Hasta el marido más huevón, cojín de sofá, apalancado y muermo se pone un poco las pilas para salir de la rutina cuando ve que su mujer habla mucho de un compañero de trabajo durante una temporada, deja de hablar de él de repente y se aleja para hablar a escondidas cuando de golpe la llaman por teléfono cuando nunca hizo nada parecido. Cuando empieza a ver algo de eso el marido cojín empieza a proponerle ir de viaje, al teatro, se acuerda de los cumpleaños, la escucha cuando le habla y hasta deja de ir al campo de fútbol cuando juega su equipo para irse con ella de escapada romántica. El temor a la infidelidad le transforma en el mejor marido del mundo. Como cuando empezaban la relación y había que convencerla de que eras mucho mejor que cualquier otro posible pretendiente.
Pues básicamente es lo mismo. La URSS hacía ese papel para los países capitalistas.
Cuando tienes una creciente masa de obreros pasándolas pilinguis, huelgas, sindicatos con fuerza creciente, partidos de corte marxista que amenazan con ser mayoritarios, revoluciones soterradas, etc... Es obvio que para desarticularlo se dan concesiones. Reducción de jornada, subidas salariales, seguridad social, jubilaciones. Sin pasarse, lo necesario para que el obrero se dé por satisfecho sin que el capitalista corra el peligro de ver sus bienes nacionalizados, sus palacios saqueados y sus cuerpos columpiarse en las horcas del proletariado.
La URSS era el ejemplo. Una verdadera mugre para los que estaban dentro, al menos para gran parte de ellos. Distaba muchísimo de ser el paraíso que se vendía en occidente como propaganda comunista. Pero aquí no se trata de eso, sino de que servía de objetivo a los movimientos obreros en su versión de propaganda. Para Europa la URSS implicó la creación de la socialdemocracia como herramienta capitalista para alejar al proletariado de cualquier pretensión comunista.
En los 70, en Europa, ya era de general conocimiento que la URSS no era un paraíso proletario, sino que era un disfuncional truño totalitario donde se vivía peor que en la UE. Los partidos comunistas europeos abrazaron el eurocomunismo como versión socialdemócrata extrema, asumiendo que el sistema soviético era un truño. Y los socialdemócratas, aparte de abandonar el marxismo, abrazaron al nuevo objeto de culto, "la clase media".
Ya desde los 70 y más tras la crisis del petróleo los capitalistas sintieron que ya no había riesgo de que surgiera una mayoría comunista, ni democrática ni revolucionaria, la URSS ya no era un ejemplo a seguir, los eurocomunistas mismos rechazaban el sistema de la URSS... ¿para qué seguir con el sistema?
El hundimiento de la URSS, las reformas chinas, el fin de la guerra fría con la caída de dictaduras títeres por todo el mundo, la apertura de nuevas rutas comerciales, la posibilidad de deslocalizar la producción y de facilitar el comercio fueron haciendo el resto. Lo siguen haciendo. Los cambios se iniciaron en los 70, a partir del 90 se aceleraron... Bueno, y ahora nos estamos comiendo su crisis existencial :
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Una vez que tu mujer te dice que ese compañero tuyo del trabajo se ha casado, al fin, con otra y se ha mudado a Rumanía... El marido se relaja, vuelve al sofá, se olvida del cumpleaños, se tira cuescos en la cama y se tapa con la sábana para aprovecharlo, vuelve a hacerse socio del Atlético y se cambia de calzoncillos una vez al mes. Le haga o no falta. ¿Para qué esforzarse cuando no hay posibilidades de que te cambie por otro?
Nos hace falta una URSS.
Pero que no sea en nuestro país, sino en el de al lado.