La "gente normal" (el asalariado en pesos) se va empobreciendo poco a poco, tan lentamente que no se da cuenta. Un día te das cuenta de que no sólo aumentó la botella de aceite, sino que ahora en lugar de traer 1l, trae 900ml. Lo mismo el vasito de yogur, lo mismo el mueble que hoy te compras viene con madera casi de descarte, etc. Todo eso es empobrecimiento. Van exprimiendo cada vez más el sueldo, comprando una TV en 50 cuotas, mientras todavía van pagando las cuotas de las zapatillas y ya están pensando en sacar un crédito para irse unos días a las Sierras de Córdoba (provincia argentina).
Muchos del grupo "gente normal" ahora están pasando a buscar un segundo ingreso, adicional al salario, con la venta de "cositas": productos de limpieza a granel, accesorios para niños, bijouterie, comida, zapatillas de La Salada, etc.
Luego está el que tiene su emprendimiento, que va actualizando el precio de venta de su producto/servicio a medida que aumenta el dólar. Así se las arregla para, más o menos, ganar siempre lo mismo (aunque en realidad va ganando menos, porque no puede trasladar todos los aumentos al precio, ya que no vendería sus productos a nadie). El sitio "dolarhoy.com" en marcadores del navegador siempre.
Luego estamos los que, de algún modo, logramos arreglarnos para cobrar en otra moneda, y no nos afecta nada de esto al bolsillo, salvo los vaivenes con las grandes fluctuaciones de la moneda, que a veces nos benefician mucho (nos abaratan todo), y a veces nos perjudican (la bajada del dólar nos supuso un encarecimiento de todo).
Tenés que tener mucho coraje para meterte donde te metiste, igual te servirá de experiencia, como bien has dicho. Yo, como argentino, nunca pisé el conurbano sin una buena excusa. Miedito.