ciertas dificultades psicológicas de la persona.
Incluso se trabaja con la pareja para la recomposición de la relación en el caso de que ambos deseen seguir juntos. De lo contrario, se hace un seguimiento de la mujer para que recupere su autoestima.

Paralelamente se analizan los motivos que han causado la adicción porque normalmente se cae en el prono para obtener placer y tapar ciertas dificultades psicológicas de la persona.

Incluso se trabaja con la pareja para la recomposición de la relación en el caso de que ambos deseen seguir juntos. De lo contrario, se hace un seguimiento de la mujer para que recupere su autoestima.

Finalmente se apoya al afectado para reestructurar su vida sin la dependencia a la pronografía, para reconducirle y que sepa ocupar de manera saludable todas las horas que antes dedicaba al prono.


Daniel, exadicto al prono: «Fue un milagro tener un hijo, pensé que había fundido mis genitales»
 
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Se ha relacionado el consumo pronográfico con el desgaste de la corteza prefrontal, la parte del cerebro encargada de la función ejecutiva, que comprende la jovenlandesalidad, la fuerza de voluntad y el control de los impulsos.

Para comprender de forma precisa el papel de la función ejecutiva en el comportamiento, es importante saber que se encuentra subdesarrollada durante la infancia, razón por la cual a los niños les cuesta tanto regular sus emociones e impulsos. El daño de la corteza prefrontal en la edad adulta, que predispone al individuo a exhibir una conducta compulsiva y a tomar malas decisiones, se denomina hipofrontalidad.
 
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