Nimrod
Madmaxista
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tiene alquilado el 96% de su patrimonio
El sector inmobiliario resiste en tiempos de crisis. Al menos eso debe pensar el empresario Amancio Ortega, cuyo vasto patrimonio derivado de sus inversiones en ladrillo goza de una salud extraordinaria. El fundador de Inditex, primera fortuna española en el ranking Forbes, tiene inmuebles en renta repartidos por ocho países con un nivel de ocupación que roza el lleno absoluto. En concreto, tiene arrendados el 96% de los miles de metros cuadrados que gestiona desde Ponte Gadea, la sociedad a través de la cual administra su fortuna, según distintas fuentes del mercado.
La cartera inmobiliaria de Amancio Ortega se compone, fundamentalmente, de dos productos de inversión. Por un lado, edificios de oficinas, ubicados siempre en los mejores emplazamientos de grandes ciudades (Madrid, Barcelona, París, Londres, Berlín, Nueva York, Chicago...) con grandes clientes corporativos como inquilinos, o locales comerciales representativos, bien emplazados, que tiene alquilados en uso a cualquiera de las enseñas del grupo Inditex, como Zara, Bershka, Stradivarius, Massimo Dutti y Oysho, o a enseñas competidoras como H&M.
Por otro lado, también posee edificios singulares bajo la modalidad de sale and lesaseback, en su mayoría adquiridos en los procesos de desinversión protagonizados por las entidades financieras. En su caso, estas operaciones se remontan a las transacciones llevadas a cabo hace algún tiempo por el Banco Santander, al que compró activos por valor de 460 millones de euros, y por la antigua Caixa Galicia, la caja de ahorros con sede en La Coruña. A estos dos formatos, Ortega también suma, aunque de forma marginal, activos hoteleros, de cuya gestión se encargan terceros.
La apuesta de Ortega por el ladrillo es fruto de una estrategia meditada que arrancó al poco de sacar Inditex en el año 2000 a bolsa. Como otras grandes fortunas, ha optado por diversificar su dinero en un bien tangible, aunque las rentabilidades no sean extraordinarias. Según Forbes, que le atribuye una fortuna de más de 18.000 millones de euros, el dueño de Inditex tendría cerca de un 25% de su riqueza relacionada al el sector inmobiliario, un porcentaje que le reporta, según estimaciones de distintos operadores del sector, más de 130 millones de euros en rentas al año.
Precisamente, su política de inversión, por la que pudo haber pagado caro, pues amasó la mayoría de su patrimonio durante los años calientes del sector, ha resultado óptima para capear la crisis. El factor de los buenos emplazamientos ha permitido a Ponte Gadea mantener la ocupación casi plena y resistir la bajada de precios generalizada del sector, situación que Inditex sí trata de conseguir cuando es inquilino, como han realizado algunos propietarios, que han llegado a tirar los precios con tal de cubrir los costes operativos del edificio correspondiente.
La relación del gallego con el ladrillo supera su faceta de rentista, la principal y más conservadora. El gallego ha estado también vinculado a otros segmentos del negocio, como la rehabilitación de edificios, a través de su alianza con Restaura, o la promoción de suelo, incursión que cubrió con su entrada en el capital de la antigua Astroc, aunque estas apuestas le han reportado menos éxitos que como inversor patrimonial. Aunque en definitiva, la gallina de las narices de oro sigue siendo Inditex, que solo este año le reportará casi 600 millones de euros vía dividendos.
No lo he visto en el foro.
¿Qué parte de esos 130 millones vendrán de los inmuebles comprados por 460 al Santander?
El sector inmobiliario resiste en tiempos de crisis. Al menos eso debe pensar el empresario Amancio Ortega, cuyo vasto patrimonio derivado de sus inversiones en ladrillo goza de una salud extraordinaria. El fundador de Inditex, primera fortuna española en el ranking Forbes, tiene inmuebles en renta repartidos por ocho países con un nivel de ocupación que roza el lleno absoluto. En concreto, tiene arrendados el 96% de los miles de metros cuadrados que gestiona desde Ponte Gadea, la sociedad a través de la cual administra su fortuna, según distintas fuentes del mercado.
La cartera inmobiliaria de Amancio Ortega se compone, fundamentalmente, de dos productos de inversión. Por un lado, edificios de oficinas, ubicados siempre en los mejores emplazamientos de grandes ciudades (Madrid, Barcelona, París, Londres, Berlín, Nueva York, Chicago...) con grandes clientes corporativos como inquilinos, o locales comerciales representativos, bien emplazados, que tiene alquilados en uso a cualquiera de las enseñas del grupo Inditex, como Zara, Bershka, Stradivarius, Massimo Dutti y Oysho, o a enseñas competidoras como H&M.
Por otro lado, también posee edificios singulares bajo la modalidad de sale and lesaseback, en su mayoría adquiridos en los procesos de desinversión protagonizados por las entidades financieras. En su caso, estas operaciones se remontan a las transacciones llevadas a cabo hace algún tiempo por el Banco Santander, al que compró activos por valor de 460 millones de euros, y por la antigua Caixa Galicia, la caja de ahorros con sede en La Coruña. A estos dos formatos, Ortega también suma, aunque de forma marginal, activos hoteleros, de cuya gestión se encargan terceros.
La apuesta de Ortega por el ladrillo es fruto de una estrategia meditada que arrancó al poco de sacar Inditex en el año 2000 a bolsa. Como otras grandes fortunas, ha optado por diversificar su dinero en un bien tangible, aunque las rentabilidades no sean extraordinarias. Según Forbes, que le atribuye una fortuna de más de 18.000 millones de euros, el dueño de Inditex tendría cerca de un 25% de su riqueza relacionada al el sector inmobiliario, un porcentaje que le reporta, según estimaciones de distintos operadores del sector, más de 130 millones de euros en rentas al año.
Precisamente, su política de inversión, por la que pudo haber pagado caro, pues amasó la mayoría de su patrimonio durante los años calientes del sector, ha resultado óptima para capear la crisis. El factor de los buenos emplazamientos ha permitido a Ponte Gadea mantener la ocupación casi plena y resistir la bajada de precios generalizada del sector, situación que Inditex sí trata de conseguir cuando es inquilino, como han realizado algunos propietarios, que han llegado a tirar los precios con tal de cubrir los costes operativos del edificio correspondiente.
La relación del gallego con el ladrillo supera su faceta de rentista, la principal y más conservadora. El gallego ha estado también vinculado a otros segmentos del negocio, como la rehabilitación de edificios, a través de su alianza con Restaura, o la promoción de suelo, incursión que cubrió con su entrada en el capital de la antigua Astroc, aunque estas apuestas le han reportado menos éxitos que como inversor patrimonial. Aunque en definitiva, la gallina de las narices de oro sigue siendo Inditex, que solo este año le reportará casi 600 millones de euros vía dividendos.
No lo he visto en el foro.
¿Qué parte de esos 130 millones vendrán de los inmuebles comprados por 460 al Santander?