Va un hombre conduciendo por una carretera perdida a altas horas de la madrugada cuando se le pincha una rueda.
El hombre sale del coche, busca el gato para cambiar la rueda y se da cuenta de que no lo lleva. Desesperado empieza a mirar a su alrededor y a lo lejos ve la luz encendida de una casa.
Aliviado empieza a andar hacia la casa
- Uff, menos mal que hay una casa, les pediré si me dejan un gato para poder cambiar la rueda del coche.
- Es un poco tarde, pero es la única opción que veo.
- La verdad es que es bastante tarde, seguro que les asusto cuando llame a la puerta
- ¡jorobar! a estas horas me van a mirar con mala cara por llamarles a la puerta
- ¡Bueno, shishi! pero yo no puedo cambiar la rueda si alguien no me deja un gato, aunque se enfaden conmigo tendré que hacer de tripas corazón
- La verdad es que seguro que me mandan a la cosa por molestarles y espera que no me suelten los perros o llamen a la polícia
Llega a la casa, llama al timbre y le abre la puerta una dulce viejecita
- ¿Qué desea?
- Que sabe qué le digo, que el gato se lo puede meter por el ojo ciego