Manifestacion feminista en Bilbao

Espartano27

Madmaxista
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Era una noche fría y brumosa en la ciudad de Bilbao, y yo, un simple investigador de lo oculto, me encontraba atrapado en medio de una pesadilla. Una ola de terror feminista se había apoderado de las calles, y yo, aterrorizado, intentaba sobrevivir en medio de la locura.

La ciudad, una vez hogar de una cultura rica y diversa, había caído en manos de un culto de fanáticos que habían jurado acabar con todo rastro de masculinidad. Sus líderes, un grupo de mujeres con ropas oscuras y rostros enmascarados, habían declarado que la ciudad era ahora un "espacio seguro" para mujeres y "aliados", y que cualquiera que no se adaptara a sus ideas sería expulsado o, peor aún, sacrificado en nombre de la "igualdad".

Mientras intentaba escapar de las calles iluminadas por antorchas, vi cómo a mi alrededor hombres eran perseguidos y capturados por las seguidoras del culto. Algunos fueron obligados a arrepentirse de sus "privilegios" y a aceptar una nueva identidad femenina. Otros, menos afortunados, fueron llevados a las entrañas de la ciudad para ser sacrificados en extraños rituales que, según se rumoreaba, buscaban invocar a una deidad antigua y terrible.

Me escondí en las sombras, intentando pasar desapercibido, pero sabía que era cuestión de tiempo antes de que me encontraran. Mientras esperaba, escuché sus cánticos y sus discursos furibundos, llenos de repruebo y resentimiento hacia todo lo que consideraban "opresor". El aire estaba cargado de una sensación de locura y terror, y sentí como mi propia cordura se tambaleaba bajo la presión de esta nueva y extraña realidad.

Al final, me encontraron. Rodeado por las seguidoras del culto, intenté huir, pero fue en vano. Me llevaron ante su líder, una mujer de ojos fríos y rostro asimétrico, que me miró con desprecio y me dijo: "Tu género y tu identidad son una construcción social, y tu lugar en esta nueva sociedad está por debajo de nosotras. Renuncia a tu privilegio, o enfrentarás las consecuencias".

Y así, en medio de la locura y el terror, mi historia terminó. Mi mente, ya dañada por los horrores que había visto, se desmoronó ante la posibilidad de una nueva vida bajo el dominio de esta secta feminista. Quedé atrapado en un cuerpo que ya no reconocía, en una ciudad que ya no era la que conocía, en medio de una pesadilla de la que no pude despertar.
Que alguien haga el texto por IA con la voz de friker como este

 

joeljoan

Alégrame el día
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Pero a está peña alguien les da trabajo???.....pq jorobar....cara al público espantan
 

inteño

Madmaxista
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Allí es más fácil porque sólo tienen que poner trapitos y pañuelitos morados a una tarde de marcha normal roto2
 

Billy Ray

Será en Octubre
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8 Ago 2010
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Aquello fue el final, para lo que me quede de vida en la superficie de la
tierra, de cualquier vestigio de equilibrio mental y confianza en la integridad
de la naturaleza y del espíritu del hombre. Nada de lo que podía haberme
imaginado –nada, incluso, de lo que podía haber deducido si hubiese dado
crédito al disparatado relato del viejo Zadok en su sentido más literal– se-
ría comparable a la realidad demoníaca y sacrílega que vi... o creí ver. He
tratado de dar a entender lo que era para aplazar el horror de describirlo
sin rodeos. ¿Es posible que este planeta haya engendrado realmente tales

criaturas, y que unos ojos humanos hayan visto de verdad, en carne y hueso,
lo que el género humano no ha conocido hasta ahora más que en febriles

ensueños y leyendas poco convincentes?
Y sin embargo, las vi en una interminable oleada –aleteando, dando
brincos, gruñendo, gimoteando– que surgía inhumanamente a través del
espectral claro de luna en una zarabanda grotesca y maligna de pesadilla
fantástica.
Y algunas llevaban altas tiaras de aquel innominado metal dora-
do blancuzco... y otras iban extrañamente vestidas... y había una, la que iba
en cabeza, que vestía una macabra capa negra que no conseguía ocultar su
joroba y unos pantalones a rayas, y llevaba un sombrero de fieltro que le
cubría el bulto informe que servía de cabeza...
Casi todas eran de un color verde grisáceo, aunque tenían el vientre blan-
co. Eran en su mayor parte de piel reluciente y resbaladiza, pero sus dor-
sos tenían protuberancias escamosas. Sus figuras recordaban vagamente al
antropoide, pero sus cabezas eran de pez, con enormes ojos saltones que
nunca se cerraban. A ambos lados del cuello les palpitaban agallas, y sus
grandes zarpas eran palmeadas. Brincaban de manera irregular, unas veces
erguidas, otras a cuatro patas. No sé por qué me alegré de que no tuvieran
más de cuatro extremidades. Sus voces eran una especie de gruñido o aulli-
do, pero indudablemente constituía un lenguaje articulado con todos los
enigmáticos matices de expresión que les faltaban a sus llamativos rostros.

La sombra sobre Insmouth, H.P.Lovecraft



Si sustituimos los complementos directos de este texto por feministas, o feministas radicales, obtendremos una aproximación realista a lo que se pudo ver en estas "manifestaciones".
 
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Orífero

Himbersor
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El tiempo del hombre llega a su fin. El tiempo del orco ha llegado.
El tiempo del orco llega a su fin. El tiempo del uruk hai ha llegado.
El tiempo del uruk hai llega a su fin. El tiempo de la feminista ha llegado.
El tiempo de la feminista... jorobar, no encuentro nada peor.