1498. Óleo sobre tabla, 52 x 41 cm
DURERO
Durero se retrata como un
gentiluomo, vestido con tonos claros y con sus mejores galas. Lleva jubón abierto blanco y neցro y gorra con borla de listas en los mismos colores, camisa con una cenefa bordada en oro, y cordón de seda con cabos azules y blancos sujetando una capa parda colocada sobre el hombro derecho. El pintor cubre las manos con las que trabaja con guantes grises de cabritilla, propios de un alto estatus social, con la intención de elevarse de artesano a artista y situar la pintura entre las artes liberales, como en
Italia. Aparece en el interior de una estancia comunicada con el exterior por la ventana abierta en la pared del fondo.
Durero incorpora la monumentalidad italiana