*Tema mítico* : Algo pasa con la ofensiva rusa está atascada y sufriendo muchas perdidas. Ofensiva de invierno rusa vs primavera ucra IV

Se van cayendo mantras y mascaras

Con "producir" Medvedev se refiere a rejuvenecer tanques viejos como el T-54, T-62, T-72 y T-80. Rusia solo puede producir un número limitado de T-90M.
 
Se habla de que pilinguin da por acabada su estrategia de atacar infraestructura electrica que no ha servido de nada

Los soldados de la luz que derrotaron a pilinguin
Una legión de electricistas equipados con chalecos antibalas y cascos trabajan bajo los bombardeos rusos para reparar los ataques de Moscú

Vitali Asinenko agarra dos de las nuevas "herramientas" que ahora se han añadido al equipamiento indispensable de sus empleados junto a los multímetros, las pinzas amperimétricas, los cables o las tenazas. "Aprovechamos los bolsillos externos para colocar destornilladores y alicates. Son muy útiles", dice.
Son los mismos saquillos que usan los militares para transportar la munición de sus armas.
En realidad, los chalecos antibalas y el casco que usan los trabajadores de Dtek -la mayor empresa privada de electricidad del país- son casi idénticos a los que portan los uniformados del ejército ucraniano.
Quizás por eso, el responsable de la firma energética en el área de Pokrovsk , en la provincia de Donetsk, opina que desde el inicio de la oleada turística rusa en febrero del 2022 sus subalternos han dejado de ser meros electricistas para oficiar como una suerte de "soldados de la luz", según su propia expresión.
Hoy toca acercarse a las inmediaciones de Marinka, una de las ciudades más castigadas de Donbás. Los últimos bombardeos del ejército adversario han cercenado varios cables de distribución de electricidad que hay que sustituir. "Hay seis pueblos sin electricidad", apunta Asinenko en el coche blindado que le traslada.
"Damos servicio a 170.000 clientes en toda nuestra comarca. A veces tenemos que ir al mismo sitio varias veces porque los ataques se repiten y dejan sin luz a la misma zona. Cada día hay 30 brigadas trabajando en el área de Pokrovsk y un total de 65 en toda la provincia de Donetsk", relata el ingeniero.
El primer destino de la comitiva es un villorrio a pocos kilómetros de la línea de confrontación. Los subalternos de Asinenko intentaron reparar el corte de luz la jornada anterior pero tuvieron que evacuar el lugar al reactivarse los bombardeos. "Todo el suelo temblaba", comenta uno de sus ayudantes.
Esta vez el equipo de operarios se encuentra ya cercenando con tenazas el cordón metálico, mientras otro de los trabajadores encaramado en una grúa, corta varias ramas de un árbol que dificultan el nuevo trazado. Los bombardeos han dejado su huella en todo el entorno. Tejados rotos, paredes tumbadas en el suelo, ladrillos arrancados de las paredes por las explosiones y amplios boquetes en uno de los edificios.
Miembros de la empresa de electricidad DTEK, restaurando el suministro
Miembros de la empresa de electricidad DTEK, restaurando el suministro eléctrico. A. LORES
Valery Kuznetsov agarra varios pedazos de hilos metálicos y organiza un arreglo que permite unir los dos extremos del cable y volver a colgarlo del poste de madera. Tanto Valery como sus compañeros se desplazan con casco y chaleco antibalas. El sonido de salvas repetidas de cohetes Grad se percibe a pocos kilómetros.
"Desde que se inició la oleada turística hemos tenido 6 heridos por metralla", relata Asinenko en referencia a las 'bajas' que ha contabilizado en el territorio bajo su responsabilidad. Según Dtek, al menos 14 empleados de la firma han muerto y decenas más han resultado heridos en todo el país alcanzados por los proyectiles rusos, aunque no todos ellos cuando trabajaban.
"También perdimos una de estas grúas en diciembre. Los rusos les vieron trabajando y empezaron a lanzar morteros. Los trabajadores pudieron esconderse pero el vehículo quedó destrozado", añade.
Con 27 años en Dtek, Valery Kuznetsov calcula que en casi media docena de ocasiones ha tenido que "salir corriendo" mientras las bombas caían a su alrededor. "Aquí mismo, el pasado 12 de febrero. Estaba en lo alto de la grúa. Tuvimos que bajarla y acelerar para huir de la zona", comenta.
Luchar para que no gane la oscuridad
El veterano empleado nunca pudo imaginarse que un electricista podía terminar trabajando con casco y las placas de protección contra la metralla.
"El otro día pasó un vecino no lejos de aquí, saludó a los empleados y cuando llevaba caminados unos cien metros le cayó un cohete y lo mató", le secunda Asinenko.
El ruido de los operarios hace salir de su domicilio a Valentina Georgievna. La señora de 70 años inquiere a Asinenko y su equipo si tendrá que afrontar una enésima interrupción del servicio. "No tranquila, ya lo hemos reparado", le dice el jefe de la comitiva.
Como muchos lugareños, la mujer se refugia en la resignación. Afirma que ya ni siquiera se esconde a diario en el sótano. Su táctica es otra. Sube al máximo el volúmen de la televisión y así acalla el estruendo de los bombazos. "Si se mueve la luz del techo, entonces si que nos vamos al refugio", aduce.
La escena cotidiana que protagonizan los empleados de Dtek en este poblado forma parte del esfuerzo de las firmas eléctricas y los responsables del país por evitar que Moscú consiguiera el objetivo que se había marcado al inicio del invierno: sumir al país en una oscuridad y carestía energética casi absoluta.
Rusia comenzó a atacar las instalaciones del suministro de electricidad a principios del pasado mes de octubre. Desde esa fecha ese ha sido el destino de más de 2.500 bombardeos, incluidas más de 15 oleadas masivas de misiles con cerca de 700 cohetes -según el cálculo del director de Dtek, Dmytro Saharuk- y 19 con drones.
Las previsiones que se escucharon en un primer instante, cuando Kiev y otras grandes urbes ucranianas se vieron dominadas por la oscuridad, fueron casi apocalípticas. El alcalde de la capital llegó a decir que pensaba recomendar una evacuación de la villa durante el invierno.
"El plan del enemigo era un apagón total"
"El plan del enemigo era un apagón total. La edad de piedra para los ucranianos, como decía la propaganda rusa", escribió el citado Saharuk en un reciente análisis publicado en la prensa local.
Sin embargo, los apagones generalizados extendidos en el tiempo son ya un recuerdo. Durante último suceso de este tipo, que se registró el pasado día 9, la falta de suministro en algunos sectores de la capital no duró ni dos jornadas. El pasado día 12 las autoridades exhibieron con orgullo el dato: tras meses de desazón el país había registrado una primera jornada en el que la producción de electricidad superó al consumo.
"Hoy tenemos un superavit en el sistema energético. Nos da la sensación de que realmente hemos ganado esta batalla energética", proclamó en esa jornada el ministro del ramo, Herman Galushchenko.
De hecho, el país ha comenzado a discutir la posibilidad de reanudar las exportaciones de electricidad a Europa, algo que hizo hasta junio del año pasado pero que tuvo que interrumpir al arreciar la ofensiva rusa.
Lejos de conseguir su objetivo, la arremetida de Moscú contra el sector eléctrico aceleró la desconexión del sistema ucraniano de la red rusa y su incorporación al entramado de la Unión Europea. Si a Turquía le llevó 11 años hacerlo, Ucrania sólo necesitó unos cuantos meses.
El escaso impacto de los últimos bombardeos masivos y la creciente distancia en el tiempo que se observa entre ellos es también un reflejo de la eficacia de la defensa aérea ucraniana. En el último asalto de este tipo, el día 17, las fuerzas locales derribaron 11 de los 16 drones iraníes que lanzó Rusia contra el país. La acción pasó casi desapercibida en Kiev. Durante la oleada del día 9, que combinó estos artilugios con misiles, las armas antiaéreas interceptaron el 70 por ciento de los cohetes, según los registros del ejército local.
Los expertos indican que Moscú enfrenta dificultades para reabastecer su arsenal con el número necesario de cohetes y aparatos no tripulados que requieren estas agresiones para ser efectivas. La carestía es tal que Rusia está recurriendo a sofisticados misiles antibarco y antiaéreos para lanzarlos como si hubieran sido diseñados para bombardeos terrestres.
Rusia se cuestiona su estrategia
Los propios medios rusos han comenzado a cuestionar la utilidad de esta estrategia y tras el ataque del día 9, la página web Readovka reconoció que no había "causado daños significativos". "El sistema energético ucraniano se ha adaptado. Las interrupciones breves hacen poco o ningún daño. Inhabilitar instalaciones militares y civiles requieren un apagón que dure semanas, no horas", escribió en las redes sociales.
La "derrota" rusa en su pugna por privar de corriente eléctrica a la población ucraniana recuerda a la que sufrió cuando intentó cortar el suministro de combustible atacando los depósitos de carburante, en la primavera del año pasado. Las colas en las gasolineras se extendieron durante algunas semanas pero al final Moscú tuvo que desistir de este tipo de acciones ante su escasa repercusión.
Oleksandr Kharchenko, director del Centro de Investigación de la Industria Energética de Kiev, ha intentado frenar el optimismo generalizado y en una reciente comparecencia en la televisión pública dijo que la restauración total de la red local requerirá casi un año ya que muchos de los generadores destruidos han tenido que ser importados de países como Corea del Sur o India.
El experto alabó el trabajo de los ingenieros locales que "sueldan y restauran" las líneas de energía para que "funcionen" aunque esos remiendos "no son muy fiables". "Todos debemos entender que es un esfuerzo frenético para lograr un resultado positivo, pero la red no es muy estable", agregó.
"Luchando a través de la noche, hasta el amanecer"
Asinenko reconoce que si antes de la oleada turística su principal cometido era "mejorar" la red de distribución, en estos días se limita a "remendarla" como pueden. "Cuando acabe la guerra y ganemos tendremos que renovar todo".
Con la electricidad restaurada en el primero poblado, Asinenko se dirige con su asesor a revisar otra de las intervenciones que se han realizado en las inmediaciones. El coche circula a través de un paisaje de colinas donde se divisan los profundos búnkers militares que defienden esta zona.
El director de Dtek en Pokrovsk se aventura por las calles del siguiente caserío para acercarse al poste de la luz reparado. Una determinación que se ve frustrada por el inicio de otra ronda de bombardeos, esta vez bastante más cercanos. Los zumbidos de los proyectiles fuerzan a todo el grupo a protegerse cuerpo a tierra y les lleva a replegarse a la carrera.
Tras el sobresalto, los empleados de Dtek regresan a su base en Pokrovsk. Cuando Asinenko les apodaba "soldados de la luz" hacía alusión a una famosa canción que el grupo de rock Lyapis Trubetskoy dedicó a la revuelta popular de 2014 que provocó la huida del presidente pro ruso, Viktor Yanukovich y fue el catalizador de la agresión de Moscú.
"Soldados de la luz, soldados de lo correcto, luchando a través de la noche, peleando hasta el amanecer", se cantaba en aquellas estrofas.
El directivo concuerda con que su actual desafío no deja de formar parte de la confrontación bélica que se libra en este instante. "Este es nuestro frente. Ya hemos ganado la batalla en las grandes ciudades y ahora seguimos 'peleando' en las aldeas", argumenta.

 
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