+18 Algo pasa con la ofensiva rusa está atascada y sufriendo muchas perdidas. ¡¡¡empiezan a escasear los LADAs!!! vol. V

Ríete de lo de la catapulta, pero recuerdo haber leído hace mucho, que en la segunda guerra mundial ya tiraron a un montón de soldados desde aviones sin paracaídas sobre la nieve. A ver si alguien puede aclarar si este hecho fue cierto o es solo una leyenda.
Si es verdad. Por supuesto fue una idea de... rusia quienes sino... y fue un fracaso. Utilizaban unos aviones muy antiguos y lentos el tb3 y las tropas se lanzaban sin paracas sobre la nieve eso si, volando a velocidades de muy "bajas" a 150km/h o por ahí y volando apenas a ras de suelo... el resultado? La mitad se reventaban y el que menos daba con una piedra y muerto. Otros se rompian las piernas... ya os he dicho que los rusos son iluso?
 
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Aqui un tb3 con soldados cogidos a las alas. Estos por la altura llevan paracas.
Lógico. Los que saltaban que he contado antes, no llevaban. Saltaban a pelo asi del palo iluso. Claro que 80 años después van en carritos de golf.... nada más que añadir....
Seguramente debe haber mas info del tb3 y el circo de saltarines rusos en google.
 
Ver archivo adjunto 1866694
Aqui un tb3 con soldados cogidos a las alas. Estos por la altura llevan paracas.
Lógico. Los que saltaban que he contado antes, no llevaban. Saltaban a pelo asi del palo iluso. Claro que 80 años después van en carritos de golf.... nada más que añadir....
Seguramente debe haber mas info del tb3 y el circo de saltarines rusos en google.

Lo mismo pero con el padrecito Stalin (minuto exacto)

 
Ríete de lo de la catapulta, pero recuerdo haber leído hace mucho, que en la segunda guerra mundial ya tiraron a un montón de soldados desde aviones sin paracaídas sobre la nieve. A ver si alguien puede aclarar si este hecho fue cierto o es solo una leyenda.

Eso ni idea, si que hubo una anécdota de un tripulante de un bombardero británico que sobrevivió a una caida al partirse el avión en el aire por la AA y caer sin paracaidas en un ventisquero con varios metros de nieve acumulada, lo describían como algo parecido a las caidas del coyote y el correcaminos. meparto:

De hecho el tipo estuvo en manos de la Gestapo porque no se creían la historia de la caida del avión y pensaban que era algún intento de infiltrar un espía aunque al final lo declararon prisionero de guerra.-

Editado. La historia del tipo. Supuestamente cayó desde 18.000 pies (más de 5.000 metros) roto2

 
Ver archivo adjunto 1866694
Aqui un tb3 con soldados cogidos a las alas. Estos por la altura llevan paracas.
Lógico. Los que saltaban que he contado antes, no llevaban. Saltaban a pelo asi del palo iluso. Claro que 80 años después van en carritos de golf.... nada más que añadir....
Seguramente debe haber mas info del tb3 y el circo de saltarines rusos en google.
si solo hay que ver los videos de rusadas en youtube.
 
Eso ni idea, si que hubo una anécdota de un tripulante de un bombardero británico que sobrevivió a una caida al partirse el avión en el aire por la AA y caer sin paracaidas en un ventisquero con varios metros de nieve acumulada, lo describían como algo parecido a las caidas del coyote y el correcaminos. meparto:
De hecho el tipo estuvo en manos de la Gestapo porque no se creían la historia de la caida del avión y pensaban que era algún intento de infiltrar un espía aunque al final lo declararon prisionero de guerra.-
Editado. La historia del tipo. Supuestamente cayó desde 18.000 pies (más de 5.000 metros) roto2
El record de caída libre desde un avión es de una... azafata!!
Vesna Vulović
Fue la única superviviente del vuelo 367 de JAT el 26 de enero de 1972, en el que una bomba de maletín explotó en el compartimento del equipaje, causando que se estrellara cerca de Srbská Kamenice, Checoslovaquia. Las autoridades yugoslavas sospecharon que nacionalistas croatas fueron responsables, pero nadie fue arrestado.
Después del atentado, Vulović pasó días en coma y fue hospitalizada durante varios meses. Sufrió fractura de cráneo, tres vértebras rotas, sus piernas y pelvis fracturadas, y varias costillas rotas. Estas lesiones le provocaron parálisis temporal de la cintura para abajo. Se recuperó casi por completo, pero siguió caminando con una cojera por el resto de su vida.
).

No viene en la wiki pero si no recuerdo mal tuvo la suerte de caer en una ladera muy inclinada de una montaña nevada y así fue amortiguando el golpe al deslizarse por la nieve.
 
En el quinto mensaje de este hilo he puesto una explicación de como actúa la propaganda rusa a sueldo y los fulastres que repiten la propaganda rusa sin cobrar ni un céntimo. Lo vuelvo a poner aquí:


La propaganda rusa usa métodos muy diversos pero por fortuna muy simples. Esto permite explicarla de forma breve y fácil para que no os engañen:

1º La gente no tenemos tiempo ni energía para analizar la noticia de forma totalmente crítica. Tomamos atajos. Somos mucho menos objetivos de lo que imaginamos. Esto permite al agente ruso presentar "verdades" sin contexto y sin coherencia que deberían disparar todas las alarmas en nosotros, pero no lo hacen.

2º Sobresaturar todos los medios de idioteces y contradicciones provoca que a la gente nos resulte aún más difícil discernir la verdad. Hasta que finalmente ya ni lo intentamos y empezamos a aceptar lo que se nos cuenta.

3º Las primeras impresiones nos marcan. Por eso el mensaje ruso esta en todas partes a la vez (twitter, facebook, etc.) y además es continuo, rápido y repetitivo: para que de esa manera sea lo primero que nos llegue y nos deje marca.

4º Los mensajes son distintos. Las audiencias son diferentes y requieren mensajes diferentes. Luego pondré un ejemplo.

5º Las teorías de la conspiración son una parte de la propaganda rusa porque satisfacen el narcisismo intelectual de la gente que necesitan creerse más listos que los demás. No son la parte principal, pero si son una parte.

6º El objetivo es dominar el espacio de información para formar las opiniones y emociones del público. Y por tanto poder moldear el entorno político del oponente.

7º Lo mismo que un ejército no tiene que dar de baja de la suscripción de la vida a todos los enemigos para ganar, la propaganda no necesita convencer a todos para lograr sus objetivos.

8º El mensaje ruso primero se pone en marcha por parte de gente a sueldo. Y a continuación miles de simples se lo creen a pies juntillas, lo pregonan por todas partes, e incluso insultan al que intenta razonar con ellos. Y todo esto lo hacen sin cobrar ni un céntimo de Moscú; porque son simples.

9º Pasemos a la parte de los ejemplos concretos. La propaganda rusa hay que analizarla siempre desde el punto de vista del efecto que buscan lograr, porque solo entonces cobra sentido lo que están haciendo los rusos. Pongamos el ejemplo de como actúa la propaganda rusa contra nosotros, los europeos, los máximos valedores de Ucrania.

Entre los europeos que quieren ayudar a Ucrania, la mayoría se pueden colocar en dos grupos: los del vaso medio lleno y medio vacío.

A unos se les bombardea con mensajes omnipresentes, continuos y repetitivos:
-"rusia nos supera por 10 a 1 en munición; los ucras de avdiivka han huido descuartizados por la artillería rusa"
-"el sur son fortificaciones de decenas de kilómetros de profundidad y el sureste es una mezcla de barrizal, terreno urbano, presas y canales; así que nunca podremos recuperar ucrania"
-"la guerra lleva ya dos años y los rusos van a seguir porque Rusia está repleta de desgraciados a los que pueden reclutar"
-"nunca podremos fabricar suficiente munición para que Ucrania gane"
-etc.

A otros también se les bombardea con mensajes omnipresentes, continuos y repetitivos. Pero a estos de otra cuerda distinta porque son una audiencia distinta:
-"los rusos son intrínsecamente incapaces de aprender nada"
-"las armas rusas son todas una chatarra"
-"la economía rusa ya está colapsada"
-"los almacenes de armas rusos ya están casi vacíos"
-etc.

A la propaganda rusa no le interesa el contexto ni la coherencia porque ni uno ni otro le sirve para sus fines. Lo que busca la propaganda rusa es repetir 1000 veces el mismo tipo de mensaje en todos los medios posibles. De esa manera graban las opiniones y emociones que les permiten lograr un efecto político concreto: que los que estaban a favor de dar armas urgentes a Ucrania ahora ya no lo estén. Unos porque piensan que Rusia es demasiado fuerte y por tanto es mejor que busquemos la negociación aunque suponga perder parte de Ucrania. Y otros porque piensan que Rusia es tan patéticamente débil, que es que es imposible no estallar de risa cuando alguien dice que pueden ganar, y por tanto no hay ninguna prioridad en dar armas a Ucrania para librar una guerra que los ucras ya habían ganado antes de empezar.
 
Los que escriben en este hilo mayormente son o trolls a sueldo de Moscú o fulastres que repiten la propaganda rusa sin cobrar un céntimo.

Pego aquí una pieza de información sobre la realidad de la situación. Recomiendo clickar en el enlace y leerlo entero:

 


En estos tiempos oscuros parece que la palabra «verdad» se ha convertido en un arcaísmo. Un buen ejemplo de ello es la guerra de Ucrania, sobre la que la clase político-mediática se ha pasado practicando su especialidad —mentir— durante dos años.

Como hemos venido defendiendo desde un principio (y como ya debería ser evidente hasta para un periodista), ésta nunca fue una guerra entre Ucrania y Rusia, sino un conflicto entre EEUU y Rusia que tenía lugar sobre suelo ucraniano, en el que EEUU ponía el dinero y Ucrania los muertos. Europa, mientras, se convertía en la víctima colateral económica por el servilismo de la UE hacia los intereses yanquis.

En el mismo sentido, las razones reales de la guerra nunca tuvieron nada que ver con una utópica defensa del débil o de los ideales de libertad y democracia (¿en Ucrania?), sino con el poco agraciado interés geopolítico norteamericano de erosionar a Rusia. No lo digo yo, sino varios senadores norteamericanos que lo reconocieron hace unos meses[1] al afirmar sin empacho que la ayuda militar a Ucrania había sido «la mejor inversión para la seguridad de EEUU de la historia[2]», pues habiendo invertido «sólo un 3% del presupuesto militar anual hemos conseguido degradar el ejército ruso en un 50% sin perder una sola vida americana[3]». Aun errando en los números (a fin de cuentas sólo son políticos), las escandalosas declaraciones de estos senadores ponen de manifiesto que Occidente no sólo ha perdido el juicio, sino también el alma: para el gobierno norteamericano sólo tienen valor las vidas americanas (o peor aún, el impacto electoral de la pérdida de vidas americanas), pero los cientos de miles de vidas ucranianas perdidas para lograr nada son «una buena inversión», unos meros peones sacrificados en el tablero de ajedrez con la esperanza de debilitar temporalmente al adversario. ¿Estos son los valores que Occidente afirma defender?

Una guerra provocada y alargada por EEUU y sus socios
Contra toda evidencia, la consigna occidental insistía en calificar como «no provocada» la oleada turística rusa. En realidad, EEUU había estado provocando a Rusia con las sucesivas anexiones de la OTAN y, en especial, con la iniciativa de incorporar a Georgia y Ucrania, aprobada en la Cumbre de la OTAN de Bucarest en 2008 a pesar de que el propio embajador de EEUU en Moscú, William Burns (hoy director de la CIA) había hecho saber que la incorporación de Ucrania era «la más roja de las líneas rojas» no sólo para pilinguin, sino para toda la clase dirigente rusa: «Durante más de dos años de conversaciones con las principales figuras políticas rusas, desde los mayores defensores de una línea dura en el Kremlin hasta los más acerbos críticos de pilinguin, no he encontrado a nadie que no considerara la pertenencia de Ucrania a la OTAN como un desafío directo a los intereses de Rusia[4]».

Seis años después, en 2014, EEUU apoyó un golpe de Estado contra el presidente ucraniano democráticamente elegido y, tras colocar a un gobierno afín, animó a Ucrania a no respetar los Acuerdos de Minsk, acuerdos que, para más inri, la excanciller Merkel sugeriría años más tarde que no fueron más que un engaño a Rusia «para ganar tiempo» y rearmar a Ucrania[5].

Desde este golpe de Estado del 2014, la OTAN había estado entrenando y armando al ejército ucraniano (un país no miembro), que amenazaba cronificar el conflicto civil en el Este del país (que hasta enero de 2022 había provocado 14.000 muertos[6] y ni un solo titular en Occidente) y recuperar Crimea, sede de la única base naval en mares cálidos de Rusia. A ojos rusos, por tanto, la oleada turística se consideró un ataque preventivo ante una amenaza existencial para disuadir a los ucranianos de buscar la confrontación, garantizar su neutralidad y asegurar la implementación de los Acuerdos de Minsk. Rusia preveía un conflicto de pocos días o semanas (como el de Georgia en 2008), seguido de una rápida negociación y de un acuerdo como el que estuvieron a punto de suscribir en Turquía en abril del 2022, cuando todavía apenas había bajas por ambos bandos.

Sin embargo, cuando Ucrania estaba a punto de firmar dicho acuerdo, EEUU y Reino Unido decidieron torpedearlo para desgastar a Rusia, como confirmaron sucesivamente el ex primer ministro israelí[7] y el ministro de Exteriores turco (las negociaciones se habían llevado a cabo en Turquía). Con toda razón, el general alemán retirado Harald Kujat, antiguo jefe de Estado Mayor del Ejército alemán y expresidente del Comité Militar de la OTAN (CMC), ha sido rotundo al afirmar que «todos los muertos ucranianos y rusos desde el 9 de abril de 2022 se deben a que [Occidente] impidió a Ucrania firmar un tratado de paz con Rusia[8]». No lo olviden.

Los dos pilares de la propaganda occidental
El relato falaz sobre la guerra de Ucrania se ha apoyado en dos pilares. El primero es la penosa imagen que en Occidente tenemos de pilinguin, imagen que nunca tuvimos de ningún líder soviético. ¿Y por qué precisamente de pilinguin, entre tantos otros yonquis del poder psicopáticos que pululan por ahí, de Oriente a Occidente? La respuesta estriba en que, más allá del escalofrío que provoca el personaje, estamos ante una exitosa campaña de demonización de la propaganda anglosajona, que ha logrado hacer olvidar, por ejemplo, la presencia de Rusia en el G-8, las amigables risas entre pilinguin y Obama en el G-20 del 2012[9], o la forma en que Bill Clinton describía al autócrata ruso en 2013 como una persona «muy inteligente» y un socio fiable. En efecto, preguntado por el entrevistador si se podía confiar en él a puerta cerrada, Clinton respondía: «Cumplió con su palabra en todos los acuerdos a los que llegamos»[10]. Por cierto, Clinton se refería al mandatario ruso educadamente como «Mr. pilinguin» mientras hoy Biden le califica de «loco me gusta la fruta[11]», un gran avance de la civilización.

El segundo pilar sobre el que se ha apoyado la propaganda occidental es el desconocimiento de la realidad rusa. Para Occidente, Rusia siempre ha sido un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma, como decía Churchill, y un ejemplo de ello es la reacción a las recientes elecciones en las que pilinguin habría sido reelegido por un supuesto 87% de los votos, inmediatamente tildadas de fraudulentas por Occidente.

Naturalmente, el fraude electoral es algo común en regímenes seudodemocráticos en la forma, pero autocráticos en el fondo, como es el caso de Rusia. Sin embargo, la pregunta es otra: ¿necesita realmente pilinguin cometer fraude para ganar las elecciones? Aquí nos enfrentamos a un dato incómodo, esto es, que pilinguin ha sido siempre muy popular en su país. Algunas de las causas de esta popularidad son espurias, como el férreo control que el gobierno ruso ejerce sobre los medios de comunicación, el culto a la personalidad sobre la figura del presidente o la inexistencia (o supresión) de personalidades opositoras relevantes. Pero además de estas desvirtuaciones propias de un régimen represivo, existen otras causas objetivas que también justificarían la popularidad de pilinguin en circunstancias más normales, y resulta crucial entenderlas sin que las emociones (manipuladas) nos nublen el entendimiento (ver Anexo).

La derrota estratégica de la OTAN
En mi anterior artículo analizaba la situación bélica en el frente y la acelerada derrota de Ucrania, que ya en febrero de 2023 este blog tildaba de «inevitable»[12] en contra de la opinión general. Ahora querría analizar las profundas consecuencias estratégicas que, en mi opinión, tendrá la guerra, para detrimento de Occidente.

La decisión de la OTAN de apoyar masivamente el esfuerzo ucraniano siempre tuvo como objetivo crear una herida a Rusia por la que sangrara durante un tiempo, pero era éste un objetivo táctico y cortoplacista. También se creyó que el conflicto socavaría el apoyo popular a pilinguin e incluso llegó a soñar con un cambio de régimen, una especialidad de la política exterior norteamericana. Asimismo, se creyó que las sanciones adoptadas bajo la coartada de la guerra causarían una debacle en Rusia.

Sin embargo, todo este voluntarismo sólo ponía de manifiesto, una vez más, que en EEUU faltan verdaderos estrategas y sobran aprendices de brujo. Que un país tan rico y enriquecedor (y cuya Constitución creó el mejor experimento de libertad de la Historia) tenga gobiernos que adolezcan de una dificultad genética para comprender (y respetar) cómo funciona el mundo más allá de sus fronteras siempre me ha sorprendido. Desde luego, la arrogancia no ayuda, y cuando a la arrogancia se suma la ignorancia el resultado es el desastre.

Así, ninguno de los objetivos de EEUU se ha cumplido. En primer lugar, el apoyo popular a pilinguin se ha robustecido y no se vislumbra cambio de régimen alguno. Es más: puede que el cambio de régimen llegue antes a EEUU (con Trump) que a Rusia.

En segundo lugar, las sanciones de USA (United Sanctions of America) no han quebrado la economía rusa sino la europea, con la complicidad de la inepta burocracia de la UE. El coste de la energía para uso doméstico e industrial se ha multiplicado y las empresas europeas se han visto obligadas a vender sus activos en Rusia a precios de saldo asumiendo enormes pérdidas. Tras un período de adaptación, Rusia y sus recursos naturales acabarán en manos de Oriente.

En tercer lugar, el carácter abusivo e ilegal de algunas de estas sanciones, como la congelación de las reservas exteriores rusas, no ha dañado de forma significativa a Rusia a corto plazo, pero ha provocado sin embargo la irritación y hartazgo del resto del mundo, que, una vez más, ve que el orden mundial anglosajón se basa en unas reglas que sólo se aplican para los demás: «Las reglas son para ti, no para mí». Sin duda, quebrar los principios más básicos de la confianza recíproca entre países tendrá consecuencias a largo plazo en detrimento del dólar, moneda del país deudor por excelencia y cuya naturaleza de reserva mundial tiene sus días contados (pregúntenle al BRICS). Probablemente, éste sea el mayor error autoinfligido de EEUU de toda su historia: Oriente (o sea, el 83% del planeta que no es Occidente) se ha dado cuenta de que el gigante norteamericano se apoya en unos pies de barro, esto es, en el dólar, y le ha declarado la guerra. La duración de la misma es incierta; el resultado, no.

En cuarto lugar, la masiva implicación de la OTAN y su triunfalista campaña de propaganda, prematura e imprudente, ha creado a la postre una imagen de impotencia de la propia organización y, por ende, de EEUU. De hecho, la rapidez de adaptación del ejército ruso tras sus reveses iniciales, su paradigmático éxito en defensa estática y dos años de durísimo conflicto contra un durísimo enemigo le han convertido en el ejército más entrenado del mundo. A pesar del alto precio que ha pagado, lejos de quedar acomplejado (como les ocurrió con su retirada de Afganistán en 1989), la guerra de Ucrania le ha hecho ganar confianza y probablemente sea hoy un rival más temible que hace dos años.
 
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