Profesor Bastiani
Madmaxista
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Aquellos que se aterrorizan de la simple presencia de un murciélago, entre los que yo me encuentro, no les agrada demasiado los temas relacionados con óbitos, féretros y sepulturas. A pesar de todo, he logrado sobreponerme a mi fobia y estoy barajando la posibilidad de construir un cementerio privado. Estoy convencido que este negocio tiene un hueco en el mercado. Y paso a explicárolos para ver que os parece ya que ando buscando a posibles socios.
Todos sabéis el enorme coste que representa trasladar y enterrar a un difunto o tener que pagar todos los meses un recibo de una compañía funeraria que con el tiempo llega a convierte en un laste, una rémora, una pejiguera y un atraco que erosiona nuestros castigados bolsillos.
El Campo Santo Bastiani ( publicitado bajo el lema: Si no quiere morirse nosotros nos morimos por usted mientras de decide), trabajará en base a una filosofía de entierros de bajo coste. No más de 200 euro por traslado y entierro. Como pueden comprobar una cifra modesta sin lugar a dudas. El secreto de nuestros bajos precios radicará en el abandono de los costosos nichos tradicionales para enterrar a los fallecidos a la antigua usanza, es decir, directamente en la tierra previa apertura de la fosa, y la posterior colocación de cruz de madera impermeabilizada de pino nacional, con nombre, apellidos y fecha impresa mediante técnicas de serigrafía, o letrero colgante de chapa galvanizada.. Nada de nichos, hornacinas, lápidas, mausoleos y otras construcciones ladrilleras que tanto daño han causado a este país y que han dilapidado las esperanzas de muchos ciudadanos entre los que yo me incluyo. Sé que a la mayoría no nos gusta la idea de yacer eternamente dentro de cuatro paredes de ladrillos.
Otra de las medidas que adoptaremos con la finalidad de abaratar costes es la sustitución de la flor natural por flores de plástico que pueden ser reutilizadas previa limpieza, perfumado y embellecimiento, o incluso la utilización de óleos con motivos florales.
Uno de los alicientes que nos reportará credibilidad y reputación en el sector, será el ofrecimiento a nuestros clientes de un servicio gratuito de plañideras. Vivimos en una sociedad individualista caracterizada por el desapego donde los sentimientos van en franco retroceso. Resulta desalentador comprobar que cada vez lloramos menos a nuestros muertos, por lo tanto, evitar a nuestros clientes el trabajo de entristecerse, gemir, llorar y compungirse, nos otorgará un prurito de profesionalidad. Estamos estudiando también la posibilidad de contratar a gente de la fanfarria y el teatro para ofrecer a los clientes una novedosa línea de dobles, pensando en aquellos casos que por motivos laborales o vacacionales no quieran o no tenga tiempo de asistir al funeral de sus seres queridos.
A aquellos clientes más modernos y progresistas pensamos ofrecerles incineraciones in situ, en catre ígneo y ardiente de leña de encina elevado al viento, en claras reminiscencias funeraria a las tribus indias norteamericanas, dentro del cementerio, o en algún descampado cercano a su casa, previa autorización del ayuntamiento.
Con el fin de aumentar la rentabilidad, pensamos habilitar el ala Oeste del cementerio para el entierro de mascotas, eso si, previa separación con valla de madera o seto de cipreses y madreselvas.
En nuestro ideario contemplamos acercar de nuevo al ciudadano la cultura de la fin. Hoy no se nos enseña a morir, y por ello tenemos un miedo exacerbado hacia la fin, a la cual consideramos como un acto vergonzoso y casi inmoral.
Pido respeto para mi proyecto, y dejo la puerta abierta a todo aquel que quiera asociarse.
Todos sabéis el enorme coste que representa trasladar y enterrar a un difunto o tener que pagar todos los meses un recibo de una compañía funeraria que con el tiempo llega a convierte en un laste, una rémora, una pejiguera y un atraco que erosiona nuestros castigados bolsillos.
El Campo Santo Bastiani ( publicitado bajo el lema: Si no quiere morirse nosotros nos morimos por usted mientras de decide), trabajará en base a una filosofía de entierros de bajo coste. No más de 200 euro por traslado y entierro. Como pueden comprobar una cifra modesta sin lugar a dudas. El secreto de nuestros bajos precios radicará en el abandono de los costosos nichos tradicionales para enterrar a los fallecidos a la antigua usanza, es decir, directamente en la tierra previa apertura de la fosa, y la posterior colocación de cruz de madera impermeabilizada de pino nacional, con nombre, apellidos y fecha impresa mediante técnicas de serigrafía, o letrero colgante de chapa galvanizada.. Nada de nichos, hornacinas, lápidas, mausoleos y otras construcciones ladrilleras que tanto daño han causado a este país y que han dilapidado las esperanzas de muchos ciudadanos entre los que yo me incluyo. Sé que a la mayoría no nos gusta la idea de yacer eternamente dentro de cuatro paredes de ladrillos.
Otra de las medidas que adoptaremos con la finalidad de abaratar costes es la sustitución de la flor natural por flores de plástico que pueden ser reutilizadas previa limpieza, perfumado y embellecimiento, o incluso la utilización de óleos con motivos florales.
Uno de los alicientes que nos reportará credibilidad y reputación en el sector, será el ofrecimiento a nuestros clientes de un servicio gratuito de plañideras. Vivimos en una sociedad individualista caracterizada por el desapego donde los sentimientos van en franco retroceso. Resulta desalentador comprobar que cada vez lloramos menos a nuestros muertos, por lo tanto, evitar a nuestros clientes el trabajo de entristecerse, gemir, llorar y compungirse, nos otorgará un prurito de profesionalidad. Estamos estudiando también la posibilidad de contratar a gente de la fanfarria y el teatro para ofrecer a los clientes una novedosa línea de dobles, pensando en aquellos casos que por motivos laborales o vacacionales no quieran o no tenga tiempo de asistir al funeral de sus seres queridos.
A aquellos clientes más modernos y progresistas pensamos ofrecerles incineraciones in situ, en catre ígneo y ardiente de leña de encina elevado al viento, en claras reminiscencias funeraria a las tribus indias norteamericanas, dentro del cementerio, o en algún descampado cercano a su casa, previa autorización del ayuntamiento.
Con el fin de aumentar la rentabilidad, pensamos habilitar el ala Oeste del cementerio para el entierro de mascotas, eso si, previa separación con valla de madera o seto de cipreses y madreselvas.
En nuestro ideario contemplamos acercar de nuevo al ciudadano la cultura de la fin. Hoy no se nos enseña a morir, y por ello tenemos un miedo exacerbado hacia la fin, a la cual consideramos como un acto vergonzoso y casi inmoral.
Pido respeto para mi proyecto, y dejo la puerta abierta a todo aquel que quiera asociarse.
