En lugar de perder el tiempo en la política y envejecer dentro de ella, lo que esa mujer debió hacer fue tener hijos. Ya que tanto la admiran y les gusta, ¿no hubiera sido preferible que esos genes no se perdieran y los pudiera heredar a una próxima generación? Imagina cómo se vería una Ayusito que se pareciera a ella, aunque más joven.
Pero no, en vez de animar a las mujeres a hacer aquello para lo que fueron destinadas, ser madres, les aplauden que se desnaturalicen al meterse en la política y dejen de parir hijos. Lo que hace una mujer en la política lo puede hacer cualquier hombre, pero ser madre de uno o varios hijos no lo puede hacer ningún hombre, sólo una mujer.