*Tema mítico* : Artículos de Santiago Niño Becerra (post oficial)

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Opinión, 26 de Octubre de 2007

Reclamación

Santiago Niño Becerra


Una amiga me ha remitido lo que sigue.

Y lo que sigue es una carta de reclamación dirigida al departamento de atención al cliente de una multinacional del subsector de la confección; no les cuento más, lean; todo está explicado en la misiva adjunta.

“Señores.

El motivo de la presente es poner en su conocimiento un hecho incomprensible e ilógico que, por dos veces en los últimos meses, me ha sucedido en dos de sus locales comerciales; el segundo el pasado día 5 de los corrientes (de Diciembre del 2006).

Tras elegir varios artículos en su tienda sita en (nombre de una calle), de Barcelona, me dirigí a una de las cajsa a fin de abonar su correspondiente importe; todo fue bien hasta que la cajera llegó a uno de los mismos, concretamente, una blusa. La señorita me dijo que ‘no podía cobrármelo’ debido a que carecía del necesario código; añadió que substituyese la referida blusa por otra, a lo que respondí que ello era imposible al ser el único ejemplar que de aquel modelo quedaba. Y aquí, señores, comenzó una historia kafkiana e incomprensible en un mundo regido por la eficiencia y por las TiCs.

La señorita cajera se reiteró en lo dicho: que no podía cobrarme la blusa, y yo, crecientemente encendida, le solicité una dirección a la que comunicar lo que estaba sucediendo y, ante mi postura, ella decidió requerir la presencia del encargada/o de la tienda. Al cabo de unos minutos apareció un señor que, utilizando la lógica más evidente, dio la orden de que alguien fuese a otra tienda de (nombre de la multinacional) ubicada en la misma zona a buscar el código de una blusa igual a la por mi elegida. Ese alguien fue, volvió con el código y la blusa pudo, ¡al fin!, serme ‘cobrada’. Un hecho idéntico al descrito me sucedió hace escasos meses en la tienda de (nombre de la multinacional) ubicada en (nombre de una localidad catalana). (Ah, por cierto, el encargado me facilitó esta dirección a la que ahora estoy escribiendo aunque no sin reticencias: me dio la sensación de que prefería que no escribiese estas líneas; me dijo que existían unos ***etos de sugerencias en los que los clientes podían expresarlas, y me entregó un ejemplar).

Entiendo que, en su proceso logístico, la necesidad del código del artículo sea esencial; lo que no puedo comprender es que, en pleno siglo XXI, a una persona -yo- que está dispuesta a adquirir algo, se le haga entender que se prefiere perder una venta antes de intentar solucionar un problema que ha sido causado por una ineficiencia del que está vendiendo, es decir, por Uds.; por otra parte, encuentro alucinante que se halle expuesto, y, por tanto, a la venta, un artículo que no puede ser vendido. Sí, una etiqueta de código puede desaparecer (lo que es extraordinariamente difícil ya que ésta se halla cosida la prenda), pero, entonces, ¿por qué no arbitran sistemas de seguimiento hoy en día más operativos?, ¿no han oído hablar de las etiquetas RFDI?.

Hechos como el descrito -me niego a creer que lo que a mi me sucedió tan sólo me haya ocurrido a mi, otra cosa es que las/los afectadas/os reclamen- ponen al descubierto carencias organizativas que en nada benefician a la imagen de (nombre de la multinacional). Uds. podrán decirme que implementar sistemas que evitasen hechos como el descrito tienen un coste superior a las minusvalías de ingresos ocasionadas por la defección de clientes molestos, pero, señores, hoy eso no es de recibo.

A la vez, lo sucedido pone de manifiesto la baja calidad del personal que Uds. contratan. Si yo no hubiese solicitado una dirección postal a la que dirigirme, yo me hubiese tenido que ir sin la blusa -que, por cierto, es preciosa-, ¿por qué?, pues porque a la señorita cajera no se le ocurríó preguntar al encargado qué hacer en aquel caso. Con seguridad la remuneración de esa señorita será muy reducida lo que incidirá positivamente en sus costes, pero, tal vez, deberían plantearse contratar a un personal ‘con más luces’ y, en consecuencia, remunerarle mejor: mi experiencia profesional me ha demostrado que, en cuestiones laborales, lo barato acaba siendo caro.

A medida que hayan ido leyendo estas líneas habrán ido viendo que mi indignación es elevada, y sí, lo es, sobre todo porque lo que ayer me sucedió no encaja con la imagen de eficacia que (nombre de la multinacional) transmite en su publicidad.

Atentamente”.

Mi amiga es una persona con carácter, lo habrás deducido leyendo la carta. Ahora, Uds. se estarán preguntando que respuesta ha obtenido de la multinacional, pues ninguna; la gran empresa no ha dicho ni pío. Curioso, ¿no?, aunque no, no es nada curioso; total, por una venta …

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 29 de Octubre de 2007

Redistribución

Santiago Niño Becerra


Todos tenemos claro que significa el concepto ‘redistribución’; ¿seguro?.

Como siempre en estos casos, vayamos al Diccionario de la Lengua Española de la RAE. redistribución. 1. f. Acción y efecto de redistribuir. Sigamos. redistribuir. 1. tr. Distribuir algo de nuevo. 2. tr. Distribuir algo de forma diferente a como estaba. Continuemos. distribuir. 1. tr. Dividir algo entre varias personas, designando lo que a cada una corresponde, según voluntad, conveniencia, regla o derecho. 2. tr. Dar a algo su oportuna colocación o el destino conveniente.

Es decir, que la idea de ‘redistribución’ lleva implícita la modificación de un reparto de algo entre varias personas, que anteriormente se había realizado con arreglo a unas normas. El modelo de protección social generalizado en algunos lugares a partir de los años 50 asoció en la imaginería popular -y no sólo- la coletilla de que la redistribución venía asociada a que, a través de medios totalmente legales, a quienes más tenían se les quitaba algo y se transfería a quienes menos tenían; el modo utilizado para quitar, generalmente, era a través de la política fiscal, pudiendo, lo que se daba, adoptar formas muy diferentes. Hasta hace unos años ese esquema, con más o menos intensidad y con mayor o menor fortuna ha ido operando de la manera descrita, pero, ni necesariamente la redistribución debe funcionar así, ni tiene, tampoco, que ir en el sentido apuntado.

A partir de 1979, el Modelo de Oferta empezó a modificar esta forma de ver la redistribución. Basándose en una falacia: que las reducciones de impuestos -más, proporcionalmente, a las personas con mayor renta y a las compañías que a las personas de menor renta- favorecen la actividad económica y el uso del factor trabajo; principió un camino que se ha ido acelerando con el paso de los años. Las consecuencias de tal proceder se vieron inmediatamente: en los 80, las economías que con mayor ímpetu aplicaron los predicamentos del Modelo de Oferta -USA y UK- vieron como la desigualdad entre rentas se disparaba, aunque eso es algo de lo que no toca ocuparse hoy.

La falacia radicaba en que el razonamiento no contemplaba algo que empezó a suceder en el mismo instante en que el Modelo de Oferta comenzó su andadura: 1) que la productividad podía ser aumentada, y mucho; y que el factor trabajo era crecientemente innecesario, que su utilización iba quedando paulatinamente desvinculada de la generación de PIB y, 2) que, en términos relativos, cada vez era menos necesaria una mayor cualificación masiva de ese factor trabajo. A fin de compensar tales derivaciones y, también a fin de aumentar el negocio financiero, se fueron suavizando las normas para acceder a los créditos bancarios.

A pesar de que la filosofía del Modelo de Oferta ya ha quedado superada, algunos de sus elementos han sido transferidos al momento actual, entre ellos esa redistribución new que el Modelo de Oferta puso en marcha; el tema tan de moda de los biocombustibles no deja de ser una variante de tal new redistribución.

Si USA dedicase el 100% de su cosecha anual de maíz a la producción de bioalcohol, con el producto resultante tan sólo cubriría el 10% de sus necesidades energéticas durante un año, el 10%. ¿Qué se esconde detrás de ese afán por los biocombustibles?.

En dólares constantes, el precio del maíz que se paga a los agricultores USA lleva años estancado o a la baja, por lo que las subvenciones son esenciales para los maiceros USA; ¿por qué sucede eso?, pues porque el maíz USA se halla protegido de las posible entradas de maíz exterior. Pues bien, hete aquí, que con la historia de los biocombustibles se dan el pasaporte dos pájaros de un tiro. Por un lado, USA -y Europa, aunque no sea con el maíz- podrá reducir o eliminar sus subvenciones; por otro, los excedentes de cereales desaparecen como por ensalmo. Claro que eso no contempla otras cosas, como la creciente demanda de cereales por parte de China y la India, ni el hecho de que una reducción de la oferta de cereales para alimentación esté implicando un aumento en vertical de su precio.

Los biocombustibles van a representar una gota de agua en el mar energético, pero van a tener un impacto político fundamental: “nos estamos ocupando del medio ambiente”, podrán decir los políticos profesionales, pero la verdad de la buena será que, otra vez, se estará llevando a cabo una política redistributiva. ‘Negativa’, dirán algunas/os; ¿negativa?, ¿por qué?. Todo depende del lado en que nos encontremos y el tonalidad del cristal con que la miremos; ¿no?.

Mañana nos ocuparemos de lo mismo pero desde el lado de las rentas.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 30 de Octubre de 2007

Le llamaremos …

Santiago Niño Becerra

Estábamos con la redistribución.

En los próximos meses vamos a ver muchas señales que nos estarán indicando lo que se nos está viniendo encima, de hecho estas señales ya han empezado y aquí ya nos hemos referido a varias de ellas. Una de estas señales ha tenido lugar recientemente en el reino, y, posiblemente, sea una de las más claras de hasta este momento.
El día 2 del corriente mes de Octubre, una diputada y un diputado del Reino de Esdpaña presentaron en el Congreso una propuesta verdaderamente rompedora en base a lo que nos dice la historia económica. Lanzaron la idea de instituir lo que ellos denominaron la Renta Básica de Ciudadanía. Habrán leído profusamente sobre esto, pero, si lo desean accedan aquí a fin de repasarlo: http://www.elpais.com/articulo/espana/sueldo/mendigo/banquero/elpepuesp/20071003elpepinac_11/Tes . Unos días después, el Comisario de Empleo y Asuntos Sociales fue un poco más allá al lanzar la idea de que la UE debería establecer una renta mínima para la ciudadanía europea que no pueda desempeñar una labor profesional o, atención ahora, no pueda hallar un empleo.
La idea sonó como un estruendo, pero lo cierto es que empezó a hablarse sobre el tema hace años. El asunto, resumiendo, consiste en dar una cantidad de dinero a las personas por el mero hecho de haber nacido, e independientemente de que trabajen, o no, de que deseen, o no, trabajar, y de cual sea su renta. Se podrán imaginar el ***ón que se lió en el Congreso.
La propuesta de estos dos diputados nace de una concepción radical, posibilista y muy realista que, cuando fue planteada, fue bautizada con un nombre mucho menos edulcorado que el que en el Congreso fue dicho: Subsidio de Subsistencia. Y su fundamento tampoco fue el que en el Congreso se expuso: sustituir a las prestaciones existentes en el actual modelo de protección social siempre y cuando tal Renta Básica de Ciudadanía no sea inferior a una renta mínima de pobreza hoy estimada en el 50% del ingreso medio; ¡que va!.
La filosofía que subyace en el Subsidio de Subsistencia es la de mantener mínimamente viva a una población que … va a ser crecientemente menos necesaria. A medida que la productividad vaya aumentando, menos población va a ser necesaria para producir, fundamentalmente porque la tecnología va a convertir en no-necesaria a mucha de la población activa o susceptible de ser activa. (Con reiteración y alevosía he utilizado tantas veces la palabra ‘necesaria’).
Hoy por hoy, en Occidente, el control coercitivo de la natalidad ni siquiera es planteable a nivel teórico, por ello va a ser preciso establecer legalmente un mínimo que garantice que las personas que no van a ser necesarias sobrevivan, pero tan sólo eso: garantizar la supervivencia, a partir de aquí, quienes puedan / sepan / quieran hacer más o ir a más, que lo hagan si encuentran donde hacerlo.

Las reacciones que en el Congreso tuvo la propuesta, si son honestas, demuestran un muy reducido conocimiento de hacia donde se está encaminando la economía y la sociedad; si fueron interesadas, dirigidas a una audiencia política determinada, y pensando en unos votos cortoplacistas, denotan una cortura de miras difícil de explicar en las representantes y en los representantes de la ciudadanía.

Puede que hoy, a muchas/os, el Subsidio de Subsistencia, o como quiera denominársele, les suene a herejía, pero vamos hacia eso. La historia está plagada de ejemplos de cambios rompedores que en un momento se propusieron, que generaron polémica y rechazo, y que con los años se demostraron necesarios e inevitables debido al sesgo que los acontecimientos estaban adoptando. Por citar alguno de estos ejemplos, recuerdo la polvareda que en su momento levantó la erradicación de la esclavitud, o las diatribas que ocasionó la puesta en marcha de gravámenes sobre los ingresos.

Pienso que, aunque tan sólo sea para generar debate, está bien la propuesta de estos diputados, no por el subsidio en sí, sino por lo que representa; y ojalá ese debate sirva para profundizar en el núcleo del tema: la necesidad decreciente de la población desde la óptica productiva.

Ven como si que hemos continuado hablando de redistribución.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 31 de Octubre de 2007

Dr. Rato (II)


Santiago Niño Becerra


Ya lo dije, pero lo repito:

El director gerente del FMI está diciendo lo más interesante que hasta ahora ha dicho ahora que ya está prácticamente fuera de la institución.

En todo el maremagnum en el que la economía mundial está metida, maremagnum que, además, va a ir a mucho más, había un aspecto que hasta ahora había sido poco abordado, un tema sobre el que se había pasado de puntillas: los efectos de todo lo que está sucediendo sobre el comercio internacional.

Cierto es que se ha advertido de las consecuencias que sobre el comercio interpaíses puede tener una depreciación brutal del dólar USA, sobre todo en lo que respecta a las commodities y, concretamente, al petróleo, pero había una palabra que, mentarla, era tabú: proteccionismo. Pues bien el Dr. Rato lo ha hecho; el Dr. Rato ha dicho que el riesgo existente en los tipos de cambio puede incidir negativamente en las perspectivas de crecimiento, lo que podría desencadenar acciones proteccionistas. ¡Por fin!, alguien que es realmente alguien en la economía mundial ha sacado el tema; Uds. me permitirán que me retrotraiga al pasado a fin de ilustrar el asunto.

Cuando la Gran Depresión se inició en 1929, el sistema monetario internacional (digo ‘sistema’ por llamarlo de algún modo), se basaba en al Patrón Oro; su funcionamiento era muy simple: el país que tenía más oro dominaba el cotarro porque, lógicamente, tendería a tener un saldo positivo en su balanza comercial, saldos que, según el sistema, debían ser compensados con oro. 1929 fue terrible, sin embargo, el peor año de la Gran Depresión fue 1930; 1930 fue literalmente horroroso. El nivel de ‘globalización’ existente en los años veinte era, en términos porcentuales, muy semejante al actual, por lo que, en base a los importes manejados, el comercio internacional de todo era bastante elevado, en otras palabras, el nivel de libertad comercial existente era alto.

La ventaja de que en un momento expansivo no existan barreras es obvio: facilita el tráfico de todo; pero esa ventaja se torna inconveniente cuando el momento es depresivo. En expansión, la inexistencia de barreras hace que por el mundo se muevan, sin trabas, cosas buenas; en depresión, la misma inexistencia hace que sean las cosas malas las que por el planeta se muevan. Intrínsecamente, el Patrón Oro es muy liberal, consecuentemente, lo que por el mundo se movió durante 1930 fueron cosas malísimas; la solución que se adoptó Uds. la conocen: en 1931 el Patrón Oro fue abolido, y el mundo entró en una era proteccionista de la que no empezó a salir hasta después de la II Guerra Mundial.

Bien. Ya no existe el Patrón Oro (ya sé, ya sé, aún hay gente que cree que nunca debería haberse ido, pero hoy no toca hablar de esto), pero desde hace 64 años existe algo que se le parece mucho, muchísimo, y de lo que no gusta hablar: el Patrón Dólar.

A medida que USA vaya incrementando el número y la intensidad de sus problemas, tratará de exportarlos, al igual que lo intentará el resto de las economías del planeta. Además, USA lo tiene fácil para hacerlo: depende de la financiación exterior de sus déficits y exporta dólares a mansalva. Los problemas que USA va a tener (y los demás, pero en esta historia esos demás pintan muy poco) van a ser de dos tipos: externos e internos. Los externos tendrán que ver con el dólar, los internos tendrán que ver con lo que pasa en casa. USA es un país que puede ver sin pestañear como el mundo se hunde más allá de sus fronteras, pero no soporta una simple grieta más acá de ellas. Cuando los derrumbamientos comiencen dentro de USA, USA, ¿qué hará?.

Pues entrará en tromba en una dinámica proteccionista a fin de defender, lo máximo posible, el interior de su casa, y esto tendrá consecuencias, mejor dicho, incrementará las consecuencias ya iniciadas. (Recuerden que uno de los aceleradores de la Gran Depresión fue la repatriación a USA de capitales USA desperdigados por el mundo).

Mientras escribía estas líneas me ha venido a la cabeza una frase que Abraham Lincoln pronunció durante su presidencia: “Eliminad los aranceles y aprobad el libre comercio y nuestros trabajadores serán reducidos al nivel de siervos pobres, como en Europa”. La preocupación de Lincoln no era el bienestar de los trabajadores USA, ¡que va!, sino que la naciente burguesía USA no fuese aplastada por la ya bastantes desarrolladas británica, francesa, belga y prusiana. Si USA se planteó eso en un momento expansivo, ¿qué no va a plantear en uno depresivo?. En los años 30 lo hizo, y lo que viene es parecido.

El Dr. Rato ha vuelto a decir algo interesante; tal vez debería prolongar unos cuantos meses su despedida del FMI.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 01 de Noviembre de 2007

Más historia

Santiago Niño Becerra

A veces, recordar el pasado es sano.

El pasado 25 de Marzo se conmemoró el 200º aniversario de la censura real de un documento histórico: The Slave Trade Act, por la que el comercio de esclavos pasaba a ser ilegal, en Inglaterra, y, de rebote, en todos los mares. El impulsor de esta ley fue un miembro del Parlamento de Londres de nombre William Wilberforce, un hombre que empleó la mayoría de su vida parlamentaria en conseguir este objetivo. (Una interesante biografía de este ilustre caballero pueden leerla aquí: http://en.wikipedia.org/wiki/William_Wilberforce).

La conmemoración, que duda cabe, merece ser celebrada, pero, a la vez, una serie de preguntas continúan flotando en el aire dos siglos después de que el rey Jorge III estampara su sello en el documento promovido por William Wilberforce, ¿por qué fue abolido el comercio de esclavos y, años después, abolida la esclavitud en todo Occidente?, ¿por qué Inglaterra se convirtió en abanderada de este movimiento?, ¿por qué la cuna de Shakespeare encomendó a su flota como tarea primordial la persecución de los buques negreros?.

Los principios filosóficos introducidos por la Ilustración mucho tuvieron que ver en el cambio de visión con que la esclavitud había sido vista hasta entonces; de hecho Jean-Jacques Rousseau , uno de sus más reputados miembros ya había manifestado que el hombre, en todas partes nacía libre. Sin embargo, ¿fue la Ilustración lo único que forzó la abolición de la esclavitud?.

La esclavitud ‘bien entendida’, en contra de la opinión generalizada, no consiste en considerar al esclavo como una ‘cosa’ sino como un bien de capital; quienes mejor entendieron eso fueron los propietarios de las plantaciones de algodón en la Confederación. (Es absolutamente falso que cuando un esclavo no rendía lo que su amo creía que debía rendir fuese atado a un árbol y azotado por un capataz loco, fundamentalmente porque unos latigazos dados de forma inexperta podían dejar lisiado y, por tanto, inútil, a ese bien de capital. Cuando se quería castigar a un esclavo, era un experto en dar latigazos quien se ocupaba de la tarea).

Cuando el siglo XIX comenzó, algunas zonas -que no países- de Europa se hallaban inmersas en un proceso que, posteriormente, sería conocido como I Revolución Industrial; algunas de esas zonas se hallaban en Inglaterra. La Revolución Industrial dio lugar a muchas novedades, pero, de largo, la principal fue un apreciable aumento de la productividad; pero más productividad supone más oferta, y para que esa oferta se venda es necesario que haya una demanda que la compre.

La esclavitud ‘bien llevada’ puede funcionar bien cuando la oferta se mueve dentro de unos límites, pero no cuando la oferta es susceptible de crecimientos exponenciales, cuando eso sucede, la esclavitud tiene un problema muy rellenito: los esclavos pueden llegar a generar bastante desde el lado de la oferta, pero no generan prácticamente nada desde el de la demanda. Por ello Revolución Industrial y esclavitud son términos totalmente incompatibles. La Revolución Industrial no sólo precisaba de bienes de capital que produjesen, necesitaba, también, de elementos que produjesen hasta el agotamiento pero que, a la vez, consumiesen, y eso sólo podían hacerlo personas libres.

La Ilustración mucho hizo a favor de la abolición de la esclavitud, seguro, pero si no hubiese sido por el aumento de productividad que el maquinismo produjo, ¿se hubiera acabado tan rápidamente la esclavitud?. En Inglaterra y en los estados del Norte de USA lo entendieron, no así en el Sur; esa es la razón última de la guerra civil USA y, en última instancia, de la abolición de la esclavitud.

Fin de esta reseña, histórica, claro.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 02 de Noviembre de 2007

Diecisiete Teintayséis

Santiago Niño Becerra


New York City.

Cuando esto estoy escribiendo en New York son las 17:36. A esa hora, algunos de los titulares de la home page de Bloomberg son los siguientes:

“U.S. Stocks Decline; Citigroup Retreats on Dividend Concern”
“Yen May Extend Gains on Concern About Credit Market Losses”
“U.S. Economy: Manufacturing, Consumer Spending Show”

A esa hora el Dow marcaba una caída de 362,14 puntos.

Centrándonos en el tercero de los titulares (http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid=a7IS5R.Lwubo&refer=home ) podía leerse que la economía USA se está enfriando tras el crecimiento del tercer trimestre en línea con el último informe sobre evolución de la producción de manufacturas y gasto de los consumidores.

En la noticia se decían cosas como: “The reports we saw today are generally consistent with a slowing economy’’, dicho por Joshua Shapiro economista jefe en Maria Fiorini Ramirez Inc. en New York. Más adelante: “The spending numbers suggest softer momentum coming out of the third quarter. The economy is in transition, and the growth we saw in the third quarter is in the rear-view mirror’’ según Edward McKelvey, economista senior en Goldman Sachs Group Inc. en New York. Y más adelante aún: “Spending is going to slow as we get into the fourth quarter,’’ dicho por Michael Carey, economista jefe de North America at Calyon Corp. en New York.

La noticia decía que se espera un enlentecimiento en el gasto de los consumidores en el último trimestre del año y que los precios de la vivienda continúen cayendo.

Pero lo sucedido el Jueves 1 de Noviembre no es el Jueves neցro, esto no es más que una caída tras las alzas de la semana pasada y no será más que otra caída antes de las próximas que vendrán. ¿Recuerdan que en la serie “Septiembre” Uds. leyeron que las próximas Navidades iban a ser tristes?, pues esto no es más que una confirmación; aunque hayan más alzas, aunque el Dow crezca la semana que viene; ya hay algo en el aire: la percepción de que aunque a las Bolsas se les haga subir, la tendencia está marcando un declive. No importa cuánto creció el PIB USA en el tercer trimestre, eso ya es historia; lo importante es lo que viene, y eso que viene es gris; aún no es neցro, pero ya es gris, un gris marengo.

Cerca del 70% del PIB USA se sustenta sobre el consumo, es decir, sobre el endeudamiento. En el calendario USA existe un día a fundamental, básico para marcar la tendencia de lo que serán los gastos de Navidad, y ese día está próximo: el 22 de Noviembre: Thanksgiving Day. No pierdan de vista los datos de ese día.

Tras leer esto, ¿cómo es posible que en USA se esté diciendo lo que se está diciendo y aquí se diga lo que se dice?. ¿Cómo es posible que aquí muchos, muchos continúen diciendo que las cosas de la economía están bien?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 05 de Noviembre de 2007

Lunes

Santiago Niño Becerra


¿Lo recuerdan?.

“I don´t like Mondays”, escrita por Bob Geldorf e interpretada por The Boomtown Rats, ¿el año?, 1979, ¿cómo no?. Lo tienen aquí: http://www.youtube.com/watch?v=POl4vFp-5os . Los Lunes tienen algo, no sé, son diferentes al resto de los días, y no es porque no pase nada, al contrario.

Lunes 22 de Octubre. Por la emisora de radio RAC 1 oigo el anuncio de una compañía que se dedica a comprar … empresas, así como suena. El mensaje publicitario dice algo así como que ‘si su empresa no puede afrontar los pagos que debe afrontar’, o alguna otra desgracia que ahora no recuerdo, que telefoneé a un número y que (nombre de la compañía) puede adquirir su empresa. Así de fácil y así de limpio.

Lunes 22 de Octubre. Me encuentro a un médico que conozco desde hace años y, lo han adivinado, me comenta lo mal que están las cosas de la economía aunque no se diga. Para apoyar su comentario me explica una historia. Me dice que conoce a una señora ‘con dinero’ que, hace seis meses, se interesó por un ático en una construcción de una localidad de la costa de Barcelona. Fue a la oficina de ventas y preguntó el precio: 110 millones de pelas, pero le dijeron que mirase otro piso porque, le dieron a entender, que los cuatro áticos estaban reservados. La señora se fue y hace cuatro días le llamaron para decirle que podía escoger cualquiera de los cuatro áticos a 90 kilos.

Lunes 22 de Octubre. Leo en varios medios que Standard & Poor’s augura problemas al crecimiento español hasta el 2015 con tasas no superiores al 2%, por lo que la española será una de las economías más afectadas por el cataplún que viene. Esto corrobora lo que Uds. llevan leyendo en lacartadelabolsa desde hace semanas y me lleva a preguntarme quien será, de esas gentes que perciben 250.000 dólares por cada charla que pronuncian, la primera o el primero en admitir que viene una crisis de bigotes.

Lunes 22 de Octubre. A pesar de lo que ha manifestado Standard & Poor’s, a pesar del último informe del FMI, a pesar de lo dicho por el servicio de estudios del BBVA, el secretario de Economía del Reino de España dice que el Gobierno se siente “cómodo” (El País 22.10.2007) con la estimación de crecimiento que ha realizado para el 2008, a pesar de que a la previsión gubernamental le separa un mundo respecto a las previsiones realizadas por las citadas instituciones. ¿Cómo debe interpretarse eso?, ¿como que el Gobierno está hablando en clave electoral?, ¿como que el Gobierno no desea asustar a la ciudadanía española?, ¿como que el Gobierno se ha equivocado en sus cálculos y no quiere reconocer su error?. ¿Como qué debe interpretarse la postura gubernamental española?.

Lunes 22 de Octubre. Se sigue hablando de aumentar el salario mínimo, hasta 800 euros, y más se hablará de ello porque se acercan las elecciones. Vamos a ver, aunque el salario mínimo lo sitúen en 800 euros continuará siendo una cosa, el problema es que un salario, el mínimo o el que sea, debe estar vinculado a la productividad, por eso el salario mínimo y otros muchos salarios son, en España, una cosa, porque la productividad media española lo es. Muchas de las cosas que el reino fabrica y elabora son de bajo valor por lo que las empresas invierten muy poco y se gastan una ridiculez, o nada, en formación de sus plantillas; el resultado es una productividad asquerosa y unos salarios patéticos; es decir, ¿cómo demonios van a crecer los salarios en España si parte de la competitividad de España se sustenta, precisamente, en sus bajos salarios?. Esto podría ser un muy buen elemento de discusión para la próxima campaña electoral, ¿no creen?; ¿por qué será que ningún partido político saca a la palestra este tema?. (El principal partido de la oposición lo ha hecho, mero mal: ha dicho que, de crecer el salario mínimo generará inflación; ¡por favor!).

¿Quién decía que no le gustaban los Lunes?.

(Hasta las canciones se vuelven obsoletas, incluida a la que hoy nos estamos refiriendo: “The Telex machine is kept so clean / As it types to a waiting world”).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 06 de Noviembre de 2007

Más Septiembre – 1

Santiago Niño Becerra

¡Ya toca!.

(Para aquellas/os de Uds. que no pudieran, les recomiendo que, en esta misma página, accedan a “Archivo” (arriba a la izquierda); una vez dentro pulsen sobre “Opinión” y lean la serie “Septiembre” que, a partir del 31 de Julio publiqué en lacartadelabolsa. Lo digo para centrar lo que viene a continuación).

Requetepoquísimos el año pasado, poquísimos desde el mes de Enero del presente año y muy, muy pocos desde Junio, hemos estado diciendo, por activa y por pasiva, que estamos entrando en un proceso de precrisis que se extenderá hasta el 2009 y que será la antesala de una crisis muy profunda que sacudirá la economía y la sociedad de todo el planeta entre el 2010 y el 2015, crisis que, de verdad, de verdad, no concluirá hasta el 2018.

En general, pero de forma muy particular en el reino, el mensaje oficial ha sido el de que ‘las cosas de la economía están bien’, mensajes que se han prodigado desde que se hizo público -llegó a la opinión pública- en Agosto el affaire de las subprime. Septiembre, para la mayoría de muchas/os que de economía hablan, fue un mes complicado en el que tuvieron que justificarse cosas, como que lo que se veía en la calle no se correspondía con lo que esas personas habían estado diciendo hasta hacía unas semanas, máxime cuando reconocidos cerebros empezaron a decir que las cosas de la economía podían torcerse.

A lo largo del mes de Octubre, no en manada, pero sí sin pausa, han ido aumentando las voces que han empezado a poner manchas en la evolución económica, voces que, en ningún caso, y mucho menos en España, pertenecen a políticos (de los demagogos, ni nos acordamos). En los últimos días, esa tendencia que iba sumando voces discordantes a los mensajes oficiales se ha incrementado, y, cabe destacar, que algunas de ellas han subido su tono y la intensidad de su mensaje. Concretamente, en la Pág. 24 de El País del 30 de Octubre podían leerse las palabras del Sr. José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney: “La recesión está descartada para 2008, pero no para 2009”.

El pasado mes de Septiembre no fue un mes más. Cuando en el futuro la Crisis del 2010 sea analizada, los libros de historia constatarán que ese fue el mes en que todas las tensiones empezaron a manifestarse y a cocerse los ingredientes que, a finales del 2009, abocaron a la economía mundial a una crisis profunda, sistémica, y que supuso un reajuste al modo como hasta el momento se habían estado haciendo las cosas económicas y sociales. La pregunta es, ¿por qué Septiembre?; la respuesta es: por una simple cuestión física.

Si Uds. toman un globo de feria, ajustan su embocadura a sus labios y empiezan a introducir aire en él, el globo se irá llenando sin problemas. Si continúan introduciendo aire en el globo, y si pudieran grabar la escena a altísima velocidad, apreciarían que, a partir de un momento, en la superficie del globo comienzan a manifestarse unas microgrietas, microgrietas que desencadenan el estallido del globo. Pues bien, esas microgrietas han empezado a manifestarse el pasado mes de Septiembre.

El sistema, desde 1973 en que se demostró que ni la energía iba a continuar siendo barata, ni que sus reservas eran inagotables; desde que en 1979 se puso sobre la mesa que el incremento de productividad y no la demanda podía ser el motor de avance de la economía; desde 1991 cuando se permitió que el endeudamiento creciese y creciese sin freno ni tino; y desde que en 1995 las TICs comenzaron a masificarse en todos los órdenes de la economía y de la sociedad y en todos los niveles de una y otra, se han ido generando tensiones que, en base a la interpenetración que se ha ido generando a medida que la globalización iba afectando a todos en todas partes, han llegado a un punto en que ya no pueden ser reabsorbidas y reencauzadas por el sistema. Entonces aparecen las microgrietas y el globo estalla.

Cuando todo haya pasado y los historiadores limpien de interferencias los archivos informáticos, podrá analizarse en detalle la génesis del proceso, hasta entonces, quedémonos con lo que mañana veremos.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 07 de Noviembre de 2007

Más Septiembre – y 2

Santiago Niño Becerra


¿Ya han leído la serie “Septiembre”, aquí, en “Archivo”, “Opionión”, del 31 de Julio en adelante?.

A raíz de lo que empezó a suceder en 1973, 1979, 1991 y 1995 y que ayer apuntamos, se han ido delimitando dos tendencias. Una, muestra un incremento continuado de la demanda de todo; imaginen un bien o servicio por estrambótico que sea y su demanda seguro que ha crecido. La otra es doble, por un lado, la tendencia ha ido mostrando una capacidad productiva creciente de absolutamente todo; por otro, ha ido mostrando una reducción lenta pero, también continuada, de la capacidad de absorción de oferta a medida que el endeudamiento ha ido aumentando. Paralelamente, la economía y la sociedad se han instalado en una espiral desaforada de consumo de recursos porque así fue el sistema diseñado.

En parte porque no podía ser de otra forma, en parte porque lo anterior ha ido evolucionando hacia unos lugares característicos, se han ido produciendo ‘hechos’, ‘modos’ y ‘maneras’ que han influido en la secuencia descrita en el párrafo anterior.

Algunos de estos ‘hechos’, ‘modos’ y ‘maneras’ son: los efectos de las ingenierías financieras realizadas en estos 35 últimos años , muchos de los cuales no han podido ser asimilados por el sistema; los insostenibles niveles de endeudamiento alcanzados por un gran número de personas físicas y jurídicas; la situación de sobreproducción en la que muchas compañías han entrado y que compensan con flexibilidad productiva lo que lleva al no aprovechamiento de instalaciones y equipos, estén, o no amortizados, una sobre producción de segunda generación debido al componente de flexibilidad que incorpora; los efectos derivados del momento postglobal al que la economía y la sociedad han llegado; diversas ficciones, como que la riqueza de las familias esté sustentada en la valoración que el mercado está haciendo de sus viviendas.

Todo esto, todo junto, ya no cabe en el globo que ayer estábamos inflando, por lo que en el globo están apareciendo microgrietas; hasta hace cuatro días nadie las reconocía, ahora, alunas/os están empezando a identificarlas.

Es el petróleo, pero no sólo; es el sobreendeudamiento, pero no sólo; son los défits gemelos USA, pero no sólo; es la dependecia exterior de un gran número de economías, pero no sólo; son las sobrevaloraciones y subvaloraciones de diversas divisas, pero no sólo. Son muchas cosas, pero no sólo. No sólo porque hoy, en este mundo nuestro postglobal, las cosas se realimentan unas a otras dando lugar a cosas nuevas que influyen y son influidas por otras antiguas y nuevas. La base de todo esto es la confianza, y el combustible las expectativas.

La crisis va a ser dura porque la situación es ultracompleja, y va ser sistémica porque lo que está afectado no es la coyuntura, sino las bases del sistema. Los políticos pueden seguir diciendo que ‘todo va bien’ y algunos expertos que ‘nada malo va a suceder’; bueno, ¡falta poco para verlo!; pero no muy bien deben estar las cosas cuando el comisario europeo de Asuntos Económicos, el Sr. Joaquín Almunia, alguien que hace cuatro días era de los que decía que ‘Europa iba bien’, se pone a decir cosas como que los demás están fastidiando a Europa porque esos demás no están haciendo lo que deberían hacer; mal asunto cuando se empieza a acusar a los demás, ¿no?.

Se lo dije, se lo vuelvo a decir: ya, pero sobre todo a partir de ahora, no se crean nada de lo que les digan: sean escépticas/os, compruébenlo todo. Si las cosas nunca son lo que parecen, imagínense como pueden ser a partir de ahora.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 08 de Noviembre de 2007

China

Santiago Niño Becerra


Periódicamente volvemos a este tema.

Uds. recordarán que, de tanto en tanto, hablamos de China; y lo hacemos a partir de las informaciones que un antiguo alumno mío, ahora amigo, nacido él en Hong Kong, me transmite. Pues bien, el pasado Verano este ex alumno ha estado varias semanas en Shenzhen, y en Hong Kong, y, a su vuelta, hemos mantenido una larga y provechosa charla. Se la resumo.

De entrada un bombazo -¿si?-: hoy, en China, son mayoría quienes desean que no sea inevitable un enfrentamiento armado entre el país más poblado del planeta y USA, enfrentamiento que algunos creen que, de suceder, tendrá como causa Taiwán. En cualquier caso, a nivel oficial nada se hace por eliminar esa creencia de las mentes de quienes la tienen, más aún, indirectamente, se fomenta: no hay semana en que la TV china no ofrezca noticias y reportajes sobre maniobras que el Ejército realiza con eficiencia y entrega, reportajes orientados a expandir la idea de la magnífica preparación militar del país.

Por lo que respecta a los asuntos económicos, prácticamente nadie en China ve la problemática que se está fraguando en el planeta. Todo el mundo, a su nivel, tiene un único objetivo: incrementar sus ingresos, tan sólo eso; y lo que sucede en el resto del mundo y de las implicaciones que en el país ello puede tener, pasan totalmente. En Hong Kong, por el contrario, la situación es completamente diferente. En Hong Kong la gran mayoría de la gente está muy, pero que muy preocupada por la tempestad que se está formando, y tienen muy claro que la crisis de las hipotecas sarama va a tener un impacto tremendo en la economía hongkonesa; ¿el motivo?, la gran cantidad de fondos que bancos de la excolonia inyectaron en el tinglado de las subprime. Pero hay más: su preocupación no ha empezado hace quince días.

Cuando, en Febrero del año en curso, casi nadie en Occidente hablaba de este tema, en la zona ya era frecuente motivo de conversación. En estos meses, en Occidente, ¿nos han ido llegando ecos de ese estado de opinión en la ex colonia?. La respuesta es, sorprendentemente, negativa.

En gran medida, el contraste entre la postura de desconocimiento o de ignorancia en relación al impacto de las actuales turbulencias financieras existente en China con la sensación de preocupación que se respira en Hong Kong viene dado por el objetivo declarado de cualquiera que en China tiene acceso a una línea de inversión exterior: invertir en USA; invertir en USA para obtener jugosos rendimientos de tal inversión. Es decir, no se ha movido ni un ápice el deseo de la ciudadanía china de obtener cuantiosos rendimientos y para ello escudriñan oportunidades allá donde creen que las hay.

Lo que sí parece que está cambiando es el tema de las réplicas, de la piratería, vamos. En Hong Kong, mi exalumno me comentó que puede darse por desaparecida, al menos la visible, la que estaba en tiendas y almacenes. Ahora las réplicas viven recluidas en lugares recónditos, y su acceso debe realizarse por medio de introductores que actúan de incógnito. En China, sin llegar a tanto, tampoco el comercio de réplicas es, ni de lejos, lo que era, al menos no en las zonas que mi informante visitó. El catálogo ha sustituido a la mercancía, y los encargos deben, en muchos casos, ser ordenados a través de fotos en papel.

También ha cambiado la postura oficial en relación a la inversión extranjera. Cualquier inversión occidental, ni es hoy tan bienvenida, ni sus modos son hoy tan tolerados como lo eran hace unos años. No es que exista una persecución declarada hacia esa inversión, no, pero las intervenciones de las autoridades están aumentando. Las grandes inversiones, evidentemente, continúan sin tener problema alguno ya que saben a que instancia de la autoridad dirigirse a fin de llevar una vida tranquila en el país, ya que el contacto conveniente continúa siendo la vía de acceso crucial para obtener permisos y autorizaciones.

Por otra parte, todo lo que en Occidente se está diciendo sobre el malestar que en China está generando el espectacular incremento de los precios de los alimentos fue desmentido por mi amigo. Cierto es que muchos alimentos han experimentado en sus precios un incremento muy elevado, pero no los alimentos básicos, si no los que en China son considerados alimentos de lujo y cuyo consumo se halla reservado a personas y familias adineradas a quienes esos aumentos de precios muy poco preocupan. Aquellas y aquellos con salarios mensuales de 1.200 o 1.500 yuanes (120 – 150 euros), tampoco se preocupan de que los precios de los alimentos de lujo se incrementen ya que ni antes de los aumentos, ni tras los mismos, podían ni siquiera soñar en consumirlos.

Para finalizar, una curiosidad. Posiblemente no hayan oído hablar de un hongo denominado Cordyceps. Ese hongo en China es objeto de devoción. Procede del Tibet y en China es utilizado como medicamento, como medicamento para, prácticamente, cualquier tipo de dolencia. Pues bien la unidad de peso de Cordyceps sí que ha visto aumentado su precio: en pocos años, ha pasado de costar 300 yuanes a costar 7.000.

Por lo demás, China continúa igual de desorganizada, con una productividad tan baja como ya les había comentado, y con parecidos problemas de suministro energético. Y, como no podía ser de otro modo, todo el mundo no habla de otra cosa que de los Juegos Olímpicos del 2008. Perdón de dos; una es la dicha, la otra es que las trabajadoras chinas y los trabajadores chinos van a tener unas opíparas vacaciones.

(Mientras escribía lo anterior he recordado una frase: “Si la generación de nuestros hijos cae en el revisionismo de modo que sean socialistas sólo de nombre y capitalistas de hecho, entonces nuestros nietos se alzarán inexorablemente en revolución y derrocarán a sus padres, porque (de lo contrario) las masas no se sentirán satisfechas”. La pronunció Mao Ze Dong en 1962, en una intervención ante el Comité Central del PCCh. Si Mao levantase la cabeza …).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 09 de Noviembre de 2007

Las Guerras Médicas

Santiago Niño Becerra


No, no son esas; son las otras.

Se conoce como Guerras Médicas al período bélico que entre el -500 y el -449 enfrentó a la Alianza Griega y a los Medos – Persas en una serie de batallas en la que los griegos se jugaban, nada más y nada menos, que su independencia. Una de las más famosas batallas de dicho período fue la de Maratón, batalla que supuso la derrota de las fuerzas medo – persas, y derrota que el sucesor del rey persa Darío juró vengar.

Jerjes, el sucesor, planteó una estrategia interesante. Como en aquellos tiempos cuanto mayor fuese el número de soldados que constituían un ejército más poderoso era ese ejército, Jerjes formó el mayor hasta el momento formado: dos millones de hombres; pero esa muchedumbre, para llegar a Atenas, tenía que atravesar el Helesponto, el actual estrecho de los Dardanelos; para ello hizo construir un puente de barcos a fin de que las tropas lo cruzasen caminando sobre éstos, sin embargo un temporal desbarató el puente, retrasando siete días el avance del ejército. Jerjes, encolerizado, ordenó que diesen al mar 300 latigazos, que se le marcase con un hierro candente, y que se le encadenase.

Esta pequeña incursión en la historia viene a cuento de lo que, recientemente, ha sucedido en Argentina. Argentina, en los 80 y primeros 90 pasó por un período inflacionario monstruoso con tasas anuales de inflación que superaron el 1.000%. Esa tendencia fue eliminada en la época del presidente Carlos Saúl Ménem utilizando instrumentos cuyas consecuencias, posteriormente, se pusieron de manifiesto. La evolución de todo aquello fue la profunda recesión en la que Argentina entró a principios de la presente década. Pues bien, parece ser que la inflación, de nuevo, está volviendo a convertirse en un problema para Argentina, problema que, esta vez, llega junto a muy malas compañías, como una tasa de pobreza que casi alcanza, en algunas zonas, al 60% de la población.

Según cuentan, el Gobierno del presidente Néstor Kirchner desea que las alzas de precios se mitiguen y, sobre todo, se adecuen al período electoral en el que Argentina, en breve, va a entrar. A tal fin, solicitó al Instituto Nacional de Estadística y Censos la lista de los puntos de venta que forman la base de datos para el cálculo del índice de precios, petición a la que su directora se negó aduciendo la independencia del organismo; la consecuencia fue el cese de la directora.

Los problemas de inflación de Argentina son endémicos y se hallan vinculados a momentos de alza en el ciclo, es decir, fundamentalmente se deben a las carencias de su modelo económico, y, desde luego, no se arreglan presionando a algunos tenderos para que no suban los precios, ni boicoteando ciertos bienes cuyos precios han subido.

El modelo económico argentino, Uds. ya lo han leído en lacartadelabolsa, es un modelo muy problemático. Cuando la república ha despuntado económicamente lo ha hecho, bien gracias al sector agrario, bien a la manipulación financiera, cambiaria y/o de la deuda, bien a una combinación de ambas posibilidades; luego, el precio de ese proceder ha sido pagado con miseria, pero esa es otra historia. En los momentos actuales, lo que ya se está denominando el ‘nuevo boom argentino’, el crecimiento que el país está experimentando en los últimos años, está basado, casi exclusivamente, en un único producto: la soja, cereal que en gran medida, es exportado a China.

Es decir, de nuevo, Argentina está confiando en el sector agrario y en la exportación para sustentar su crecimiento, lo que, a largo plazo, es insostenible debido a que el valor añadido de la soja es el que es; porque aunque la demanda tiende al alza, su precio va a estar en función de variables que el país no controla; y porque el aumento de la productividad -que también llegará a la producción del cereal- va a hacer innecesaria una gran cantidad de factor trabajo. Y, como en algún momento de boom del pasado, también ahora Argentina tiene un Gobierno peronista a su frente.

Esos son los motivos de que los problemas de inflación sean endémicos en Argentina: su productividad es muy reducida y donde puede subir, es en un subsector dependiente productor de un bien de reducido valor, sea secreta la lista de los puntos de venta que forman la base de datos para el cálculo del índice de precios, o no lo sea.

Los Medos - Persas fueron vencidos en las Guerras Médicas, y el hecho de que el mar fuese azotado no sirvió para que éstos fuesen vencidos en la batalla de Salamina. Es mi opinión, pero el Gobierno argentino debería tenerlo en cuenta, máxime ahora en que ha habido un cambio de presidente a presidenta.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 12 de Noviembre de 2007


Aviones


Santiago Niño Becerra


Volar va a ser cada vez más complicado.

Lo dice Eurocontrol, la organización encargada de la gestión del tráfico aéreo en Europa. ¿El motivo?, la congestión de los aeropuertos del continente. Calcula Eurocontrol que hacia el 2020 un montón de aeropuertos europeos no podrán dar cabida al número de vuelos que entonces tendrán lugar, por lo que hay que pensar en más inversiones y más adecuación.

Volar, hoy, ya es un ***ón, aunque bien mirado volar da unas ventajas apreciables. Como ya les comentaba a finales de Junio estuve en Londres. Cuando salí de mi residencia en la capital británica para dirigirme hacia Gatwick miré mi reloj, y cuando estaba entrando por la puerta de mi residencia en ese pueblo de la costa barcelonesa del que ya les he hablado volví a hacerlo; en total, nueve horas, lo que no está nada mal teniendo en cuenta la distancia recorrida (en ese tiempo no está contemplado el rato empleado en hacer y en deshacer el equipaje, pero bueno).

El transporte aéreo, nos dicen va a ir a más porque va a ser más necesario desplazarse. ¿Seguro?. En este tipo de cálculos se aplica lo que ya hemos dicho: se ‘prolonga la recta’: como ahora, con los parámetros actuales, se realizan X vuelos anuales, y como esos parámetros, se estima, van a aumentar de tal modo, dentro de tantos años van a realizarse X + n vuelos. ¿Por qué tiene que ser eso así?, ¿por qué va a tener que ser, así, eso?.

Pienso que la evolución del número de vuelos, lejos de ir incrementándose, va disminuir. Veamos. Hace 50 años, ¿quiénes volaban?, en la década de los 50 o 60 volaban quienes necesitaban volar. Volar era carísimo; era, bien un objeto de necesidad para hacer negocios, bien un objeto de lujo reservado para lo que entonces se denominaba la ‘Jet Set’. Hoy se vuela con la misma facilidad que se puede ir al cine. Conozco a gente que ha ido a cenar a París y a dormir a Londres, seguro que Uds. también conocen a alguien así.

Volar, hoy, en un bien de consumo masivo. Las compañías embarcan a sus empleados en aviones como si estos fuesen autobuses, y las personas se meten en aviones para ir de un lugar a otro como si fuesen al bar de la esquina. A mediados de los 80 se puso en marcha en Milán un servicio por el que, al inicio de la noche, un avión llevaba a Ibiza a un pasaje, lo metía en el Pacha, y, poco después de amanecer, lo devolvía a la ciudad transalpina.

La pregunta es, ¿es necesario tanto vuelo?. Volar genera PIB, ciertísimo, pero a un coste crecientemente elevado; en combustible, sí; en contaminación, también; pero, así mismo, en tiempo. “Nueve horas de Londres a ese pueblo del que habla no es mucho”, pensarán, y no, no lo es; pero la pregunta que deberían hacer es: “¿Era realmente necesario que este señor que nos cuenta cosas fuese a Londres?”.

¿Cuántos de los vuelos que se realizan son verdaderamente, pero verdaderamente, necesarios?. ¿Cuántos vuelos cansados, agotadores y caros (no debido al importe del billete, claro) que realizan directivos de la mayoría de las compañías que pueblan el planeta podrían ser sustituidos por teleconferencias?. ¿Cuántos turistas que de un lado a otro se desplazan en avión lo harían si no pudiesen endeudarse y/o las compañías low cost no pudiesen continuar operando a esos precios por una caída de la demanda?.

Dentro de muy poco las cosas se van a poner muy duras. Entonces las compañías van a tener que mirar su subcuenta de gastos de desplazamiento y las familias van a tener que mirar en qué se gastan los dineros que tengan. En ese escenario van a volver a volar quienes, real y verdaderamente, lo necesiten. ¿Malo?, ¿bueno?, no entro en valoraciones, pero lo que no hago es ‘prolongar la recta’.

El CEO de Ryanair tiene mucha razón: en Europa, dentro de cuatro días, van a quedar cuatro compañías; en lo que no sé si la tiene es en eso que dice que Ryanair va a ser una de ellas.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 13 de Noviembre de 2007

Poquito a poco

Santiago Niño Becerra


Es el título de una canción.

Y es del grupo Estopa, y fue editada en el album “Estopa” (1999). En ella hay una estrofa que dice:

“Una garganta se rompe
al filo de la mañana,
ya hay luz en el horizonte
va a explotar la madrugada.
Hay un espejo que cuenta
la cruel verdad a la cara,
huele a viento de tormenta
y hasta hay un gato que ladra”.

Poquito a poco, así es como se están diciendo las cosas; poquito a poco.

El Deutsche Bank ha dicho algo, poco de ese poquito que, poco a poco, se está diciendo. 29.000 millones de euros es la cantidad de pasta que tenía pensado destinar a realizar compras a fin de crecer en dimensión; 4.000 eran las trabajadoras y los trabajadores que tenía pensado contratar. ‘ia’, terminación de pasado; ahora, nada piensa comprar ni a ninguna trabajadora ni trabajador va a contratar; ahora va a dejar la pasta en la caja y va a olvidarse de incrementar su plantilla. Lo ha dicho el presidente de la entidad, el Sr. Josef Ackermann.

Si recuerdan, en la serie “Septiembre” una de las cosas que decía es que esta crisis cuya primera fase ya hemos comenzado, va a caracterizarse por una crónica falta de recursos; commodities, claro, pero, ¿qué es el ‘dinero’ sino un recurso?. El dinero, en cualquiera de sus formas y manifestaciones es, en nuestro sistema actual, el principal recurso, porque el dinero es el resumen del valor.

Esta crisis también va ser una crisis de confianza (‘cómo todas’, dirán; sí, pero sigan leyendo), ya que, además de producirse el hundimiento de la confianza para ‘hacer’, para emprender, faltará la confianza para ‘recibir’, ¿qué?, lo que sea, incluidas peticiones de crédito o pedidos de teléfonos móviles; y un entorno como ese es destructivo porque afecta a las bases del sistema.

El presidente del Deutsche Bank, lo que está diciendo con sus palabras es que el banco que preside no se fía de cómo van a ir las cosas, que estima que va a tener problemas, que prefiere no gastar -sorpréndase: ahorrar; ¡un banco ahorrando pasta en forma de pasta!- porque piensa que ese dinero le hará mucha falta al banco; también dice que no va a contratar a más trabajadoras ni a más trabajadores por la sencilla razón de que el banco estima que, en un próximo futuro, no va a necesitarlos, es decir, no es que, debido a un proceso en marcha para la mejora de la productividad vaya a necesitar menos efectivos humanos -que también, pero eso es parte de otra historia-, sino que como consecuencia del retroceso que se espera en la economía, el banco estima que no va a precisar de más trabajadores. Hay otras posibles interpretaciones a las palabras del Sr. Ackermann, desde luego; el tiempo nos dará la respuesta correcta.

Mal asunto. Se ahorra por miedo a lo que va venir, y no se compra porque se estima que no se va a necesitar eso que pensaba comprarse. ¿Me pueden decir como se llama una situación en la esto sucede?.

Y sí, hay un gato que ladra, ¡siempre hay un gato que ladra!, o que sirve martinis. Ya conocerán el caso de aquel aristócrata inglés que, con un martini en su mano derecha y erguido sobre una de las inclinadas cubiertas del Titanic, decía a su mayordomo mientras el buque se estaba hundiendo: “Perkins, este martini no está convenientemente frío”.

(Un apunte al margen. Debemos ir pensando en cambiar la definición de ‘recesión’: dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo en el PIB. Esa definición podía estar bien en los 70 y 80 (pienso que tampoco, pero bueno) cuando la economía planetaria se estaba globalizando y cuando la interpenetración económica era mucho menor; ahora lo que marcan son las tendencias. Hoy, una economía, con crecimientos positivos y con tendencia al estancamiento o a un menor crecimiento aunque continúe siendo mayor que cero, debe ser considerada en recesión. Piénsenlo. Y no lo digo por nada, ni estoy tomando postura cuando lo digo, de verdad).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 14 de Noviembre de 2007

Que alguien me lo explique

Santiago Niño Becerra


Sí, por favor, ¡que alguien me lo explique!.

Hace cuatro días que el Reino de España ha elaborado sus presupuestos (que son dos: el de ingresos y el de gastos, que sólo suele hablarse del segundo) para el año 2008, y, como Uds. saben, cuando se elabora un presupuesto, cualquier presupuesto, hay que partir de algunos supuestos, y en los presupuestos de un Estado el supuesto fundamental del que hay que partir es el porcentaje con que el PIB de ese Estado se espera que va a crecer. Pues bien para la elaboración de los presupuestos del 2008, el Gobierno del Reino de España ha supuesto que el PIB del reino crecerá, en dicho año, el 3,3%.

Uds. saben que jamás hablo de política, por lo que, les ruego, les suplico, que lo que viene a continuación NO lo lean en clave política, sobre todo porque parte de lo que viene ya lo ha dicho el principal partido de la oposición, lo que sucede es que yo quiero ir más allá. El día 30 del pasado mes de Octubre, el ministro de Economía del reino, la misma persona de la que, en última instancia, depende la elaboración de los presupuestos, manifestó, en un acto organizado por una consultora en la ciudad española de Madrid, que en el 2008 el crecimiento español rondará el 3,0%. Siendo esto alucinante, más alucinante fue otra cosa que también dijo el Sr. Solbes: que la economía española puede afrontar un menor crecimiento porque cuenta con un sólido modelo de protección social y con una tasa de ocupación envidiable.

Lo leí, lo releí y no podía creerlo. De un plumazo, el máximo responsable de los presupuestos estaba rebajando la tasa de crecimiento que sustenta los presupuestos del próximo año en, al menos, 0,3 puntos porcentuales; poca cosa, una minucia: 3.000 millones de euros mal contados. Claro, que la cosa es mucho más light que si tomamos la previsión del FMI: 5.700 millones menos, o la que yo pienso -ahora, no sé mañana- que va a ser: 15.200, aprox., millones por debajo.

Pero la tasa de ocupación española es alta; cierto, lo es. Turismo, construcción, servicios de medio y bajo valor, automóvil, … subsectores dependientes de la coyuntura internacional, del nivel de competitividad del reino, de la capacidad de endeudamiento de la población; en esos y en parecidos subsectores es en los que una gran parte de la población activa española se halla ocupada, subsectores, además, con una productividad reducida y en los que la inflación afecta de forma salvaje. ¿Puede España sentir que su economía se halla segura?. Y como guinda del pastel, un tema del que, convenientemente, nadie habla, ni el Gobierno, ni la oposición ni el vecino del 5º: los menores importes que de los fondos europeos España va a recibir.

Y, como quien no quiere la cosa, al día siguiente nos enteramos de que el dato adelantado de la inflación en el reino muestra un subidón en Octubre que sitúa la tasa anual en el 3,6%, inflación que, se espera, va a continuar aumentando en los próximos meses, con todo lo que de negativo el dato supone para el poder adquisitivo de las gentes de España y para la competitividad española.

Con ese decorado, ¿cómo demonios va a cumplirse el presupuesto de ingresos a fin de financiar el magnífico modelo de protección social español?, modelo, que, dicho sea de paso, es, de los modelos de protección social europeos, uno de los que menos pasta recibe del Estado para atender la protección de la ciudadanía.

Uds., desde el mes de Agosto, están leyendo en lacartadelabolsa que las cosas de la economía se iban a poner muy antiestéticas, pero hasta hace un par de semanas no están empezando a aparecer afirmaciones ‘reconocidas’ en este sentido. A partir de Septiembre, y como consecuencia de lo sucedido en años anteriores, todo ha entrado en un proceso de degradación, es la precrisis, la antesala de lo que pasará a partir del 2010.

Todas las economías van a ir a peor, pero la española más; porque España tiene 45 millones de habitantes, porque las vías por las que España ha estado creciendo están agotadas, porque la productividad española es baja. Y lo único que se le ocurre a la oposición es criticar al Gobierno, como si este Gobierno fuese el único culpable de la situación en la que la economía española se encuentra. ¡Por favor!.

Lo dicho: que alguien me explique el esquema que han elaborado los hacedores de la economía española; ¡no lo entiendo!.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Opinión, 15 de Noviembre de 2007

Informe

Santiago Niño Becerra


No tiene desperdicio, como siempre.

Me refiero al último “Informe trimestral de la economía española”, en el Boletín Económico del Banco de España correspondiente al mes de Octubre, lo tienen aquí: http://www.bde.es/informes/be/boleco/oct2007/coy.pdf .

Entre otras cosas, el Banco de España viene a decir que la inflación está alcanzando niveles preocupantes, por si misma, y en comparación con la media europea. Por si misma porque en Octubre, en relación a Septiembre ha crecido el 33%; en comparación con la media europea (en Europa el crecimiento fue del 24%), y porque la de aquí es el 38% mayor que la de allá. Mirulo, ¿verdad?.

Pero el Banco de España, en su análisis, no es todo lo valiente que, pienso, debería ser. El Banco central español carga sus tintas contra las revisiones automáticas de los salarios en los casos -muchos- en los que se pone en marcha la revisión salarial cuando la inflación real supera la esperada; ello, indica el Banco, contribuye a la inflación española. Y es cierto, muy cierto, pero, sigo pensando, que la película no se acaba con eso, sino que sigue hacia atrás.

Lo que en una economía sana debería suceder cuando, por el motivo que sea, se producen incrementos de precios es lo siguiente. Cuando los precios, fundamentalmente a los que las compañías productoras de bienes y elaboradoras de servicios compran sus insumos tienden a crecer, estas compañías deberían poner en marcha procesos conducentes al aumento de su productividad a fin de absorber esos incrementos de precios; al hacerlo, los precios de venta de sus productos no sufrirían variación y la inflación se domeñaría. Al factor trabajo debería considerársele un insumo más. (Cuantas veces aparece el término ‘debería’, ¿verdad?).

Sin embargo, lo que sucede en una economía no-sana es lo siguiente. Cuando los precios de compra de los insumos tienden a crecer, lo que derivará en unos mayores costes de producción, las compañías no incrementan su productividad porque no saben / no quieren / les da lo mismo debido a que carecen de instrumentos para hacerlo / no les es rentable realizar las inversiones necesarias para lograrlo / piensan que teniendo en cuenta el valor añadido de lo que fabrican tanto da. El hecho es que los costes crecen (y el monto de costes salariales también, claro, recogiendo los precios de venta esos mayores costes lo que desencadena aumentos de precios de venta, e inflación.

El problema último, en consecuencia, no es el incremento salarial que la Sra. Y o que el Sr. X va a percibir como trabajadora beneficiada o como trabajador beneficiado por una cláusula de revisión suscrita en el convenio colectivo de la empresa Z sita en la región española R, un salario que muy posiblemente será reducido debido a que el valor añadido que esa trabajadora o ese trabajador generan lo es. El problema radica en que la mayoría de empresas españolas son como la empresa R que tiene una baja productividad que no va a mejorar porque le es más fácil repercutir sus mayores costes en los precios de venta o reducir su plantilla, o, pura y simplemente, cesar su actividad.

Porque no nos engañemos, la productividad en España puede mejorar, pero a costa de desempleo de factor trabajo, es decir, echando a gente a la fruta calle, gente que en estos años en los que España ha ido bien, ha encontrado un empleo temporal o a tiempo parcial a pesar de desearlo a tiempo completo, porque la verdad pura y dura es que la economía española no pude crear buenos empleos para toda la población activa susceptible de poder ser empleada en unos posibles empleos aceptables.

Ahí, y no en otra parte, radica el problema de la inflación española, y como la productividad en España no puede mejorar porque para ello debería darse una vuelta completa al modelo productivo español, lo que supondría que el desempleo se dispararía, la inflación en España va a continuar superando la media europea; bueno, va a continuar, no, que cuando llegue lo que va a venir ya se reducirá; ¡aunque a qué precio!.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
Estado
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