Te noto derroído anímicamente y te entiendo pero no comparto.
La situación está difícil como ya lo estuvo, pero para marzo "Washington va a ver el sol" porque se viene un ciclo de producción y trabajo.
La cuestión es si el kilo de asado va a estar a 3,20 usd (de novillo) o a 5 usd.
Lo mismo con el litro de gasoil. ¿A 0,60 usd o a 1 dólar?
Lo estoy. El asunto de la inseguridad me afecta directamente. Y vivo en una ciudad de 80-120K habitantes. Todo el mundo lo sufre en carne propia. Y el tema de la mano de obra capacitada, o al menos no capacitada pero con voluntad, es también complicado.
Hoy este país son dos pueblos: el villerío y los que antes eran "clase media". Calculo que entenderás la clasificación que hago. Ambos pueblos viven realidades completamente separadas. Son mundos distintos. El único contacto entre ambos es que la gente del grupo "clase media" de vez en cuando da trabajo precario y con cautela a alguien del grupo "villerío", ya que ese grupo sólo trae problemas (salvo excepciones). Para que entiendan los conforeros españoles, el "villerío" nuestro se compara a lo peor de su gitanada. De hecho, entre el villerío hay etnianos, pero estos no son tan perjudiciales para el resto.
Y cuando digo "villerío" sabes que no necesariamente es racial, aunque el 70-80% de dicho villerío sea mestizaje amerindio, también se encuentran entre ellos personas 100% descendientes de europeos con apellido de cualquier origen. Son personas completamente inútiles para la construcción de una sociedad funcional. Son incivilizados e incivilizables.
No es algo de los genes, es algo relacionado con la pobreza estructural y el adoctrinamiento neomarxista, o que los educaron como esclavo. Cuando alguien dice "mi patrón" ya sabes que es un esclavo. Si se les quita los hijos y educa separados de los padres, ahí tenés una generación de mestizos amerindios civilizados y aptos para una sociedad moderna dentro de 15-20 años. Si no, no. Son un caso perdido. Los jesuitas lo lograron en su época.
Así que queda un 60-70% de la población que no es villerío (siendo generoso con el porcentaje) y que debe trabajar para mover el país en nombre del 100% de la población, y a pesar del lastre que el 30% de villerío representa, poniendo siempre palos en la rueda.
Y todo eso sin contar la casta corrupta de políticos, claro.
Todos, por más progres que seamos, por más tolerantes, peronistas, lo que fuera, evitamos el contacto con gente villera. Sólo arruinan todo aquello donde se involucran. El centro de mi ciudad hoy día es una mini-bolivia. Con esto de la generalización de los planes sociales, cada día es una invasión de villerío (gitanaje incluido) haciendo colas en los bancos para cobrar su paguita, sentándose en los parques y viendo lo que pueden robar: leña de árboles de la plaza, bancos, adoquines, faroles. Y yéndose dejando tras de sí un reguero de mugre. Los he visto hacer asado en plazas, dejando el césped todo quemado, siendo que la ciudad dispone de parques con parrilleros gratuitos. Los he visto ir a caballo a monumentos céntricos, dejando todo lleno de bosta. Cada vez que entra uno a una tienda, el dueño del lugar tiene que ponerse alerta para ver que no se roben nada. Son un lastre y cada vez más.
Posiblemente en Capital Federal no lo noten tanto. Pero Capital Federal es como una aspiradora del capital humano más apto del país. Por lo que el villerío no es tanta proporción ni tan omnipresente. Vivís en un departamento y salís tranquilo: los boliguayos no trepan. Ustedes tienen todo el lastre amontonado mayormente en las afueras, en el conurbano. Pero las ciudades medianas de toda la provincia, y de Santa Fé también, tiene cada una su conurbano ya, y no hay departamentos ni barrios que se salven.
El precio del gasoil, si es 0,5€ o 1€ no es el problema real. Si la economía y la sociedad funciona, toleramos pagar un poco más. El problema es estructural, social. Y eso no se arregla con medidas económicas. En mi opinión.
Aunque, como decís, estoy derroído anímicamente y ya bajé los brazos aquí. Le puse muchas ganas, pero ahora sólo espero algún día encontrar la forma de alejarme de esta sociedad. Ya sea yéndome a otro país, o yéndome a un lugar alejado en medio de las sierras, donde el villerío quede como un recuerdo lejano.