Artículo de Jesus Cacho. La explicación del viraje de Ciudadanos para su voto a favor del estado de alarma: una orden de Ana Patricia Botín

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Jesús Cacho destapa a la poderosísima mujer detrás del viraje de Cs


Jesús Cacho destapa a la poderosísima mujer detrás del viraje de Cs

El director de Vozpópuli revela qué banquera ha maniobrado para sostener al Ejecutivo de Sánchez con Podemos y ahora quiere que los jovenlandesados sean desplazados por los naranjas en el Gobierno

Este domingo muchos lectores de Vozpópuli se habrán visto sorprendidos por la jugosa columna que ha escrito su director, Jesús Cacho. Con el título de Ana y su alargada sombra, el también editor del digital revela a la poderosísima mujer que está detrás de los acontecimientos que han ocurrido en Ciudadanos en los últimos meses y en las decisiones que ha adoptado la formación naranja de forma más reciente, por ejemplo apoyando la prórroga del estado de alarma hasta el 22 de mayo.

Se trata, ni más ni menos, que de la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, de quien Cacho cuenta que hace meses parecía "sentirse muy tranquila ante el inquietante panorama político español, con un Pedro Sánchez que no logra sacar adelante los Presupuestos de 2019. Ana muestra su cercanía al líder del PSOE y no da muestras de intranquilidad ante la posibilidad de que Podemos entre a formar parte de un ejecutivo de coalición. Le preocupa mucho Jeremy Corbyn, pero nada Pablo Iglesias".

Jesús Cacho también destapa en su artículo cómo la larga mano de Ana Botín sirvió para que el principal grupo de comunicación de España haya abrazado las tesis más radicales de la izquierda, en línea con el actual inquilino de la Moncloa. Así, el director de Vozpópuli, tras recordar que el Santander rescató de la quiebra a PRISA "con el visto bueno" de Mariano Rajoy, colocando en la presidencia a "su amigo" Javier Monzón, explica que Ana Botín es la que hoy sostiene a un grupo que, a través de la SER y El País, se ha convertido en una máquina de manipulación informativa en favor del Gobierno, lejos de cualquier asomo de objetividad".



El golpe de mano en 'El País'

"Fue el propio Sánchez quien, tras la moción de censura, propició el golpe de mano que en una mañana cortó la cabeza al ramillete de periodistas que, con Antonio Caño al frente, hacían El País, para convertirlo poco más que en un panfleto al servicio de la izquierda radical, y fue Ana la que, de acuerdo con Sánchez, consintió ese golpe palaciego", añade Jesús Cacho.

A continuación, Cacho revela cómo en el entorno de Ciudadanos están convencidos de que el Santander, junto a otros dos grandes del Ibex 35 "decretaron la fin política" de Albert Rivera por negarse a formar un gobierno de coalición con Pedro Sánchez tras las elecciones del 28 de abril de 2019.



Botín, detrás de lo ocurrido en Ciudadanos

"Lo liquidaron en pleno vuelo. El gatillo lo apretaron matones a sueldo con columna de opinión, plumas de alto copete a las que Rivera había dejado de atender. Se va a enterar. Tampoco atendía las llamadas de Ana urgiendo a la formación de ese Gobierno. Indignada Ana con que no le cogiera el móvil y no le obedeciera como un empleado", explica el director de Vozpópuli, que añade que Botín está detrás de los acontecimientos que han ocurrido en Ciudadanos en las últimas semanas. Por ejemplo, apoyando la vigente prórroga del estado de alarma en el Congreso. Las "fuentes" de Cacho lo atribuyen a la "intervención de Ana".

Más sorprendente es lo que cuenta Cacho respecto a los planes que tiene Botín para el partido naranja y, por ende para España: un cambio de cromos en el que lo único que es seguro es la permanencia de Sánchez al frente de la Presidencia del Gobierno.

"Quieren descabalgar a Podemos del Ejecutivo y colocar en su lugar a Cs, con Inés de vicepresidenta y la abstención continuada, 'patriótica' dicen, del PP, lo que permitiría a Sánchez sacar adelante los PGE y agotar la legislatura, conditio sine qua non que el sujeto impone para empezar a hablar. Nada de adelanto electoral", cuenta Jesús Cacho.
 
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El artículo de Jesús Cacho: Ana y su sombra alargada

Ana y su sombra alargada

Ana Botín suele sentar a sus visitas en torno a su mesa de trabajo en el Paseo de la Castellana 24, una estructura de cristal rectangular con seis sillas y otros tantos portátiles. Nada que ver con la coreografía de aquellos despachos de la gran banca de antaño, cargados de maderas nobles, pesadas lámparas de pie y pinturas de la escuela tenebrista española. Y profundos sillones de cuero neցro. La mesa de trabajo de Ana Botín en Castellana es eso, un lugar de trabajo en la sede de Openbank, un centro diáfano por el que luz e ideas circulan a toda velocidad. Ana se sienta en una de las cabeceras de esa estructura de cristal y distribuye a sus invitados en derredor. Y empieza tímida, precavida, distante. Pero pronto se lanza directa por la quebrada de un negocio maduro como es la banca que casi ha dejado de serlo, y cómo el banco tiene que cambiar para hacer frente a los nuevos intermediarios californianos, monstruos como Google o Amazon, gente que ha hecho de los datos su business y mañana podría empezar, lo hace ya, a competir con la banca tradicional sin la pesada carga de las necesidades de capital que exige el BCE. Y Ana se encrespa dispuesta a luchar contra los nuevos intrusos, competir con ellos en igualdad de condiciones, a cara de perro, poniendo en marcha si hace falta un Santander B, un banco paralelo capaz de funcionar sin el dogal regulatorio del BCE al cuello.

Directa, inteligente, locuaz, demostrando conocer bien el negocio tras años de éxitos y no pocos fracasos, Ana marca radical distancia con su padre y dice haber tenido que luchar duro para ser presidenta. Le duele el espectáculo que en Westminster está teniendo lugar entre una May que trata de llegar a un acuerdo con Bruselas y la propia bancada tory. Le preocupa lo que pueda ocurrir en los Comunes y le horroriza la posibilidad de que Corbyn, al que describe como un extremista simple, pueda ganar unas eventuales elecciones en Gran Bretaña, porque eso significaría un duro golpe para los intereses del Santander en las islas. Sin embargo, ¡oh sorpresa!, Ana Botín parece sentirse muy tranquila ante el inquietante panorama político español, con un Pedro Sánchez que no logra sacar adelante los Presupuestos de 2019. Ana muestra su cercanía al líder del PSOE y no da muestras de intranquilidad ante la posibilidad de que Podemos entre a formar parte de un ejecutivo de coalición. Le preocupa mucho Jeremy Corbyn, pero nada Pablo Iglesias. Ni una sola vez cita al PP o a la derecha. Los nuevos banqueros son así, tan así que presumen de participar en las inquietudes sociales del momento, las ideologías que cual nuevas religiones han conquistado el altar de las charlas familiares a la hora de la cena. El cambio climático. Ana se dispone a iniciar una aventura con un pillo apellidado Calleja para comprobar en Groenlandia los efectos del calentamiento del planeta. Ana defiende, incluso con ardor, las tesis feministas y llega a arengar a sus visitantes sobre la necesidad de que, en su propio interés, todos los hombres hagan hoy suyas las proclamas feministas.

El pensamiento de Ana Botín en cuestiones políticas y sociales no es una rara avis entre los grandes directivos del Ibex 35, muchos de los cuales dependen de la tarifa regulada. De hecho es precisamente ese posicionamiento ideológico –muy diferente al de los dueños del Club de la Empresa Familiar- lo que explica algunas de las cosas que están ocurriendo en España y que aparentemente no tienen sentido. ¿Se han vuelto 'gente de izquierdas' nuestros grandes empresarios? Fue precisamente Ana y el Santander, con la eficaz escolta de Telefónica y La Caixa, la que acudió en su día al rescate de la quebrada Prisa con el v/b del Gobierno Rajoy, y es Ana, que ha colocado en la presidencia no ejecutiva a su amigo Javier Monzón (presidente también de Openbank, marca digital del Santander), la que hoy sostiene a un grupo que, a través de la SER y El País, se ha convertido en una máquina de manipulación informativa en favor del Gobierno, lejos de cualquier asomo de objetividad. Fue el propio Sánchez quien, tras la moción de censura, propició el golpe de mano que en una mañana cortó la cabeza al ramillete de periodistas que, con Antonio Caño al frente, hacían El País, para convertirlo poco más que en un panfleto al servicio de la izquierda radical, y fue Ana la que, de acuerdo con Sánchez, consintió ese golpe palaciego.

En círculos cercanos a Ciudadanos se da por descontado que fueron los primeros ejecutivos de Santander, Telefónica y Caixabank quienes decretaron la fin política de Albert Rivera después de que éste se negara a formar un Gobierno de coalición con Sánchez, algo que jamás pidió Sánchez al menos de forma explícita. Eran los añorados 180 diputados por los que suspiraba la mayoría social. Tendrán que contarlo un día los interesados, pero Rivera había llegado a la conclusión de que ni PSOE ni PP se embarcarían nunca en las reformas de fondo que España necesita desde hace décadas y que Cs reclamaba como razón de ser. Para hacer esas reformas era necesario tener la presidencia. “Esa fue la razón por la que Albert rechazó hasta en dos ocasiones la vicepresidencia y varios ministerios que le ofreció Mariano Rajoy”. Lo liquidaron en pleno vuelo. El gatillo lo apretaron matones a sueldo con columna de opinión, plumas de alto copete a las que Rivera había dejado de atender. Se va a enterar. Tampoco atendía las llamadas de Ana urgiendo a la formación de ese Gobierno. Indignada Ana con que no le cogiera el móvil y no le obedeciera como un empleado. Lo mataron los medios en línea directa con los consejos de administración y también su hermetismo, la virtual desaparición de la escena de un Albert enamorado durante el verano del 19 y sin la menor explicación, algo que nunca entendieron sus votantes.


Unas siglas y un tesoro

Sostienen las fuentes que ha sido la intervención de Ana la que ahora ha logrado el milagro de que Inés Arrimadas, heredera de las siglas Cs, haya corrido de la noche a la mañana a echarse en brazos de Sánchez. Que tan espectacular giro haya ocurrido “en menos de 24 horas” solo puede explicarse por intervención divina o a la fuerza ahorcan de una urgencia insuperable. La necesidad de seguir pagando las nóminas y/o esa inquietud lacerante que produce saberte parado en el desierto de un parto mientras el mundo bulle a tu alrededor, unido al presentimiento de que necesitas hacer algo sonado para salir del desván del olvido. Más que un sálvese quien quiera, podría tratarse de un colóquese quien pueda. Quien tiene unas siglas y 10 escaños tiene un tesoro con el que poder negociar ventajosamente. Con Herrera en COPE la bella Inés no quiso negar que fuera a dar su apoyo a una nueva prórroga del estado de alarma, reiterando, muy al contrario, que “si el Gobierno pide una prórroga tendrá que ser de 15 días”. Ayer sábado, Sánchez puso dos tazas, si no quieres caldo, sobre la mesa de Inés al anunciar que pedirá al Congreso una nueva prórroga, que “esperamos que sea la última y en lugar de 15 días será de alrededor de un mes”.

Nos quiere encerrados hasta julio y siempre humillados. En el cepo de su penosa gestión de la crisis, Sánchez dispone de nuestros derechos y libertades con la arbitrariedad del sátrapa acostumbrado a dictaminar sobre vidas y haciendas. Sin el menor complejo. Toda una papeleta para Inés, aunque puede que ERC le ahorre esta vez el sofoco de tener que desnudarse en público. Cuentan que doña Ana y algunos de sus colegas del 'top ten' empresarial tienen planes para el Cs de Arrimadas, un partido que poco o nada tiene que ver con el de Rivera. Quieren descabalgar a Podemos del Ejecutivo y colocar en su lugar a Cs, con Inés de vicepresidenta y la abstención continuada, “patriótica” dicen, del PP, lo que permitiría a Sánchez sacar adelante los PGE y agotar la legislatura, conditio sine qua non que el sujeto impone para empezar a hablar. Nada de adelanto electoral. No está claro, sin embargo, que Ana y sus colegas del Ibex sepan realmente lo que piensa este aventurero de la política mimetizado con Iglesias hasta el punto de hacer difícil distinguir quién está hoy más escorado a la izquierda. Entre los restos del viejo PSOE de Felipe González hay quien piensa que, dado el ascendiente de Rodríguez Zapatero, hoy convertido en un mero empleado del régimen venezolano, sobre Sánchez y su banda, y dada la condición de Iglesias como hijo frutativo de ZP, pensar en desalojar a Podemos del Gobierno se antoja un imposible metafísico a menos que a alguno de ellos le convenga romper en un momento determinado. Esto es lo que hoy gobierna España.

Difícil camino el de Inés. Apoyar unos PGE de Sánchez podría resultar letal para un Cs obligado a conservar sus 10 diputados como oro en paño. Nadie sabe si el voto a favor de la última prórroga del estado de alarma fue una cuestión de conciencia sanitaria, o encierra algún tipo de pacto a más largo plazo con Sánchez y sus patrocinadores. Ana, una de las mujeres más influyentes de la UE, podría ser una de las pocas que esté al tanto. Difícil saber si entre la fruta y la Ramoneta hay un camino alternativo de futuro. El ruido actual en la Asamblea de Madrid hace pensar que ese río agua lleva. Alguien ha contado al oído del vicepresidente Ignacio Aguado que podría ser presidente de la Comunidad con el apoyo de Gabilondo y su tropa, y el muchacho parece navegar en un mar de dudas. Madrid como sueño imposible del sanchismo. A eso se reduce la trompetería en torno a Isabel Díaz Ayuso.

El deterioro de las constantes vitales de ese gran enfermo que es hoy España avanza aceleradamente. Cada día peor que el anterior. Ayer, Nicolás Redondo aseguraba que “este Gobierno no es bueno ni malo, simplemente está políticamente muerto”. Alguien ha escrito que algún día, si la decencia volviera a reinar entre nosotros, sería necesario organizar un Núremberg para juzgar la gestión de la crisis sanitaria llevada a cabo por esta banda desde antes del 8-M. En torno a 40.000 muertos os contemplan. Y otro paralelo en la Audiencia Nacional para desentrañar la madeja en la que muy notorios personajes se están forrando por persona interpuesta con la compra de material sanitario. Ya puestos, no estaría de más un juicio paralelo, al menos de orden jovenlandesal, sobre la responsabilidad de nuestros banqueros y empresarios en la deriva totalitaria por la que hoy camina España.
 
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Si los gente de izquierdas tuvieran media neurona debería cortocircuitar al ver que un malvado banquero capitalista salva al grupo Prisa de la quiebra para que haga propaganda a favor del socialismo/progresismo.Pero conociéndolos seguro que dicen que son mentiras Muy de derechas y que el banco Santander es social y feminista.
 
Ya ha quedado demostrado que la Anisima es una pésima estratega. Lastima porque el viejo si que lo era.

La está cagando en el banco y ahora la caga apoyando una cosa partido que ya huele a muerto desde hace meses.

Pero como tiene colchón de sobra le da igual fracasar, ella no pasará hambre, como haríamos los demás si la cagaramos solo la décima parte que ella.
 
Mientras la población aplaudiendo y fichando cada cuatro años.
 
A mí me parece curioso este fragmento:

Ana defiende, incluso con ardor, las tesis feministas y llega a arengar a sus visitantes sobre la necesidad de que, en su propio interés, todos los hombres hagan hoy suyas las proclamas feministas.

El pensamiento de Ana Botín en cuestiones políticas y sociales no es una rara avis entre los grandes directivos del Ibex 35, muchos de los cuales dependen de la tarifa regulada. De hecho es precisamente ese posicionamiento ideológico –muy diferente al de los dueños del Club de la Empresa Familiar- lo que explica algunas de las cosas que están ocurriendo en España y que aparentemente no tienen sentido. ¿Se han vuelto 'gente de izquierdas' nuestros grandes empresarios?



Y es que no se entienden algunas cosas. Y el autor, con eso de que los empresarios se han vuelto 'gente de izquierdas', no se refiere a los empresarios en general, sino a los grandes empresarios, o a los "supergrandes". A los dueños de las mega-empresas: Santander, BBVA, Iberdrola, Repsol, Telefónica... ¿Curioso, no? Pues en Estados Unidos pasa lo mismo... sólo que más. Y si no, sólo hay que fijarse en el hombre más rico del mundo, Bill Gates, que hace tiempo que parece más un político que un hombre de negocios, pero no sólo eso: es que de hecho, parece más un político de extrema izquierda que un hombre de negocios.

La explicación: NOM en vena y a lo bestia. Temas como globalismo, feminista radicalsmo, inmigracionismo..., no las apoyan los trabajadores, ni siquiera los pequeños y medianos empresarios, ni siquiera algunos de los grandes, pero curiosamente, todos los SUPERGRANDES. ¿Casualidad? Va a ser que no. Se pretende una flexibilidad brutal a nivel laboral y comercial y la concentración de ingentes cantidades de dinero y poder en pocas manos. Y eso, a la larga, sólo se puede traducir en una cosa: más poder para unos pocos y menos libertades para todos.

Una reflexión personal: durante los últimos 20 años, China ha intentado crecer económica, militar y políticamente como superpotencia y parecerse un poco, en algunas cosas, a Estados Unidos. Ahora, parece que es Estados Unidos, o por lo menos algunos líderes de Estados Unidos, los que intentan parecerse más a China. Y ya sabemos qué tipo de estado, de modelo económico y de sociedad es China. Nos vamos al guano, si no somos capaces de parar esto.
 
Lamentable, primero impulsan desde el ibex y las televisiones a podemos y ahora maniobran para frenarlo. A ver si se aclaran que quieren socialismo o libertad.
 
A mí me parece curioso este fragmento:

Ana defiende, incluso con ardor, las tesis feministas y llega a arengar a sus visitantes sobre la necesidad de que, en su propio interés, todos los hombres hagan hoy suyas las proclamas feministas.

El pensamiento de Ana Botín en cuestiones políticas y sociales no es una rara avis entre los grandes directivos del Ibex 35, muchos de los cuales dependen de la tarifa regulada. De hecho es precisamente ese posicionamiento ideológico –muy diferente al de los dueños del Club de la Empresa Familiar- lo que explica algunas de las cosas que están ocurriendo en España y que aparentemente no tienen sentido. ¿Se han vuelto 'gente de izquierdas' nuestros grandes empresarios?



Y es que no se entienden algunas cosas. Y el autor, con eso de que los empresarios se han vuelto 'gente de izquierdas', no se refiere a los empresarios en general, sino a los grandes empresarios, o a los "supergrandes". A los dueños de las mega-empresas: Santander, BBVA, Iberdrola, Repsol, Telefónica... ¿Curioso, no? Pues en Estados Unidos pasa lo mismo... sólo que más. Y si no, sólo hay que fijarse en el hombre más rico del mundo, Bill Gates, que hace tiempo que parece más un político que un hombre de negocios, pero no sólo eso: es que de hecho, parece más un político de extrema izquierda que un hombre de negocios.

La explicación: NOM en vena y a lo bestia. Temas como globalismo, feminista radicalsmo, inmigracionismo..., no las apoyan los trabajadores, ni siquiera los pequeños y medianos empresarios, ni siquiera algunos de los grandes, pero curiosamente, todos los SUPERGRANDES. ¿Casualidad? Va a ser que no. Se pretende una flexibilidad brutal a nivel laboral y comercial y la concentración de ingentes cantidades de dinero y poder en pocas manos. Y eso, a la larga, sólo se puede traducir en una cosa: más poder para unos pocos y menos libertades para todos.

Una reflexión personal: durante los últimos 20 años, China ha intentado crecer económica, militar y políticamente como superpotencia y parecerse un poco, en algunas cosas, a Estados Unidos. Ahora, parece que es Estados Unidos, o por lo menos algunos líderes de Estados Unidos, los que intentan parecerse más a China. Y ya sabemos qué tipo de estado, de modelo económico y de sociedad es China. Nos vamos al guano, si no somos capaces de parar esto.
Nunca han sido gente de izquierdas, sino que creen el el PODER. Punto pelota. Y ahora, con el nuevo paradigma que se nos viene encima, las libertades ya no les resultan útiles; pasarán a un control más directo donde la mayoría de los recursos estarán en manos de unos pocos. Las grandes corporaciones acapararán casi todo y su palabra será la ley.
 
Es una orate mental con demasiado dinero e influencia, una fruta calamidad.
Su padre era un hijo de cortesana, pero al menos tenia sabiduria cazurra y un poco de espabilacion, esta me temo que es un cero a la izquierda.
 
Siempre he sabido que era una tipeja poco apreciable, antes incluso de los rumores sobre que se cargase a su padre. Sea como sea hace honor a su sesso. Ahora ya sabéis porqué la menina de Rajoy, Soraya era la elegida para gobernar España.
 
Es una orate mental con demasiado dinero e influencia, una fruta calamidad.
Su padre era un hijo de cortesana, pero al menos tenia sabiduria cazurra y un poco de espabilacion, esta me temo que es un cero a la izquierda.
Veremos como alguien le quita el banco a la zopenca esta.
 
Por si había dudas, CHUSMADANOS nos lo deja claro: seguirá pactando con el gobierno a pesar del acuerdo con Bildu

Cs seguirá negociando medidas con el Gobierno pese al al acuerdo con Bildu para derogar la reforma laboral

Cs seguirá negociando medidas con el Gobierno pese al al acuerdo con Bildu para derogar la reforma laboral

El dirigente de Ciudadanos y portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados,Edmundo Bal, ha enmarcado el acuerdo del Gobierno con EH Bildu para derogar la reforma laboral en el pacto de legislatura y ha afirmado que la formación naranja seguirá hablando con el Ejecutivo para consensuar medidas en el futuro.

«El acuerdo del PSOE con Bildu lo enmarco dentro de su pacto de legislatura para el sostenimiento del Gobierno Frankenstein», ha declarado en una entrevista en la cadena Ser. De hecho, ha indicado que el texto aclaratorio que difundió el PSOE el miércoles por la noche «es prácticamente una reproducción del acuerdo de legislatura» en el apartado relativo a la reforma laboral.

Después de que el Congreso aprobara la quinta prórroga del estado de alarma decretado por el cobi19, el PSOE, Unidas Podemos y Bildu anunciaron un acuerdo para derogar «íntegramente» la reforma laboral aprobada por el PP en 2012. Pero unas horas después, un comunicado de los socialistas donde ya no aparecía la palabra «íntegramente» aclaraba que la idea era modificar solo tres puntos de esa ley.

El portavoz parlamentario de Cs ha explicado que su partido llevó a cabo su propia negociación con el Gobierno de Pedro Sánchez sobre las condiciones para apoyar la ampliación del estado de alarma quince días más.

«Nos centramos únicamente en la cuestión relativa a la necesidad del estado de alarma como herramienta jurídica necesaria para sostener el confinamiento», ha dicho, señalando que la prórroga habría salido adelante igualmente en el Congreso aunque los cinco diputados de Bildu hubiese votado en contra.
 
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