El 27 de Enero de 1993, por la mañana y temprano, dos apicultores de Llombai (Valencia) se disponían a "ver" sus colmenas una fría mañana de Enero... y decimos a "ver", porque que sepamos en pleno invierno las abejas no están para hacer/ofrecer mucha miel. A partir de entonces, el resto es historia, "historia oficial": José Sala y Gabriel Aquino, los dos apicultores, descubrieron "casualmente" la fosa con los cuerpos semienterrados de las niñas de Alcàsser, avisaron al puesto más cercano de la guardia civil, esperaron un buen rato a que un "equipo especializado" (en realidad un grupo de la brigada de atracos) subiera hasta la fosa, se encontró (también "casualmente") el "famoso papelito" con el nombre de Anglés, al que van a buscar y presuntamente "escapa" etc. etc. y también ("casualmente") se pusieron trabas a que el forense independiente, doctor Frontela, acudiera a la primera autopsia con los forenses "oficiales"... pero de eso ya hablaremos en una próxima carta. Así, los dos descubrimientos más importantes del caso Alcàsser (encontrar los cuerpos de las niñas y la identidad del asesino por un "papelito" igualmente encontrado casualmente en los alrededores) sucedió cuando unos apicultores deciden caprichosamente ir de "excursión" a ver sus colmenas y mientras Fernando García está a miles de kilómetros de Valencia y los miembros de la UCO están, también, de viaje...
Un día antes (el 26 de Enero) desde el Ministerio del Interior se decidió que al día siguiente, esto es, el 27 de Enero, se tenía que marchar el equipo de guardia civiles que integraban el primer contingente de la UCO (Unidad Central Operativa) que hasta ese momento había colaborado con la guardia civil de Valencia en la búsqueda de las niñas. Para ese día, 27 de Enero, estaba previsto que partiera desde Madrid hacia Valencia otro equipo de la UCO para sustituir al que marchaba. Así, hubo un lapso de tiempo de entre 8 a 16 horas en el que no se encontraba ningún equipo de la UCO en Valencia.
Incomprensiblemente, se decidió desde Madrid que no era necesario que el primer equipo esperara a la llegada de su relevo para informarle y poner al corriente de la investigación hasta la fecha.
Si alguien quiere seguir tragando esas "casualidades" como fruto del azar, allá cada cual con su conciencia: cada uno es libre de creerse lo que quiera, pero, por favor, que ningún poder político, policial, mediático o judicial nos diga lo que tenemos que creer.
Un saludo.