Desde hace un año aproximadamente todos los estados europeos se han dedicado a encerrar a sus ciudadanos para controlar a un bichito que en un reducido porcentaje de los infectados causa una enfermedad con transcurso grave. Todos estos encierros se supone que responden a la necesidad de no saturar los hospitales y volver a la normalidad en el momento en el que exista incidencia baja y/o inmunidad de rebaño (ya sea de forma natural o mediante banderillas).
No quiero entrar en si eso de la banderilla es serio o no, tampoco en si es aceptable sacrificar nuestras sociedades para salvar a unos pocos (por lo visto no estamos preparados para hablar sobre esto sin insultos), ni si desde un punto de vista sanitario es realmente útil encerrar a la gente (salud mental, salud general de las personas por empobrecimiento, sistemas de salud quebrados por empobrecimiento de las naciones, deshabituación de la población a enfermedades infecciosas por sobrehigiene,etc...), o limitar la movilidad entre lugares infectados (ahora existen las mutaciones peligrosísimas que justifican esto, porque de no ser así la gente empezaría a rechistar). No quiero hablar sobre esto porque se ve que no son temas a tratar con los covidianos de manera sincera.
Demos por cierto que lo que nuestra sociedad debe de hacer para enfrentarse a esta situación es reducir los ingresos hospitalarios, y recordemos que los estados no han tenido ningún problema en acabar con la libertad de movimiento,etc...
Cómo es que no han hecho una campaña general para mejorar la inmunidad de las personas, especialmente en grupos de riesgo? Hay un sin fin de medidas, avaladas por la evidencia científica, que mejoran la inmunidad con las cuales se podría reducir la incidencia de manera significativa (no voy a decir el 70% porque no hay ningún estudio, o no me constan), sin embargo ningún estado ha tomado cartas en el asunto, es tremendamente ridículo.
Estamos hablando de Estados
mastodónticos.
En occidente tenemos obsesión con lo particular, cuando pensamos en una enfermedad nos fijamos en el germen, en el bichito, pero se nos olvida que el bichito sólo puede entrar en cuerpos que no están funcionando bien, osea que la enfermedad la hacen el bichito
y el huésped.