Hombre, es que yo tengo a gala el llevar al máximo la discreción en mis conquistas. Cosa que es fácil, por otra parte, ya que mis conquistas de una noche se suelen reducir a un dígito menor de uno. Salvo en las noches de Mr Hyde, pero eso ya quedó en la noche de los tiempos, que uno tiene un pasado glorioso, un presente tormentoso y un futuro incierto.
Es que siempre he sido más de romanticismo, de seducir, llevar flores y fantas (en pack de 24), y luego casarme y divorciarme y tal. Vamos, un españolito de pro.
Luego escribo poemas desgarrados en foros de potenciales suicidas, y trato de reconducirme hacia la sociedad, en nuestra querida guardería. A veces llevo una bici con cestita, como nuestro querido líder, y los domingos voy a comer con mis padres.
Por eso, aparte de diseñar el plan de acción y estatutos de la secta solterón que dominará el mundo, canalizando la inmensa fuerza de la energía sensual no resuelta, mi vida es harto tediosa, como se puede deducir del hecho de
postear por este antro de deshechos humanos y gentes de mal vivir. Aquí me siento de alguna manera entre mis semejantes.
No obstante, en cuanto me ligue alguna modelo venezolana que busque algo más que un millonario que la saque de paseo y le pague los hijos de otros, ya comentaré detalles por aquí para soliviantar al personal, no se preocupe, que uno es discreto y peluchín, pero todo tiene un límite.