Es más pena despertarse todos los días entre rejas y cuatro paredes, para ese perfil de mujer créeme, esa sí era mayor pena.
Ese tipo de personas caprichosas que disfrutaban consiguiendo lo que quería y manipulando a los demás, viéndose envejecer día a día como un animal de granja, y sabiendo el concepto que todo el mundo tiene de ella, era una auténtica tortura. En cierto modo de ese escarmiento y sufrimiento, ha huído, por eso no me alegro.
Lo positivo, como ya he comentado, el ahorro de nuestros impuestos de mantener ese despojo sin valores humanos.