Es obvio que estamos viviendo una época de transformación radical, y la sociedad está subconscientemente ávida de un cambio en su realidad cotidiana. En este momento histórico es cuando el espíritu del tiempo, el espíritu de nuestro tiempo, cambiará a un patrón vibracional más alto.
Muchos de hablan de “El Fin del Mundo”, y señalan a los Mayas por el hecho de que codificaron el final de un ciclo de 13 baktun en el calendario, y un posterior nuevo comienzo, al que llamaron “Día de la Creación”.
Pero éste “Fin del Mundo” y posterior “Día de la Creación” no es el que está siendo promulgado por los medios de comunicación en manos de unos pocos desalmados, ellos nos crean una realidad manipulada con garantía de condena, de tumultuosos cambios, y futuro lleno de agitación y desesperación humana.
Ellos están usando la poderosa arma del miedo para hacer dinero, y es muy razonable que este miedo exista, ya que los acontecimientos que están por llegar podrían ser muy calamitosos, pero aún así, tenemos que abordar este momento en la historia, con el equilibrio y la fuerza de un guerrero espiritual.
La humanidad ahora está encarando un punto de encuentro entre distintos planos de realidades, y posterior bifurcación en la trayectoria evolutiva, que hasta el momento no había conocido.
Este punto de encuentro de los distintos planos de realidad, muy posiblemente, ocurrirá en la presagiada, por decenas de culturas ancestrales, fecha de 21 de diciembre de 2012.
Esta inevitable bifurcación en el camino nos conducirá irremediablemente a una selección por vibración, ya sea hacia abajo, al camino de la destrucción, a diezmarnos y a irremediablemente “repetir curso”, o seremos impulsados hacia los canales evolutivos cósmicos, hacia la iluminación y liberación, liberándonos del antrópico apretón del materialismo y de la condena de nuestra cotidianidad.
Por una parte, hemos alcanzado un momento monumental en el cual todos los indicadores señalan el hecho de que nos estamos aproximando a un salto cuántico en nuestro camino evolutivo, un instante entusiasta en el cual la evolución de nuestra especie saltará a un inimaginable nivel de conciencia.
Por otra parte, la situación político-económica global que vivimos es realmente alarmante, y ciertos oscuros intereses están creando y culminando una situación en donde nuestro ser existencial está sujeto a duras realidades, realidades que NO son la consecuencia de lo que nosotros, los humanos con alma, hemos realizado en nuestro pasado, sino la consecuencia de un plan orquestado desde hace mucho tiempo en la historia por una oscura élite con el fin de mantener una casta de esclavos manipulados y llevados por las riendas en manos de estos desalmados que gobierna el mundo con depravados intereses.
Esta situación está presionando cada vez más a la humanidad, y está labrando un irremediable camino hacia un punto de colapso mundial mientras “ellos” engordan sus panzas en sus mansiones de lujo rodeados de opulencia de sus esclavas sensuales.
Debido a este comportamiento egoísta y enfermizo de esos gobernantes, se ha creado una situación bastante alarmante y terrible para nuestra especie, sin embargo, nada existiría sin la dualidad, sin el ying y el yang, sin las fuerzas que se contraponen para que se produzca la chispa divina, y afortunadamente nunca antes ha estado la raza humana tan perfectamente posicionada para iniciar una serie integral de cambios vibracionales que pueden preceder a una nueva civilización en otro plano existencial.
La Humanidad nunca se ha encontrado en una encrucijada de tal magnitud, un punto de bifurcación que cambiará el curso de la historia. Sin embargo, esa no es ninguna excusa para olvidarse de la cotidianedad de la vida.
¡Es crucial para nuestra supervivencia que esto lo entendamos bien!
Conforme se aproxime la fecha donde se produzca la selección por vibración iremos experimentando una cantidad enorme de presión, que requerirá de una impecable disciplina interna y ese rito de alquimia trascendental requerirá utilizar un orden vibracional más alto y más disciplinado, para desterrar los comportamientos más primitivos que garantizarían solamente nuestra muerte-repetición.
Solo una inmensa cantidad de amor, cooperación y alegría nos llevaran a pasar la inhóspita y confusa situación que se abrirá ante nosotros. Es vital que rápidamente comprendamos y comencemos a hacer lo que sabemos que necesitamos hacer, hoy y no mañana, antes de que nuestro tiempo se nos deslice de entre las manos, y demos palos de ciego erróneamente desesperados en un camino de intentos fallidos.
Llegados a este punto y para los que vibren en la frecuencia adecuada, los campos morfogenéticos que gobiernan la conducta social en todo nuestro planeta, llámense registros akásicos o inconsciente colectivo, ordenaran nuestro comportamiento a través del proceso de resonancia morfológica, en donde nuestros pensamientos, emociones y acciones estarán en sincronía con la mente planetaria y nuestra mente, y solo entonces ganaremos la partida.
Como cualquier madre que lucha por la evolución de sus hijos, Gaia ha creado este campo morfogenético, la noosfera, en el que resuena la humanidad, que no es más que una esfera de pensamiento que rodea al planeta, y las tendencias sinérgicas de la sutil vibración de la conciencia colectiva de la información dentro de estos campos se están engranando y están catalizando un cambio transformacional a un nuevo orden integral de ser.
Esta noosfera, una capa global de pensamiento, será la sinergia informacional de la cual se actualizará el Punto Omega del Ser y esto nos hará entrar a un nuevo paradigma, una trascendencia para toda humanidad que vibre en la frecuencia adecuada, en la frecuencia del “Somos uno”, en la frecuencia del “Amor y Solidaridad Incondicional”.
Vivimos en un mundo donde las mentalidades radicales y el terrorismo existen, donde nos enfrentamos un importante derrumbe económico, donde la biosfera está siendo destruida en tantos y variados aspectos, que es apenas posible de imaginar, donde estamos diezmando la selva tropical, cientos de kilómetros a diario, la mayor fuente del oxígeno que respiramos, donde nuestros océanos están muriendo por contaminación y sobre-pesca, y muchas especies están siendo explotadas hasta su extinción, donde el flujo magnético coronal del Sol se ha incrementado de una forma espectacular en los últimos meses y en cualquier momento una eyección de la masa coronal chocará contra el campo magnético de la Tierra devolviéndonos a la prehistoria tecnológica y esto también tensionará el sistema de placas tectónicas, causando un incremento del número de terremotos y erupciones volcánicas.
Es evidente que la Madre Gaia está preparando las condiciones para que “abandonemos el nido” muy pronto, ya sea por un plan evolutivo universal del ser humano o para hacer un “reset” planetario total, pero de lo que no hay duda es de la inminencia de un cambio drástico planetario.
Los antiguos videntes, adivinos o chamanes sabían que este período exacto en el tiempo, representa un período de cambios catastróficos, precediendo a una edad de oro. La mayor parte de las tradiciones culturales tienen alguna alusión a los tiempos en los que estamos viviendo actualmente, ya sean hindú, hopi, maya o muchos otros, estaban todas en básico acuerdo que una gran purificación, un tiempo cataclísmico de cambio precederá a una edad de oro y de iluminación.
Cuando se crucen los dos planos de existencia, el que fuimos forzados a habitar bajo el enjaulamiento del cuerpo físico en la tercera dimensión y bajo la cuarentena cósmica, con el que por origen nos corresponde, tomaremos conciencia de lo que realmente somos.
Nadie sabe realmente qué ocurrirá el 21 de diciembre de 2012, pero estoy seguro que será un viaje que jamás olvidaremos.