Hola hamijos, escribo desde un hondo desasosiego, consciente de que mi sueño de pirarme por fin de esta Babilonia se ha ido por el retrete, junto a la oportunidad laboral que me iba a permitir huir. Os pongo en antecedentes:
En las vacaciones de navidad acompañé un día a mi tío (con el que trabajé antes de sacarme la carrera) a hacer una chapucilla, dado que mi primo cayó enfermo. Resulta que la chapuza era en una pequeña empresa de consultoría de relaciones públicas y laborales, en la capital de la provincia donde crecí, ciudad en la que hice el bachillerato y estuve rondando algunos meses más.
Hablando con el jefecillo de la empresa, me permito el lujo de hacerle algunas observaciones y preguntas técnicas que lo dejan algo trastocado, ya luego le explico que yo trabajo realmente en una empresa grande en tareas de ese tipo. En fin, que todo bien, el tipo muy simpático, cambiamos teléfonos y adios muy buenas.
A final de enero el tipo me llama y me comenta que tienen una vacante y que si quiero que le mande el CV. Ok, lo mando y a los 3 días me pide que me acerque a esa ciudad a hablar con él algún sábado (trabajo de lunes a viernes en Madrid). Llega el sábado y el tipo me presenta una propuesta más o menos interesante, pero perdiendo demasiado sueldo respecto a mi curro actual. En fin, ajustamos un poco el salario al alza (hasta 2/3 del actual) y negocio las tardes de viernes libres (contrato de 35 horas). Quedamos en que me incorporo en abril o en mayo, y en este tiempo me ha estado mandando cosas para irme leyendo y haciéndome al nuevo trabajo.
Era EL PLANAZO: trabajo tranquilo, de cuello blanco, con horarios normales, gente al cargo y un sueldo decente. Vivir en una ciudad que ya conozco y en la que tengo contactos, una ciudad pequeña, segura, manejable. Vivir de alquiler yo solo y a precio de chiste (200 euros y facturas) en un piso propiedad de unos parientes, viejo (heredado y sólo lo alquilarían a alguien de mucha confianza) pero en buena zona, a unos 5 minutos andando del trabajo. Centro deportivo con piscina a 10 minutos de casa. Mi pueblo a 35 kilómetros, con el huerto y las chapucillas varias para pasar el rato.
Básicamente, la reducción de sueldo era compensada de sobra por otros aspectos, e incluso en el económico, el menor coste de la vida hacía que casi me saliese hasta más rentable. Ya tenía mis planes, sustituto para mi habitación en Madrid y estaba a punto de avisar en el curro.
Pero jorobar, era demasiado bonito para ser cierto. Ayer me llama el notas del jefe de la empresa y me dice que les ha fallado un proyecto y la carga de trabajo de otros dos, y que por el momento no sería posible mantener las condiciones. Que entraba de subordinado submileurista con una falsa media jornada el mes que viene, y luego "por supuesto que se consideraría un ascenso al cabo de un tiempo".
Me ha olido demasiado a cachondeo y a que se les ha cruzado otro candidato al que había que enchufar por narices, o que es gente poco seria con su planificación (lo cual hace desconfiar incluso más). Cuando le he dicho que esas no eran las condiciones que habíamos pactado y que la nueva oferta no me convencía, lo he notado molesto, como si diera por supuesto que me iba a incorporar a cualquier precio. jorobar que ya estaba renunciando bastante, cruzar la frontera de los 1500 tampoco es para tanto.
Pues todavía me dice que me da dos días para pensarlo en plan ultimatum, y yo le he dicho que no hacía falta, que lo tenía muy claro y que si en los próximos meses pueden ofrecerme las condiciones iniciales me vuelvan a llamar. Cosa que me imagino que no va a suceder, porque he visto al tipo herido en su orgullo.
Pues nada, a seguir en una capital agobiante, lejos de mi tierra, con horarios de trabajo enloquecedores, enriqueciendo a un casero perversos y compartiendo piso como un estudiante. De querida madre.
Bueno, era un desahogo. La verdad es que tengo los bemoles hinchados de esta ciudad y de mi actual ritmo de trabajo, y me siento frustrado por la poca seriedad de la gente que juega así con tus expectativas como si nada.
En las vacaciones de navidad acompañé un día a mi tío (con el que trabajé antes de sacarme la carrera) a hacer una chapucilla, dado que mi primo cayó enfermo. Resulta que la chapuza era en una pequeña empresa de consultoría de relaciones públicas y laborales, en la capital de la provincia donde crecí, ciudad en la que hice el bachillerato y estuve rondando algunos meses más.
Hablando con el jefecillo de la empresa, me permito el lujo de hacerle algunas observaciones y preguntas técnicas que lo dejan algo trastocado, ya luego le explico que yo trabajo realmente en una empresa grande en tareas de ese tipo. En fin, que todo bien, el tipo muy simpático, cambiamos teléfonos y adios muy buenas.
A final de enero el tipo me llama y me comenta que tienen una vacante y que si quiero que le mande el CV. Ok, lo mando y a los 3 días me pide que me acerque a esa ciudad a hablar con él algún sábado (trabajo de lunes a viernes en Madrid). Llega el sábado y el tipo me presenta una propuesta más o menos interesante, pero perdiendo demasiado sueldo respecto a mi curro actual. En fin, ajustamos un poco el salario al alza (hasta 2/3 del actual) y negocio las tardes de viernes libres (contrato de 35 horas). Quedamos en que me incorporo en abril o en mayo, y en este tiempo me ha estado mandando cosas para irme leyendo y haciéndome al nuevo trabajo.
Era EL PLANAZO: trabajo tranquilo, de cuello blanco, con horarios normales, gente al cargo y un sueldo decente. Vivir en una ciudad que ya conozco y en la que tengo contactos, una ciudad pequeña, segura, manejable. Vivir de alquiler yo solo y a precio de chiste (200 euros y facturas) en un piso propiedad de unos parientes, viejo (heredado y sólo lo alquilarían a alguien de mucha confianza) pero en buena zona, a unos 5 minutos andando del trabajo. Centro deportivo con piscina a 10 minutos de casa. Mi pueblo a 35 kilómetros, con el huerto y las chapucillas varias para pasar el rato.
Básicamente, la reducción de sueldo era compensada de sobra por otros aspectos, e incluso en el económico, el menor coste de la vida hacía que casi me saliese hasta más rentable. Ya tenía mis planes, sustituto para mi habitación en Madrid y estaba a punto de avisar en el curro.
Pero jorobar, era demasiado bonito para ser cierto. Ayer me llama el notas del jefe de la empresa y me dice que les ha fallado un proyecto y la carga de trabajo de otros dos, y que por el momento no sería posible mantener las condiciones. Que entraba de subordinado submileurista con una falsa media jornada el mes que viene, y luego "por supuesto que se consideraría un ascenso al cabo de un tiempo".
Me ha olido demasiado a cachondeo y a que se les ha cruzado otro candidato al que había que enchufar por narices, o que es gente poco seria con su planificación (lo cual hace desconfiar incluso más). Cuando le he dicho que esas no eran las condiciones que habíamos pactado y que la nueva oferta no me convencía, lo he notado molesto, como si diera por supuesto que me iba a incorporar a cualquier precio. jorobar que ya estaba renunciando bastante, cruzar la frontera de los 1500 tampoco es para tanto.
Pues todavía me dice que me da dos días para pensarlo en plan ultimatum, y yo le he dicho que no hacía falta, que lo tenía muy claro y que si en los próximos meses pueden ofrecerme las condiciones iniciales me vuelvan a llamar. Cosa que me imagino que no va a suceder, porque he visto al tipo herido en su orgullo.
Pues nada, a seguir en una capital agobiante, lejos de mi tierra, con horarios de trabajo enloquecedores, enriqueciendo a un casero perversos y compartiendo piso como un estudiante. De querida madre.
Bueno, era un desahogo. La verdad es que tengo los bemoles hinchados de esta ciudad y de mi actual ritmo de trabajo, y me siento frustrado por la poca seriedad de la gente que juega así con tus expectativas como si nada.