Sé de varios casos que perdieron el puesto en la AGE.
No suele ser lo normal, pero pasar, pasa.
Pero es que la gente suele pensar que lo que no ve no existe.
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Sé de varios casos que perdieron el puesto en la AGE.
No suele ser lo normal, pero pasar, pasa.
Vamos: que concatenó licencias y bajas sin tener intención de incorporarse y después se pasó a la privada con toda la cara sin tener derecho a la compatibilidad... y seguro que cobrando mientras tanto de la Administración.
Suelen ser mujeres las que tienen este comportamiento. Ya he comentado que conocí a una que se pillaba unas bajas por depresión de querida progenitora y que solía faltar los lunes (porque el domingo se había ido con sus padres al campo y había llegado muy cansada). El chollo le duró hasta que le tocaron el dinero y le comenzaron a pedir partes de baja. Entonces dejó de cogerse bajas pero se las apañó para buscarse una incapacidad permanente por depresión y vivir desde entonces de la pensión.
Estoy por jugarme que ésta de La Rioja entró en la Administración casi por enchufe. Nadie es tan simple de jugarse algo que le ha costado conseguir por hacer el simple.
Veremos más casos??
No tengo nada contra los funcionarios (salvo los "digitales"), pero qué habrá hecho para que la sancionen de esa manera... Cagarse en la silla del jefe me parece poco.
No manipules, se trata de un expediente disciplinario.
Las cosas absurdas, en tanto que extravagantes, llevan a situaciones irracionales y arbitrarias. Ni los propios funcionarios pueden negar que el alejamiento de su “status” de la vida real tiende a aumentar en progresión aritmética.
La realidad no es más que una cuerda que se va tensando en un sentido o en otro, pero como esta cuerda/realidad – en el caso que nos ocupa – sólo se tensa por un lado: irremediablemente se acabará rompiendo.
Interesaría al propio cuerpo funcionarial ir renunciando voluntariamente a estas prebendas (me refiero básicamente a que las inacciones, irresponsabilidades y faltas no tengan consecuencias) para al menos asegurarse el puesto.
En caso contrario (y es a donde vamos) acabarán sin nada: sin prebendas y sin puesto.
No estoy en contra de los funcionarios: estoy en contra de sus privilegios.
En todas partes me parece a mi que el trabajar para el Estado es un privilegio. Asli, por ejemplo, se considera un privilegio que en España la media salarial de los funcionarios seal un 40% superior a la del resto de trabajadores, lo que en mi opinión es fruto de una distribución laboral distinta de unos respecto a otros, sin embargo, me encuentro en la wikipedia que en EEUU esa diferencia se eleva al 70% respecto al personal del gobierno federal.
De cualquier forma, muchos de esos supuestos privilegios los tienen también muchos convenios colectivos, lo que hace que dejen de ser privilegios.
Bonito eufemismo para señalar las diferencias entre unos y otros. Son los propios funcionarios quienes deberían denunciar a los vagos entre sus filas y no optar por el corporativismo fácil. Créame: la realidad es muy tozuda y las situaciones injustificables no duran mucho tiempo.