General Silvestre
Madmaxista
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Costas amenaza a cientos de propietarios en primera línea de playa: "Me quitan el negocio y la casa donde vivo"
"A mí me quitan el negocio y la casa donde vivo. Dejé la carrera de Ingeniería cuando falleció mi padre para ocuparme del restaurante familiar y ahora pierdo todo porque se lo
"A mí me quitan el negocio y la casa donde vivo. Dejé la carrera de Ingeniería cuando falleció mi padre para ocuparme del restaurante familiar y ahora pierdo todo porque se lo queda el Estado". Pedro Pastor es el presidente de la Asociación de Afectados por la Ley de Costas en Denia, uno de los municipios alicantinos turísticos más importantes que, sin embargo, tiene marcado en rojo en el calendario el 7 de noviembre. Será cuando el Ministerio para la Transición Ecológica ejecute los deslindes que pueden acabar con las propiedades en primera línea de playa en manos del Estado.
Pastor es solo uno de los afectados por la aplicación del último reglamento de Costas aprobado en 2022 y recurrido por la asociación. El recurso se encuentra en el Tribunal Supremo, en fase probatoria, pero a juicio de los vecinos es "muy lesivo para la propiedad privada" porque modifica -mediante el deslinde- la manera en que se determina el alcance de la línea del dominio público marítimo-terrestre, que incluye la playa, el mar territorial y los recursos naturales de la zona. Hasta donde hayan llegado las olas de un temporal podrá alcanzar esta franja.
El caso de Denia no es el único de la costa española, pero sí uno de los más llamativos en esta última tanda de deslindes porque se calcula que hasta 3.617 inmuebles se verán afectados en plena regresión de las playas. De estos, 103 en primera línea quedarán dentro del dominio público, lo que significa que sus legítimos propietarios dejarán de serlo. Las viviendas no serán demolidas, pero serán de titularidad pública y solo pervivirán en régimen de concesión durante 30 años, prorrogables hasta 75.
"Nos quitan la casa sin indemnizarnos", resume Pastor. La ley solo contempla unos "derechos de compensación a favor de los anteriormente propietarios", pero en ningún caso contraprestaciones económicas. Los vecinos pueden seguir ocupando las casas que muchos heredaron de sus padres y abuelos hace décadas, pero sin ser los dueños. Inmuebles, por otro lado, que por su ubicación privilegiada alcanzarían hoy el millón de euros pero que quedarán devaluados tras el deslinde.
Pere Cardona puede perder su primera vivienda, construida en los años 50 del siglo pasado "con todos los permisos de la época". "Tenemos la escritura de propiedad, pagamos el IBI y todas nuestras casas son legales, por lo que exigimos que se respeten nuestros derechos", subraya. Y advierte contra un reglamento que permite el deslinde "de oficio" y, según los vecinos, sin criterios técnicos: "Intuimos que esto es un experimento que podría luego extrapolarse a toda la costa española".
Paco García es otro vecino de Denia cuya primera vivienda puede quedar dentro del dominio público: "El Estado usurpa algo que nunca ha sido suyo, expropiando a la gente sin pagar ni un euro. Que pague al menos el daño económico ya que el daño moral no puede pagarlo", reclama. En este sentido, lo que la Asociación pide es la aplicación de la Ley de Expropiación Forzosa o un "justiprecio".
Además del poco tiempo para presentar alegaciones, una de las quejas de los afectados es la arbitrariedad a la hora de establecer el deslinde. Manuel Pascual es propietario de una vivienda construida en 1930 y, sin embargo, denuncia que "no hay ningún estudio científico que diga por qué el deslinde debe pasar por dentro de mi parcela y por la fachada de la casa".
Ahora bien, aparte del centenar de inmuebles en la costa de Denia que con la actual propuesta de deslinde quedan dentro del dominio público marítimo-terrestre, otros 135 están afectados por la llamada servidumbre de tránsito y 3.379 por la servidumbre de protección, según cálculos de la asociación. La zona de servidumbre de protección es la franja de terrenos de propiedad privada colindante con el dominio público, sujeta también a limitaciones. Dentro de ella se contempla la servidumbre de tránsito, que son los seis metros tierra adentro desde la ribera del mar que deben quedar libres.
Dicho con otras palabras, los propietarios afectados por la servidumbre de tránsito deberán demoler todo lo que quede incluido dentro de esta franja. En cuanto al resto de propietarios afectados por la servidumbre de protección, si son dueños de una parcela no podrán construir en ella. Si lo que tienen es una vivienda, no podrán ampliar su volumen, altura o superficie. Es más, según Cardona, las miles de propiedades dentro de la servidumbre de protección quedarán fuera de ordenación urbana.
El Gobierno valenciano ya ha anunciado alegaciones contra los deslindes. Su director general de Costas, Vicente Martínez Mus, califica de "expolio" el procedimiento llevado a cabo por el Ejecutivo en funciones de Pedro Sánchez y de "cóctel molotov" lo que está pasando en Denia. Porque a la aplicación del "reglamento de Costas más agresivo" se suma una paradoja: "Donde hay problemas de regresión y se pierde playa, se quita la propiedad a los vecinos en lugar de hacer obras de regeneración".
Sin embargo, desde la Demarcación de Costas dependiente del Ministerio subrayan que la actuación en Denia se acomete ahora porque su tramo de costa "aún no disponía de deslinde conforme a la Ley de Costas de 1988, reformada en 2013". De hecho, de los más de 10.000 kilómetros de costa española, quedan todavía unos 1.000 por deslindar. Desde Costas se insiste en que "en ningún caso conlleva ni demoliciones, ni desalojos", además de que en el caso de Denia "tanto las propiedades como las concesiones se van a ver notablemente beneficiadas con la ejecución de la obra de recuperación de la playa de Les Deveses", con una inversión de 14,5 millones de euros.
Costas argumenta que "el deslinde de una playa se basa en la naturaleza de los terrenos y no en la anchura de la playa". Los temporales cada vez más fuertes por el cambio climático no son la única causa de que el mar siga ganando metros a la arena. También están las obras de ampliación de puertos o la construcción de embalses, que "retienen 6.000 millones de metros cúbicos de sedimentos que deberían estar en las playas", según los vecinos. Mientras tanto, la primera línea de costa irá retrocediendo.
