AmericanSamoa
パシフィック
Como algún usuario sabe, hace un tiempo la Guardia Nacional Sanchista me detuvo en la estación de trenes de Valencia por negarme a bajar del tren por no llevar el cubreboca puesto. Para resumir mucho, acabé en un calabozo siendo torturado hasta casi asesinarme; por exagerado que suene, me aplastaron en el suelo entre varios, en un cuartito minúsculo (el único que hay en los calabozos donde esta "gente" es libre de hacer daño, al no haber cámara ahí dentro) donde procedieron a pisarme entre varios, espalda, pescuezo y cabeza, durante un rato, estrangulándome los brazos y asegurándose de que no pudiese pasar aire por mi garganta, ni gritar de dolor. En un momento ya hacía rato que no podía respirar de ninguna forma y cerca estuve de quedarme ahí. Soltaron el pie en el último segundo. Prometo no haber exagerado ni un milímetro.
Mi versión de los hechos es que me negué a bajar y opuse resistencia para salir (nunca violenta; sólo me negué fuertemente a ser sacado del vagón por los agentes) y me negué a ser identificado, cos que lograron robándome la mochila y hostiándome en el suelo de la estación (también en un cuarto, porque estas cosas se cuidan de hacerlas en público) a la vista del personal de RENFE/ADIF). Emplearon la violencia desde el principio hasta el final.
El primer abogado que me asignaron se negó a llevar mi caso que le generaba conflicto profesional estar casado con una agente (si es así, ¿qué haces trabajando como abogado?). Me miró con cara de lástima, habló conmigo un poco y desapareció. La agente de la Municipal (por no sé qué motivo, declaré ante la municipal) ni se inmutaba cuando le dije lo que me acababan de hacer.
Después de tenerme toda la noche en el calabozo encerrado, dándome comida halal (porque a los pagapensioness que hay en las celdas no se atreven a tocarles ni un pelo, y eso que estaban ahí gritando y tirando toda la cosa posible al suelo, lanzando la comida contra las rejas), al día siguiente aparece mi otra "abogada", ya en el edificio del juzgado, al otro lado del cristal (como si yo fuese Hannibal Lecter). La hija de la gran fruta, en todo momento, tranquila y serena, sonriente, viéndome totalmente magullado, esposado, sin apenas moverme. Se puso en modo robot a leerme no sé qué (algo que no era interesante), y se negó a preguntarme nada. No le interesaba mi caso lo más mínimo. Empezó a tratarme como si le molestase que le hiciese preguntas, a hablarme mal, y se puso rígida cuando entró la "juez", otra fulastre, un poco más amable que la otra, pero que tampoco movió un músculo de su bigote al ver mi situación y al escucharme hablar.
La cuestión es que, delante de ella y de otro juez, y delante de la "abogada" (que me empezó a preguntar si estoy en tratamiento psiquiátrico o psicológico, si me drogo, etc.) testifiqué todo esto y me soltaron.
Año y medio después, aparece mi "abogada" diciéndome por correo electrónico lo siguiente:
O sea: nada. Adjunta un PDF del auto, lleno de faltas otrográficas graves donde aprovechan para acusarme de que, en el cuartito de la estación (donde entré completamente contra mi voluntad, a la fuerza siendo forzado entre varios agentes). En el auto afirman que yo agredí gravemente no a uno, sino hasta a TRES agentes. No sé en qué momento ni de qué forma, pero ellos inventan eso.
Uno de ellos afirma haber estado de baja 467 días, y le calculo haber robado, gracias a mí, 25.000€. Veinticinco mil euros extra por haber contribuido a cazar a un negacionista.
Resumen:
La dictadura de la PSOE no tiene que dar ninguna prueba ni explicación de nada para atacar a los ciudadanos que salen del redil.
Imagino que en algún momento, algún país me venderá a la mafia y me acabarán cepillando por orden de la PSOE. No lo sé. Nunca viví esta situación.
Mi versión de los hechos es que me negué a bajar y opuse resistencia para salir (nunca violenta; sólo me negué fuertemente a ser sacado del vagón por los agentes) y me negué a ser identificado, cos que lograron robándome la mochila y hostiándome en el suelo de la estación (también en un cuarto, porque estas cosas se cuidan de hacerlas en público) a la vista del personal de RENFE/ADIF). Emplearon la violencia desde el principio hasta el final.
El primer abogado que me asignaron se negó a llevar mi caso que le generaba conflicto profesional estar casado con una agente (si es así, ¿qué haces trabajando como abogado?). Me miró con cara de lástima, habló conmigo un poco y desapareció. La agente de la Municipal (por no sé qué motivo, declaré ante la municipal) ni se inmutaba cuando le dije lo que me acababan de hacer.
Después de tenerme toda la noche en el calabozo encerrado, dándome comida halal (porque a los pagapensioness que hay en las celdas no se atreven a tocarles ni un pelo, y eso que estaban ahí gritando y tirando toda la cosa posible al suelo, lanzando la comida contra las rejas), al día siguiente aparece mi otra "abogada", ya en el edificio del juzgado, al otro lado del cristal (como si yo fuese Hannibal Lecter). La hija de la gran fruta, en todo momento, tranquila y serena, sonriente, viéndome totalmente magullado, esposado, sin apenas moverme. Se puso en modo robot a leerme no sé qué (algo que no era interesante), y se negó a preguntarme nada. No le interesaba mi caso lo más mínimo. Empezó a tratarme como si le molestase que le hiciese preguntas, a hablarme mal, y se puso rígida cuando entró la "juez", otra fulastre, un poco más amable que la otra, pero que tampoco movió un músculo de su bigote al ver mi situación y al escucharme hablar.
La cuestión es que, delante de ella y de otro juez, y delante de la "abogada" (que me empezó a preguntar si estoy en tratamiento psiquiátrico o psicológico, si me drogo, etc.) testifiqué todo esto y me soltaron.
Año y medio después, aparece mi "abogada" diciéndome por correo electrónico lo siguiente:
O sea: nada. Adjunta un PDF del auto, lleno de faltas otrográficas graves donde aprovechan para acusarme de que, en el cuartito de la estación (donde entré completamente contra mi voluntad, a la fuerza siendo forzado entre varios agentes). En el auto afirman que yo agredí gravemente no a uno, sino hasta a TRES agentes. No sé en qué momento ni de qué forma, pero ellos inventan eso.
Uno de ellos afirma haber estado de baja 467 días, y le calculo haber robado, gracias a mí, 25.000€. Veinticinco mil euros extra por haber contribuido a cazar a un negacionista.
Resumen:
- Me sacan a la fuerza del tren por no ponerme el cubreboca.
- En el cuartito de ADIF me hostian, sujeto de pies y brazos (en todo momento), para requisarme la documentación que me negaba a dar.
- Me sacan, sujeto de pies y brazos, hasta el vehículo de la GNS.
- Los agentes me dejan en el coche, esposado, sin poder moverme ni un milímetro (porque moverme implicaba herirme las muñecas) dentro del coche durante DOS horas al sol mientras se tomaban un café. En el coche con los cristales tintados, sin oxígeno, durante DOS horas, calentándome al sol.
- Después de DOS horas me llevan al calabozo, donde me obligan a desnudarme y me torturan, ante mi negativa a cooperar, hasta casi asesinarme.
- La "abogada" que me asignan pasa de todo durante todo este tiempo, no desea tener contacto conmigo de ningún tipo, y sólo se limita a reenviarme un PDF donde me hacen saber que casi mato a tres agentes.
- Hoy van al domicilio de mi familia a buscarme y les informan que tengo una orden de Interpol.
La dictadura de la PSOE no tiene que dar ninguna prueba ni explicación de nada para atacar a los ciudadanos que salen del redil.
Imagino que en algún momento, algún país me venderá a la mafia y me acabarán cepillando por orden de la PSOE. No lo sé. Nunca viví esta situación.
