Hoy en dis lod hijos abandonan s los.padres
Hoy en día los padres a veces se merecen ese abandono. Siento mucho escribir así. Cuantos más años cumplo, más gracias le doy a la vida por los padres (progenitora y padre) que me han tocado. Sobre todo, doy gracias por mi padre. Para mi ha sido una figura importantísima, y de verdad que le adoro. Es un hombre excepcional y me ha hecho (junto con el resto de varones de mi familia) tener una opinión maravillosa sobre los hombres. Luego crecí, salí al mundo y vi que también había mucha miseria. Mi padre y mi progenitora se mataron a trabajar, sin necesidad de tener que hacerlo, madrugando cada día para ir a trabajos muy exigentes. Crecí admirando la volutad y el tesón de quienes, pudiendo vivir de rentas, mantenían una disciplina laboral y unas rutinas de obreros. Y aprendí, porque lo vi, que la clave para tener dinero no era heredar dinero o esperar un golpe de suerte. La clave para tener dinero es TRABAJAR y ganarlo. Y juntarte para formar una familia, con una persona que tenga tus mismos principios. Como hicieron ellos, mis padres.
Claro que hay padres que se sienten abandonados por sus hijos. Pero será porque les han educado mal, o porque no se han hecho ni querer ni respetar. Yo veo cada día, por desgracia, a padres (y madres, ojo) que son de pedrada. Mindundis, indigentes jovenlandesales, que tienen hijos con el único objeto, parece, de jorobarles la vida desde que nacen. Tú dale a un hijo un hogar estructurado, que reciba afecto y cariño y que lo vea entre sus padres. Dale unas bases sólidas de amor y disciplina. Edúcale con el ejemplo. Estate siempre para escucharle. No esperes a que te busque para contarte un problema, acércate tú a él antes. Dale siempre lo que necesite tener, incluso si quieres dale más (con mesura) y exígele en consecuencia. Insistele mil veces en que la única manera de ser libre es siendo una persona formada y que no se esclaviza con vicios (alcohol, drojas... ). Ponle delante de las narices, cada día, una relación de matrimonio armoniosa y plena, con respeto y con muchísimas risas entre su padre y su progenitora. Hazle saber cada día que él y sus hermanos son lo más importante que has hecho y que podrás hacer en la vida. Y cuando empiece a la adolescencia y de vez en cuando sientas que necesitas levantarle la voz, y sabes que ESO NO SE LE HACE A NADIE, menos a un hijo, pues coges aquella foto de cuando era un bebé y la miras y recuerdas a ese niño que está ahí tratando de crecer y hacerse adulto. Y en vez de una voz, te acercas por detrás y le das un abrazo fuerte. Para que se queje y te tache de agobiante, pero sabiendo que por un instante él también ha sentido ese afecto enorme que te desborda. Dale eso a un hijo, haz de él una persona, y me cuenta usted si le abandona. A mi me lo dieron y sólo de pensar que mis padres puedan necesitarme y no estar, se me cae la cara al suelo de la puñetera vergüenza.
Ah, para dar todo eso a un hijo, no hace falta nada más que amor y paciencia. Y claro, tener tiempo ayuda. Vaya que si ayuda. No es lo mismo encargarte de la familia trabajando cuatro horas al día que tener una jornada de ocho a seis. Lo saco a colación por lo del tiempo que comentaba antes.