El señor Torres llevaba 30 años como gerente de la empresa, todos en la empresa le tenían respeto y algunos incluso admiración por la buena gestión que ha hecho durante tantos años, pero un inesperado bichito ha hecho que la empresa entre en bancarrota y deba cerrar. El señor Torres tiene ahora 55 años y del tiempo que lleva buscando trabajo no ha tenido suerte. La incertidumbre sobre su futuro le preocupa, pero no sólo por los ingresos sino porque ser gerente de empresa forma parte de su identidad, es su vida, y ahora que no ejerce de ello y se pasa los días en casa en chándal en vez de ir de traje como ha hecho por muchos años, y el no estar rodeado de la gente de la empresa que le servían y le decían "señor Torres, le voy a enviar los informes", "señor Torres, el gestor de la empresa ACME pregunta por usted, ¿le digo que está reunido?", le hace sentirse perdido y darle vueltas al coco.
"¿qué soy realmente?, ¿quién soy realmente?, no soy gerente de la empresa ya y no sé si lo volveré a ser, de hecho me planteo jubilarme ya pero ¿qué soy entonces?, ser gerente es mi vida, es mi identidad, es mi función en la vida. ¿He sido menso por asociar una profesión a mi existencia?".
Se pierde un trabajo, se cae el castillo de naipes de la identidad, se encuentra uno sólo y perdido en medio de un mar de incertidumbre.
"¿qué soy realmente?, ¿quién soy realmente?, no soy gerente de la empresa ya y no sé si lo volveré a ser, de hecho me planteo jubilarme ya pero ¿qué soy entonces?, ser gerente es mi vida, es mi identidad, es mi función en la vida. ¿He sido menso por asociar una profesión a mi existencia?".
Se pierde un trabajo, se cae el castillo de naipes de la identidad, se encuentra uno sólo y perdido en medio de un mar de incertidumbre.