Tienen que ser las mujeres las que terminen con el feminista radicalsmo. Y lo harán puesto que no solo ataca a lo masculino, también a lo femenino. De hecho creo que ya se están dando cuenta de que va contra sus propios intereses, aunque muchas hayan hecho la vista subida de peso o incluso reído las gracias a los delirios feminista radicals creyendo que les beneficiaba en algo, empiezan a ver que es contraproducente.
En realidad solo una minoría de mujeres comprende la dimensión de esta catástrofe, el resto son gregarias y siguen la corriente de moda. Dudo mucho que las mujeres sensatas alcancen un número suficiente como para parar esta deriva. Las mujeres nunca han hecho ninguna revolución, ni siquiera la feminista, que es un regalo de los hombres mamarrachos.
Las mujeres son creadoras de vida, en su útero, pero destructoras de civilizaciones.