Hace sesenta años la gente en general vivía con menos medios, lo que implicaba explotarlos al máximo, lo que no implicaba explotarlos continuamente, lo que implicaba ser más feliz cuando se conseguía emplearlos...
De todos modos, ¿qué significa objetivamente vivir bien?. En un sentido maquinista, vivir bien equivale a tener todas las necesidades básicas resueltas o casi. Salud, poder adquisitivo suficiente, educación y paz social. Pero resulta que eso no es suficiente pues cuando tienes lo básico cubierto, aparecen nuevas necesidades básicas que estarán en precario. Al final, definir una buena vida debería incorporar la variable "necesidad", que como es variable en el tiempo, siempre será un motivo de percepción de mala vida o vida insatisfactoria. Comparar las necesidades de cada época serviría sobre todo para hacernos una idea del pozo sin fondo que son nuestros anhelos, naturales o implantados, y que siempre van por delante de nuestra capacidad para satisfacerlos.
Objetivamente no es posible comparar la necesidad de alimentos con el gasto superfluo que sin embargo nos da la medida de nuestra integración social, sin la cual, no moriremos de hambre pero tampoco seremos felices. Los "medios", superado un cierto umbral, se convierte en fines en sí mismos, de manera que dejamos de tener control sobre ellos, antes por carecer de ellos y ahora porque son la base de nuestra integración social e incluso prestigio. Hambre y prestigio son dos necesidades muy diferentes y sin embrego, antes por hambre y ahora por desprestigio, la frustración sigue adelante.
¿Podemos ser más austeros todos conociendo como conocemos que nuestros medios superan con creces las mejores expectativas de nuestros padre o abuelos?. Tengo mis dudas. Si dejamos de consumir a este ritmo endiablado, se cerrarán fábricas, aumentará el paro y de nuevo conoceremos el hambre. Hambre o esclavitud material, ese parece ser el designio de una sociedad que ha puesto todos sus bemoles en la cesta materialista en una mezcla de soberbia propia y empuje en manada.
Respecto a la cuestión política, solo decir que siempre son pocos los que quieren rumiar fuera del rebaño y no obstante son los que no dejan de hablar de la democracia asumiendo en ellos mismos el silencio de los corderos. Algunos llegaron con el tiempo a ser pastores y su pensamiento ha calado hondo en otros animales que pretenden a su vez ser pastores como destino final de no conformarse con rumiar con el resto del rebaño. Al final, cuando hay casi tantos pastores como ovejas, lo natural es que las ovejas se pregunten si son necesarios tantos pastores y puesto que hay tantos, ante tanta variedad de ofertas, la oveja media no sabrá a qué otras ovejas seguir mejor y muy posiblemente se quede sola porque no sabe por donde tirar. Un rebaño disperso en núcleos cada vez más variados y pequeños y donde cada oveja está donde está porque teme más a otros pastores que confía en el suyo, es carnaza para los depredadores.
Tratar de objetivizar al ser humano en el doble sentido de convertirlo en un objeto y en el de aplicarle recetas de objetividad materialista, es una barbaridad. Tener mucho por fuera al precio de ir a estados mínimos por dentro, equivale a cambiar la necesidad material por la dependencia anímica y moral, cuya pena por no seguir el ritmo de ese baile, vuelve a ser la necesidad material. Se cierra así el ciclo del "progreso" dejando a las claras que en lo tocante al ser humano, la ingeniería social cambia cromos con los problemas y donde unos desaparecen aparecen otros que amenazan acabar siendo los de siempre...