Te equivocas completamente.
El igualitarismo es la mayor perversión de la realidad que puede haber. Nada tiene que ver la sexualidad de un hombre con la de una mujer.
He visto un rato el Sálvame ("Lo reconozco. Señor, perdóname porque he pecado") mientras cenaba y Marta López ha confirmado la realidad: ha dicho que a Merlos lo admiraba, lo respetaba como profesional, etc...es decir, no sentía un auténtico deseo por él. Ella es claramente viuda de alfa (o de algún alfilla, pero en la práctica da igual). Está incapacitada para amar de verdad en lo que le quede de vida. El siguiente novio que tenga será la 9ª o 10ª cosa en importancia en su vida, después de sus hijos, de su exnovio que todavía se acuerda de él, de sus amigas (a las que quiere-odia-envidia, con sentimiento recíproco de ellas), de un tío del gimnasio que la jijijajea, de la ropa de marca, del nuevo iPhone, de sus 3 caniches.
El pasado de una mujer la esclaviza, para bien o para mal. Lo digo sin acritud, hablo como un entomólogo que disecciona a un mosquito.
En cambio, el amigo Merlos sigue buscando el amor, piensa que lo encontrará a la vuelta de la esquina, que está ahí delante. Y si acaba mal con Marta o con Alexia (que tiene un la amo como una catedral), seguro que será la siguiente.
En los hombres, el pasado, aunque sea brutalmente duro, si no nos mata, y nos recuperamos, nos hace más fuertes (de lo contrario, obviando la fin, vienen muchos casos de alcoholismo, drojadicción, enfermedad mental, etc).