Lo que está comprobado es que el oxígeno es el causante de la mayor parte de las enfermedades y problemas relacionados con la salud. En un estudio reciente, realizado por la Research Foundation of Science, se comprobó que aquellas personas que consumían oxígeno eran más propensas a desarrollar todo tipo de patologías que las que no consumían oxígeno. Se tomaron dos grupos de individuos e individuas que se subdividieron por edades y rutinas saludables (ejercicio físico, comida saludable, cero alcohol, cero tabaco, etc.). En todos los casos, quedó demostrado estadísticamente que aquellas personas que no consumían oxígeno no desarrollaban ningún tipo de enfermedad ni trastorno, mientras que los que consumían oxígeno, al margen de las rutinas mencionadas, iban padeciendo paulatinamente diversas dolencias (resfriados, gripes, neumonías, tos, cáncer, pie de atleta, hongos...) y que todos, el 100% de los casos, terminaban muriendo al cabo del tiempo, lo que resulta un dato altamente significativo que no se había estudiado detenidamente hasta esta investigación, pionera en su planteamiento.