La izquierda no ha dejado de ser izquierda. Sigue siendo la fruta misma izquierda que sigue haciendo lo puñetero mismo de siempre. Solamente ha trasladado el frente de lucha, y es eso lo que ha dejado en ropa interior a los que aun sujetan un tomo de "El Capital" con páginas mohosas que apesta a berenjena de viejo.
Hay que estar rematadamente ciego para no ver que el corpus doctrinal del comunismo es CALCADO a las nuevas vacas sagradas de la "izquierda", solo cambian los actores.
Por ejemplo, el feminismo: la burguesía ahora son los hombres, el proletariado las mujeres; el sistema opresor ya no es el capitalismo, es el "hetero-patriarcado" o como palos se diga ahora; la lucha obrera esta demodé, ahora se estila la "luxa de lah mujeré", el color revolucionario no es el rojo, es el morado; la hoz y el martillo deja paso al icono cutre ese del rendondel y la cruz. jorobar, si hasta "huelgas generales" DE MUJERES (WTF?) se convocan ya
Esto demuestra un par de cosas: que el creador de ambos engendros es el mismo y que su objetivo es también el mismo. ¿Cual? Ya lo estáis viendo: la subversión, el enfrentamiento social y la desestabilización de las naciones para mayor ganancia y poder de unos pocos.
Dicho esto, voy a decir algo más: yo me siento amigablemente en el WC mientras pienso en el liberalismo. Pero hay que separar urgentemente la lucha obrera del comunismo. Disociarlos para siempre.
Una cosa es la lucha organizada de los trabajadores por la mejora de sus condiciones. Otra cosa es la lucha política para entronar de por vida a un Politburó lleno de capullos manipuladores exporculadores que dicen que defienden a los trabajadores y los terminan reprimiendo y matando literalmente del hambre. Lo primero era y sigue siendo algo necesario, pero los orates marxistas intentaron apropiarse desde el minuto 1 de esa lucha con el fin de servirse de ella para hacerse con el poder.
Lenin se burlaba en "La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo" de aquellos que ponían el acento de la lucha obrera en una dimensión principalmente económica y no política. Les llamaba "amarillistas" y los tachaba de aliados del capital, de traidores... etc. Claro, es que al alopécico le jodían el chiringo de los Soviets y las checas que estaba planeando.