Comentemos amistosamente esta caricatura de la mujer moderna de la portada del semanario The New Yorker

Una juca que vive en un sitio poco agradable, y que solo es limpia en LO QUE VEN LOS DEMÁS. Antes en ir limpias, bien vestidas y maquilladas, aunque la casa fuera una pocilga, ahora como solo hace videollamada ya ni eso de cintura para abajo, solo el tronco y la cara.

Bastante realista.

El 75% de casas de tías de mi edad que viven solas o comparten piso con otras tías son CASAS QUE DAN ardor de estomago. Baños llenos de pelos y maquillaje, cocinas en las que te quedas pegado...

Aprendieron poco de sus abuelas. En mi generación los hombres somos mucho más limpios.
 
Si en ese mismo dibujo fuera un hombre el que estuviese dibujado, no habría ningún problema, pasaría desapercibido, todo correcto y en orden. Hasta le aplaudirian.
 
Última edición:
Bastante certero parece que el ilustrador es de burbuja, hay varios mensajes ocultos que se escaparán de mi análisis pero no ha perdido baza:

-Ansiolíticos
-Todo fachada, lo que se ve en la cámara divino, pantalón paco umbro debajo y biombo para tapar las miserias.
-Loca de los gatos
-Posturetis a más no poder, come sushi y no sabe ni cocinar ni limpiar
-Consumista a más no poder

Parece que en NY si saben de la infantilización de las mujeres.
Si en ese mismo dibujo estuviese un hombre dibujado ¿lo criticaríais?
Es más, hasta lo aplaudiriais. ¿Que os pasa con las mujeres?
 
Un gato en esas condiciones es así de sucio de por sí. Cada vez que me ha tocado ir a una casa de esas he acabado con la ropa sucia, aunque solo sea por pelusas.

En esta sociedad prima la inmediatez frente a ganarte las cosas. Porque tener gato es un fetiche, como otro cualquiera, que solo debería ser una opción con una casa "adapatada" y con una economía estable.
 
Volver